Capitulo 21.

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El entrenamiento con Thor terminó siendo duro, más de lo que había entrenado con Natasha anteriormente. Sky se dirigía al salón de magia sobándose los hombros y los dedos de la mano que estaban aún entumidos y adoloridos de sostener el peso de la espada y soportar los golpes del rubio. A pesar de que había dicho que no le haría daño, no dejaba huecos, ni dejaba pasar sus errores después de la primera (y única vez) que Sky le ganó.Los guardias abrieron las puertas para que ella pudiera entrar y las cerraron tras de ella. Loki se encontraba sentado en la mesita para té que estaba en una de las esquinas del salón, cerca de la puerta. Estaba sosteniendo un libro frente a su cara y no se dignó a despegar la vista de el ni un segundo mientras la chica bajaba las escaleras.
-Buenas tardes, Loki -saludó ella cortes.
-Hola, Sky. -su tono no disimuló ni un poco lo muy disgustado y herido que se sentía. Cerró el libro con fuerza y se quedó mirándola intensamente.
-¿Algún problema? -preguntó incomoda. Él negó con la cabeza mientras se levantaba y se dirigía hasta ella.
-¿Te parece si comenzamos? -le preguntó educadamente. De repente Sky sintió que no estaba hablando con el mismo Loki de siempre, estaba más callado, más serio y más... respetuoso de lo habitual. No cabía duda, había visto como Thor se había lanzado a besarla, su termo estaba totalmente confirmado y no había nada que ella pudiera decir o hacer para cambiar aquello, ya había arruinado todo antes al decir que le gustaba su hermano... aun si fue para Thor, Loki y su hermano lo habían malinterpretado de la peor manera.
El entrenamiento rutinario consistía y parar primero la mayor cantidad de cuchillos en el menor tiempo posible, eso agilizaba la velocidad de reacción de Sky y sus reflejos. El segundo paso era como movía ella los objetos y a sí misma en el aire, así que cada vez tenía que mantener objetos más pesados por más tiempo en el aire. Para finalizar siempre eran las mismas pruebas, Loki sumergía a Sky en una ilusión donde debía intentar usar sus poderes sin hacer ningún movimiento vistoso con las manos, que, como estaba claro, siempre terminaba fallando y Loki rompía la ilusión en el momento justo cuando el cuchillo iba a impactarle el rostro.
-No hay tantos avances como yo esperaría -dijo Loki paseándose por la habitación, lanzando una daga al aire y atrapándola al caer sin ningún tipo de trabajo.
-No llevo tanto tiempo. -se quejó Sky.
-No sabemos cuánto tiempo le tomará a Caelum tomar tu cuerpo y tu conciencia por completo -la miro furioso.
-¿Y qué se supone que debo hacer? -se exasperó pasando sus manos por su largo cabello oscuro. Gesto que Loki reconocía cada vez que se sentía frustrada.
-Recordar -sugirió Loki dejando de lanzar el cuchillo.
-¿Qué?
-Debes derrumbar tus límites mentales para sobrepasar los físicos -aclaró pacientemente.
Sky recordó lo que Frigga le dijo respecto a sus barreras mentales, y sus baúles de recuerdos que no le permitían liberar su máximo poder. Destruir para reestructurarse era la clave. Sin embargo, el miedo a sus orígenes aun llenaba a Sky y le drenaba las fuerzas de continuar como el agua quhe se iba por la alcantarilla fugazmente.
Ninguno habló, por unos minutos se quedaron mirándose, sabiendo que tenían cosas de las de qué hablar, pero ninguno podía sacar el tema a flote. Loki se cuestionó por qué no le había dicho desde el principio lo que sentía por ella, sabía que en el instante en que lo había desafiado y llamado lunático, le había fascinado, enloquecido, hechizado. Y para lo único que había sido bueno en todo ese tiempo era para herirla, traicionarla y decepcionarla, en ese sentido quizá su padre no estaba equivocado, a donde quiera que iba llevaba desgracia consigo. Sky intento ordenar sus pensamientos, ¿Qué debía decir? Lo siento no parecía una opción, además ella no había besado a Thor por voluntad, y tampoco podía reprocharle por estar molesto con ella, seguramente sí la situación fuera a la inversa, ni si quiera se hubiera presentado a la clase. No decían nada, sus habilidades comunicativas entre ellos parecían anularse, el encanto de Loki se iba y lo mismo sucedía con la confianza de Sky en sí misma, parecían ser una mezcla de cosas opuestas que terminaban mal.
Finalmente, Loki fue quien rompió el silencio.
-Entonces así decidiste...
-¿Decidir?
-Por Thor -en su rostro mostraba la herida que se había abierto ese día.
-¿Qué? Claro que no, Loki -negó rápidamente ella sacudiendo la cabeza.
-Los vi, Sky. No mientas -el tono de Loki se tornó más duro.
-¿Eso piensas? ¿No quieres preguntarme primero qué pasó? -ella empezó a enfurecerse en respuesta.
-¿Por qué habría de hacerlo, si se lo que vi?
Sky soltó aire lentamente tratando de no perder la compostura. Se tomó la cabeza mientras Loki le daba la espalda, ¿Desde cuándo el dios de las mentiras se volvió tan sensible?
-¿Sabes qué? Loki piensa lo que quieras, yo no pienso darte ninguna explicación, no te la mereces, lo único que haces contra mí es agredirme y dudar. Ni si quiera me preguntaste cómo me sentí o que pienso al respecto. ¿Y sabes que? -lo señaló con un dedo- Ya me cansé de sufrir por alguien que ni si quiera me quiere. Dime una cosa, ¿Todo esto fue en serio para ti, o solo fui otro de tus juegos?
Dudoso, Loki se giró a ver a la pequeña midgardiana, su gesto de brazos cruzados y mirada asesina era lo que más le gustaba de ella, ese carácter fuerte e imposible de dominar era uno de sus mejores atributos, ¿Qué tenía el para ofrecer en cambio? Nada, una vida llena de miseria, sufrimiento, y cárcel. No tenía nada bueno para aportarle, era la peor opción comparándose con su hermano.
-Si solo fue un juego ... dilo. Y me iré y me olvidaré de ti y de mis sentimientos-su voz se quebró ligeramente-. Pero si no lo es y de verdad quieres esto -lo señaló y luego a ella-. Tienes que decírmelo y lo resolveremos.
-Solo fue un juego.
-Gracias, por una vez en tu vida eres sincero -las lágrimas amenazaron con deslizarse por sus mejillas. Sky se dio la vuelta, eso era lo que quiera escuchar, De una vez por todas se desharía de los malditos sentimientos que tenía. Su primer corazón roto y no tenía a nadie para contarle.
-Sky, espera -dijo alargando el brazo hacia ella para detener su avance-. Tenemos que arreglar el asunto de tu entrenamiento -la cabeza en alto, y una ligera sonrisa, Loki trataba de fingir amabilidad.
-Dame un mes, si en un mes no he mejorado, dejaré que hagas lo que tengas que hacer -sin girar a verlo respondió, las lágrimas rodaban por sus ojos.
-Un mes -sentenció soltándola. Sin una palabra más, Sky salió corriendo del lugar, los guardias en la puerta se miraron desconcertados e interrumpieron en la habitación donde Loki se había dispuesto a leer nuevamente. Los guardias cruzaron una mirada nuevamente, preocupados por el estado de la chica y apresaron q Loki, sin oponerse, él dejó que lo levantarán y encadenaran como siempre lo habían hecho desde que llegó a Asgard. Un mes... ¿Podía olvidarse de Sky en un mes? Seguramente no, la vería a diario, y escucharía su voz todo el tiempo que estuviera con ella, cosa que le dolía más de lo que él pensaba. Estaba celoso de Thor, una vez más él se llevaba toda la gloria en todo sentido, con diferencia de que está vez, Loki no haría nada al respecto.
-¿Por qué no le dijiste lo que sientes? -Frigga hablaba con voz suave hacia su hijo. Después de que lo habían escoltado hasta la celda, su madre había ido a visitarlo como hacía todos los días, trayendo libros nuevos u muebles para hacer sentir a Loki más cómodo.
-De nada hubiera servido, madre -Loki le daba la espalda fingiendo que hojeaba un libro.
-Pudieron haber arreglado las cosas.
-No, ella tiene razón. Soy dañino para ella... para cualquiera a mi alrededor -se escondió tras su libro, en un intento patético de esconder su rabia.
-Ay, mi niño. -Frigga se acercó hasta su hijo y se sentó a su lado en un borde bajo que hacía parecer el muro ámbar una ventana.
-Es lo mejor.
-Eso piensas tú, Loki. Apuesto a que ella debe haber sufrido y sigue sufriendo por eso -Frigga puso sus manos sobre su regazo intentando buscar la mirada de su hijo.
-Fue porque la amo, y yo no puedo darle nada bueno. No tengo nada para brindarle. Yo no puedo hacerla feliz -Loki cerró el libro, sabiendo que su madre no dejaría de insistir.
-todavía puedes arreglar las cosas con Sky -le sonrió. Loki negó con la cabeza.
-Quiero estar solo.
La figura de Frigga suspiro con pesadez y le sonrió una última vez a su hijo menor, indulgente mente. Su figura comenzó a desaparecer justo como las de Loki, después de todo Frigga había sido quien enseñó a Loki a usar sus poderes. Una vez que se quedó solo arrojo el libro al otro extremo de la habitación, haciéndolo rebotar contra el amarillento muro que produjo un chispazo y después cayó al suelo. Maldita sea, maldijo él.

The Avengers, la hija de Stark I (Loki y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora