The Avengers, la hija de Stark I (Loki y tu)

Capítulo 16

Los ojos de Sky lentamente comenzarón a abrirse, el brillo oscuro en sus ojos hizo a Frigga dar un paso hacia atrás. La presencia que sentía no le estaba agradando en absoluto, aquello no era nada conocido por ella. La nueva personalidad de Sky giró el cuello varias veces en un intento por destensarlo.

—Dios santo, esta chica vive en el estrés —entrelazó los dedos y llevó las palmas hacia afuera para estirar los brazos. Se agachó a tocar las puntas de sus pies y luego miró a su al rededor. 
Su expresión se volvió oscura, ¿por qué estaba en Asgard? 
—Bienvenida —apesar del mal presentimiento la reina no perdía los modales.
—Mmm —gruñó en respuesta sin si quiera verla.
—Así que tú eres la presencia que asecha a la pobre Sky —habló serena. 
Una siniestra sonrisa fue lo que obtuvo como respuesta.
—No la estoy asechando, la cosa es que somos una sola. Aún le cuesta aceptarlo —alzó un hombro como quitándole importancia.
—¿Tienes un nombre? —Thor se había unido a la conversación.
—¿Sky no les parece suficiente? —se burló la recien llegada mientras daba una vuelta sobre sí misma para contemplar el lugar.
—Queremos el tuyo, no el de Sky —dijo Frigga pacientemente.
—Tuve demasiados nombres durante mi vida. 
Sus dedos acariciaron una planta cercana de forma distraída mientras hacia memoria. 
—Con uno será más que suficiente. —Thor estaba empezando a perder lapaciencia. 
Una risita traviesa cruzó los labios de la joven.
—Caelum fue uno de los que más usé, pero no es ni de cerca el más conocido o el verdadero. —sonrió con autosuficienta. Frigga no recordaba haber escuchado de ella nunca— ¿No es gracioso? Significa lo mismo que el de esta pobre chica —se rió a carcajadas mientras se señalaba de arriba a abajo.
A ninguno de los presentes le hizo ninguna especie de gracia el comentario que acababa de soltar Caelum. Debió percatarse de aquello porque su risa fue desapareciendo de manera gradual hasta quedar una amarga mueca en su rostro. Se mordió el labio intrigada y buscando una forma de salir antes de que la chica decidiera despertar de su profundo sueño, con la falta de habilidad en la mente de la precaria joven no podía controlar demasiado el tiempo que permanecía dormida o despierta de su subconsciente por lo que era dificil saber cuando la traería a la luz y cuando la arrastaría a la oscuridad.
—¿Qué quieres con Sky? —Frigga la examinó con la mirada.
—No mucho, un cuerpo es todo lo que quería.
—¿Y por qué el de ella?
—No es algo que yo pueda elegir, reina. Llevo dormida muchos años dentro de... ¿Cómo había dicho el midgardiano? Ah, sí. La linternita del destino —agitó una mano como si sostuviera un llavero.
—El cetro de Loki —habló Thor hacia su madre.
—De manera que si no la eliges, ¿Por qué estarías en su cuerpo?
—Solo una descendiente mía podía sacarme de ahí, y parece que por muy debil que sea de momento, está chica es mi descendiente. —Caelum se encogió de hombros.
—Tengo una pregunta más —dijo Frigga mientras daba un pasó hacia ella.
Caelum se tambaleó como si estuviera borracha.
—Será mejor que te des prisa, creo que la niña está volviendo.
—¿Que buscas con el Teseracto?
Ella sonrió como si fuera algo obvio.
—La paz —dicho esto su presencia pareció esfumarse dejando el cuerpo de Sky inclinado peligrosamente hacia adelante. Thor reaccionó en el momento justo cuando ella se precipitó hacia el suelo y la sostuvo en sus brazos, apartando el cabello despeinado de su cara.
—Por hoy, creo que lo mejor es que descanse. 

Para cuando Sky abrió los ojos ya era noche, las estrellas brillaban sobre Asgard iluminando con su tenue luz los altos edificios y los traga luz del castillo. Desconcertada y un poco adolorida, se levantó sobre uno de sus codos mientras parpadeaba rápidamente para acostumbrarse a la luz del lugar donde se encontraba. Mientras se incorporaba se dio cuenta que no estaba en una habitación sino en una celda, cuatro paredes de un color ámbar transparente la encerraban de manera asfixiante, el pánico empezó a apoderarse del cuerpo de Sky recordándole viejos momentos donde había estado encarcelada muchos años. De un golpe se levantó de la cama, Thor saltó de su asiento por lo repentino de su despertar y tomó a la chica por los hombros mientras la miraba fijamente.
—Shhh —suavemente la atrajo hacia su pecho y le acaricio el cabello, Sky pareció relajarse ante aquel fraternal contacto y pocos segundos después se separó de él. 
—¿Por qué estoy en una celda? 
—¿Cómo sabes que estás en una celda? 
—No soy estúpida, —dijo bruscamente— ya he estado encerrada antes —se abrazó a sí misma mientras le daba la espalda y escudriñaba su pequeña "habitación".
—Me temo que es una medida de seguridad considerando que el Teseracto se encuentra en Asgard. Madre insistió en dejarte en una habitación normal, pero también dijo que los tratamientos que te hiciera podía resultar en eventos desafortunados. 
Sky apretó los labios deseando haberse quedado en la tierra.
—Si me ibas a hacer una presionera hubiera preferido quedarme en la tierra —le dijo secamente fulminándolo con la mirada.
—Estoy intentando ayudarte, Sky. Perdóname —trató de tocarle el hombro pero ella se apartó. 
—También creen que soy un monstruo... 
Thor se quedó confundido ante su comentario. Él creía que era la chica más impactante que alguna vez había visto en su vida, ¿cómo podía pensar en monstruos?
—Nadie cree eso, Sky. Esto es por tu propio bien, te prometo que te sacaré tan pronto como sea posible. —pero Sky ya no estaba escuchándolo. Se tomó la cabeza entre las manos y trató de ocultar sus sollozos tras sus brazos. 
—Vete —le dijo mientras se acercaba llorando a la cama. 
—Per- 
—Dije, vete... por favor. Quiero- estar sola... —Thor suspiró pesadamente ante su suplica pero decidió retirarse tal y como quería.
—Te traeré algo de comida en un rato, debes estar hambrienta. —dijo y salió cerrando la entrada tras él. Caminó furioso consigo mismo por haber tomado una mala desición en cuanto a la salud de Sky pero no se le ocurría que más podría hacer, meintras su padre no estuviera para dar un véredicto en cuanto a su situación era mejor mantener las cosas en calma para demostrarle que era capaz de manejar la situación. Así tal vez le permitiría quedarse con ellos.