The Avengers, la hija de Stark I (Loki y tu)

Capitulo 37.

Sky logró salir de la habitación y se recargó en las puertas cerradas tras ella, conteniendo las lágrimas de sentirse traicionada una vez más, solo que esta vez se sintió 10 veces peor que en Nueva York. Pegó la cabeza a las puertas suspirando pesadamente intentando borrar el dolor y aquella amarga sensación que le causaba un nudo en el estómago. Transformó todo el dolor en ira, si Loki eso es lo que había decidido entonces ella tomaría un caminó diferente.

-Sky -escuchó que gritaba del otro lado de la puerta mientras oía sus apresurados pasos aproximarse a la puerta. Alterada ella se separó de la puerta y con una luz cegadora azul saliendo de su palma, selló ambas puertas para que le costará más tiempo salir. Un golpe secó se escuchó tras el primer intentó de Loki por abrir las puertas- ¡No te atrevas! -golpeó la puerta con el puño mientras sostenía aun la perilla de una de las puertas.
El silencio le pareció eterno, Loki irradiaba chispas ¡¿cómo se atrevía a tratarlo de esa manera?! A él, el Dios de las mentiras, el Legitimo heredero del trono de Asgard. A Loki le hervía la sangre, Sky siempre lograba hacerlo sentir vulnerable.

>>Si te vas, te declararé una enemiga del trono, Sky -la amenazó Loki con la voz ahogada por la rabia. Sky retrocedió unos cuantos pasos para asegurarse que las puertas le darían suficiente tiempo de tomar sus cosas y llegar a Heimdall antes de que Loki le alcanzará. No le contestó, solo se echó a correr por el pasillo en dirección a su habitación.
De vez en cuando chocaba con algunos de los guardias del palacio extrañados de verla tan alterada, se abría paso rápidamente disculpándose con un movimiento de cabeza mientras su capa ondeaba por el viento al correr. Subió apresurada hasta su habitación y cerró la puerta, movió su cómoda arrastrándola con su magia para que abrirla fuera más difícil si Loki ya había logrado salir a dar aviso para que la arrestarán. En la maleta en la que Thor le trajo sus cosas de casa, metió el traje de batalla de reserva que Lutheim le había hecho tras la batalla en Greenwich y metió los objetos indispensables que Thor le había traído, tomó la pijama que estaba perfectamente doblada sobre su almohada y sonrió con tristeza. La metió en la maleta igualmente y alcanzó su celular con un movimiento de mano que lo hizo volar hasta ella. Justo en ese instante un golpe estruendoso la sobresaltó.

Alguien intentaba derribar su puerta.

-En el nombre de Odín padre de todo, le ordenó abrir la puerta, Lady Sky. Esta bajó arresto -escuchó desde fuera mientras los atraques contra su puerta continuaban. Cerró la maleta con agilidad y con la misma vista hizo que la cama se arrastrará por el piso pulido hasta la puerta. Eso le daría unos minutos más. Con la palma alzada dirigió con su energía la maleta hasta la ventana y la golpeó con fuerza mientras echaba miradas furtivas hacia los muebles que estaban empezando a ceder un poco cada vez. Manteniendo la maleta en el aire tomó un pequeño impulsó y saltó por la ventana cubriéndose la cara con los brazos en cruz. Ella y la maleta comenzaron a precipitarse al suelo vertiginosamente y con la respiración agitada, Sky logró a duras penas alzar vuelo con el cuerpo cubierto de una tenue luz azul mientras tomaba la maleta con una mano, se dio cuneta que era bastante difícil controlar el vuelo y mantener la maleta tras ella al mismo tiempo, echando una mirada atrás se dio cuenta que aún nadie le había visto irse flotando por la ventana y aceleró el vuelo sintiendo una punzada de dolor en el pecho. Recorrió todo el caminó hasta el Biofrost en unos minutos, esperanzada al ver el puente arcoíris totalmente despejado.

Aterrizó suavemente dando unos pasos rápidos al alcanzar el suelo para atravesar la puerta de circular de la cúpula, Heimdall estaba de pie dándole la espalda mientras miraba al horizonte, allá donde se veía la cascada que representaba el punto donde terminaba Asgard. Se dio la vuelta cuando escuchó los pasos de la joven tras él.

-Necesito tu ayuda -dijo ella sin más. Heimdall estudió el rostro de la joven con detenimiento, sus ojos maple examinaron sus facciones. Los ojos llorosos, las mejillas sonrojadas, el cabello totalmente alborotado y parecía que no había dejado de morderse el labio inferior porque lo tenía a punto de sangrar.