—No estoy celosa, estoy furiosa que es completamente diferente. ¡Exacto! Estoy furiosa de que seas un tonto, estoy furiosa de que pienses que con sólo hablarle bonito a una chica la tendrás comiendo de tu mano.
—Ni siquiera sabes lo que estaba pasando... —escuché decir a Diane pero no me inmuté.
—No lo conoces... —la volteé a ver y después dirigí una mirada asesina a Tyler—. Si quieres acostarte con medio mundo es tu problema pero no con Diane, ella no es como las demás chicas como con la que acostumbras a salir y si quieres que sigamos siendo “amigos”, aléjate de ella —le advertí antes de jalar a Diane dentro de la casa.
Respiré hondo y noté que Matt ya estaba ahí. Sin pensarlo dos veces, arrastré a los dos hermanos dentro de la casa y me limité a cerrar la puerta en las narices de Adams.
—¿Qué fue eso? —preguntó al entrar.
Diane soltó un audible bufido y estalló en gritos:
—¡Emma! ¡TYLER ADAMS ME INVITABA A SALIR Y LLEGÓ CON SUS CELOS! —me acusó—. ¡¿NO TIENES SUFICIENTE CON MI HERMANO?!
No pude decir nada: comprendí a Diane. Probablemente si hubiera llegado alguien a hacerme algo así, me enojaría también, era completamente normal tener esa reacción.
—Diane, lo siento. Es que Tyler no es un príncipe precisamente.
—¡DÉJAME EN PAZ! —me gritó antes de subir corriendo las escaleras. Escuchamos la puerta de su habitación siendo azotada.
Me llevé las manos a mi rostro un poco arrepentida por lo que había hecho. Tal vez Tyler se había redimido y se estaba convirtiendo en una persona centrada y ahora lo estaba juzgando de una manera incorrecta. Pero, en el poco tiempo de haberlo conocido, demostraba que no estaba interesado en cambiar y nada más de imaginarme que le pudiera romper el corazón a Diane, ¡me llenaba aún más de coraje!
Sentí los brazos de Matt alrededor mío y solté un largo suspiro. Escuché su corazón latir en su pecho y me tranquilicé un poco, después de un rato me separé de Matt y me retiré mis cabellos castaños de la cara. Cerré unos segundos los ojos y escuché decir a Matt un “gracias”.
—¿Gracias? ¡Matt, tu hermana me odia!
Negó con la cabeza y tomó mi rostro entre sus manos para poderme ver directamente a los ojos.
—No. Está molesta simplemente. Gracias por alejarla de él, no quisiera que le rompieran su corazón.
—Eso espero... es que... ¡sencillamente no podía permitir que ese charlatán le rompiera el corazón! Tenía que protegerla y...
Sentí el dedo índice de Matt en mis labios, callándome con suma ternura. Las mariposas aparecieron.
—Sí, lo sé. Me sucede todos los días con ella y ahora... contigo.
—Creo que iré a disculparme —dije cambiando drásticamente de tema.
No quería escuchar nada que estuviera relacionado con algo más allá de una hermosa amistad. No podía concebir un “nosotros” en un futuro no muy lejano. El futuro para mí era, literalmente, incierto. No podía darle falsas esperanzas, o peor aún, falsas promesas a Matt a pesar de que mis sentimientos hacia él se hacían cada vez más fuertes. No podía prometerle un para siempre.
—Ahora vuelvo —logré decir antes de subir al cuarto de Diane.
Antes de entrar a su habitación toqué un par de veces y después de un rato abrió con los brazos cruzados.
—Lamento haber hecho eso —me disculpé—. Es sólo que no quisiera que te rompiera el corazón, simplemente no se lo perdonaría y me sentiría terrible si salieras lastimada.
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Para Siempre.
Teen FictionÉl se enamoró por primera vez. Ella se enamoró para siempre. © 2014, M. P. García TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Este libro contiene material protegido por leyes internacionales de copyright federales y tratados. Cualquier reimpresión o uso no autor...