𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟿

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María escuchaba con atención la melodía que su pareja tocaba en el piano

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María escuchaba con atención la melodía que su pareja tocaba en el piano. Sin duda alguna eso la tranquilizaba de una manera extraordinaria, las cosas en su hogar estaban un tanto tensas Catalina pasaba todo el día en el hospital de modo que no cruzaban palabra alguna.

Rosalie entendía a la castaña, esa humana era terca y no se detendría hasta saber su secreto. Aunque ellos se mantuvieran alejados de la chica problemas era demasiado insistente.

Esme y Carlisle la habían ofrecido que se quedara algunos días en su casa hasta que todo volviera a la normalidad.
Catalina era orgullosa al igual que María, ninguna se disculparía o daría su brazo a torcer. Pero no había duda del cariño que se tenían, la francesa sabía que su hija adoptiva tenía razón la chica Swan sería un imán de problemas.

Nunca imaginaron que tendrían que lidiar con una situación similar, y es que ahora no sólo eran ellas, si no que también todos los clanes están en peligro si la humana seguía insistiendo.

Alice quien estaba al otro lado de la sala, se detuvo violentamente, un hombre junto con una joven traerían problemas a Forks. La escocesa vio a su compañero buscando una explicación.

— Dos de los nuestros, llegarán a Forks. No sé cuando pero será una desgracia. — la castaña se tensó.

— ¿Cómo es el hombre? — su voz fría sorprendió a todos.

— Aparenta entre 55 y 60 años, trae consigo una biblia. Tiene una marca en el lado izquierdo del rostro. — Edward observó a su novia — ¿Sucede algo?. —

— Ése... — apretó los labios con fuerza, cerro los ojos y maldijo internamente.

— ¿Lo conoces? — le pregunto Carlisle.

— Claro, como olvidarlo. Un viejo amigo y muy querido por cierto. — dijo con un toque de sarcasmo. Busco algunas pinturas del hombre y se las mostró al lector de mentes — ¿Es él? — asintió.

— ¿Por qué tanto misterio? — Jasper preguntó mientras se sentaba.

— Ese hombre, estaba obsesionado con la religión. Estaba en contra de que una mujer estuviera en el trono. Un desquiciado en toda la extensión de la palabra. Deseaba deshacerse de mí, quería eliminarme. — recordó el día cuando llegó a Escocia después de varios años.

— ¿Y por qué te busca ahora? — Rosalie se cruzó de brazos.

— Porque va a terminar lo que empezó. — la angustia se apoderó de ella.

— María debes tranquilizarte, todo estará bien.

— ¿Lograste ver quién era la chica? — se giró hacia la pequeña hada.

— No. — negó lentamente.

— Bien. Estaremos atentos, no sé detendrá hasta lograr su cometido.

María | Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora