𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹

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Si Edward pudiera sonrojarse su cara parecería un tómate por la ocurrencia de su hermana. Alice veía con diversión a su hermano mientras que Jasper mandaba una ola de tranquilidad.

– Gracias Jasper –el mencionado asintió – ¿Qué cosas dices Rosalie?

–Sabemos que María tiene más de 400 años, a diferencia de ella, tu a su lado sigues siendo un bebé – vio a su hermana indignada.

–¡Cielos! Tienes razón en eso – empezó a reír nerviosamente.

La corte pixie veía a la castaña hablar animadamente con Angela sobre el artículo que escribiría, ella sabía que detrás de esa gran sonrisa se ocultaba un inmerso dolor, a través de sus ojos podía ver lo que había sufrido antes de ser transformada.

A pesar de que María no los conocía tan a fondo sabía que podría contar con ellos en todo momento. Pero tenía miedo de que ellos se enteraran de que eran seguidas por un vampiro con una gran obsesión por ella, tal vez la abandonarían a su suerte y ella saldría adelante como lo ha hecho o quizá la ayudarían. Jasper se sentía confuso cuando se encontraba al lado de la escocesa, ella era todo un mar de emociones imposible de explicar. Rosalie veía en ella una mujer fuerte y con una inmensa fortaleza que era digna de admirar. Emmett sabía que no debía meterse con ella porque era capaz de patearle el trasero en un dos por tres, así que lo mejor era mantener todo en paz.

Esme y Carlisle la vieron como una hija más que estaba dispuesta a darlo todo por las personas que ama. Cada uno tenía algún tipo de admiración por la castaña.

María regreso a la mesa donde estaban sus amigos con una radiante sonrisa.

– Listo, ¿Y bien? – se sentó junto a Edward y este la atrajo así el.

– Entonces hermanita, ¿Le darás una oportunidad al pelos de escoba? – dijo Emmett con diversión –¿O dejaras que sufra?

Todos empezaron a reír, ganándose una mala mirada del cobrizo.

– Quisiera decirte que sufrirá, pero no. – hizo un puchero – Lamento decepcionarte

Ambos jóvenes caminaban por el bosque tomados de las manos y una gran sonrisa en sus rostros

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Ambos jóvenes caminaban por el bosque tomados de las manos y una gran sonrisa en sus rostros. Después de que el cobrizo pasará tanto tiempo sólo, ahora podía pasar tiempo con su compañera y aprovecharía cada minuto para estar a su lado.

Entre chistes y bromas llegaron a un claro lleno de flores de todos colores y aromas.

–Esto es bellísimo Edward – soltó su mano y giro en si para ver todo a su alrededor.

–Lo descubrí antes de que llegarás, sabia que iba a suceder algo maravilloso. – el vampiro abrazo por la cintura a la escocesa.

– Tendría que sentirme halagada entonces, ¿Leer mentes es interesante? – cuestiono intrigada la castaña.

María | Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora