13-GULF.

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El almuerzo con mi madre ha salido genial, mi madre ha adorado a Mew, pero eso ya lo sabía porque Mew es adorable. He disfrutado mucho con esta reunión, excepto cuando mi madre empezó a contarle cosas vergonzosas de mi infancia a mi novio, cosa que me prometió no hacer.

Después del almuerzo hemos estudiado matemáticas y Mew me ha vuelto a besar de esa forma que borra todos mis pensamientos. Tengo mucho miedo, un terror punzante mezclado con un deseo arrollador que no me deja respirar. Mew ha parado en cuanto ha notado que me he agobiado un poco, es tan perfecto que no sé cómo estaré a la altura de sus expectativas. Nunca he estado con nadie, ni chico ni chica, además no tengo ni idea que es lo que le gustará a Mew, estoy muy perdido. No es que no lo desee, quiero que su boca siga besándome hasta que me rompa en pedazos entre sus brazos pero este miedo me paraliza.

Una vez que Mew se ha ido a casa pienso en todas esas cosas, en que tengo casi dieciocho años y parezco un niño asustado, pero de verdad que quiero que cuando estemos juntos Mew no pueda olvidarse de mí, quiero algo especial. Cuando llevo más de una hora dando vueltas en la cama decido levantarme a beber un vaso de leche caliente, a lo mejor así consigo relajarme por fin y dormir un rato. Voy hacia la cocina y meto la leche en el microondas, entonces mientras espero que se caliente mi teléfono móvil suena encima de la encimera donde lo he conectado para que se cargue.

El número me aparece como desconocido, de repente pienso que puede haberle pasado algo a mi madre y me estén llamando del hospital, así que descuelgo rápidamente.

-Hola - le digo con nerviosismo.

-Gulf, hola soy la madre de Mew, perdona que te moleste tan tarde pero ya no sé a quién llamar - me dice con voz temblorosa.

-Señora Suppasit, ¿le ha pasado algo a Mew? - empiezo a asustarme.

-Por eso te llamo, no he podido localizarlo y normalmente no vuelve tan tarde a casa, pensé que quizá estuviera contigo y se le hubiese pasado la hora - me dice.

-Almorzamos juntos y después estudiamos un rato, Mew se fue a casa sobre las ocho - le explico mientras miro el reloj de la cocina, son casi las diez y media, esto no puede ser bueno.

Un quejido me llega desde el otro lado de la línea, la madre de Mew está sollozando y yo me siento un inútil.

-Señora Suppasit, ahora mismo iré hasta su casa y la ayudaré a buscar a Mew, tardaré cinco minutos - le digo.

-No Gulf, es muy tarde y no es seguro andar solo por ahí - me dice intentado tranquilizarse, pero apenas lo consigue.

-Cinco minutos - le repito y cuelgo el teléfono.

Me cambio a la velocidad de la luz, me pongo un chándal gris y una sudadera con capucha y salgo disparado a casa de Mew. Cuando llego hasta el portal veo a alguien apoyado en la puerta con la cabeza entre las rodillas. Me acerco con cuidado y reconozco la camiseta negra de Metallica que llevaba Mew esta tarde. Corro hasta él y levanto su cabeza suavemente para verle la cara. Lo que veo me deja sin aliento, tiene el labio partido, uno de sus ojos cerrado por la hinchazón. Puedo ver que tiene un corte profundo en su ceja izquierda por la que sangra muchísimo.

-Mew, ¿qué ha pasado? ¿Quién coño te ha hecho esto? - le pregunto, y antes de que se piense alguna excusa tonta levanto mi dedo y lo miro directamente a los ojos, no quiero que se le ocurra mentirme.

-Lhong y su pandilla me pillaron desprevenido cuando volvía de tu casa, eran cuatro pero he podido defenderme y llegar hasta aquí - me dice con un gruñido de dolor.

-Maldito imbécil, voy a matarlo - le digo.

-Primero creo que necesito ir al hospital, no me siento muy bien - me dice intentando sonreír.

A través del tiempo -MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora