Cap. 1

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Kie intentaba tranquilizar a su hijo, ya que aparentemente el joven habia tenido una pesadilla demasiado intensa.

—Tanjirō, querido, calmate e intenta explicarnos que sucedio. —pidió la mujer con voz dulce produciendo que el burdeo volviera a llorar.

—Te... te estrañe mucho mamá. —confesó entre sollozos aferrandose a ella como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Su familia estaba viva, Nezuko era humana y su padre se encontaba en perfectas condiciones, todos estaban en perfectas condiciones.

—Yo también te estrañe. —dijo Kei con una sonrisa para luego acariciarle el cabello.

Pasaron unos minutos y el burdeo logro tranquilizarse un poco.

—Vamos a dormir y mañana hablaremos de esto, ya es muy tarde. —ordenó su padre dandole unas palmaditas en la espalda, Tanjirō lo dudo un momento y luego asintió volviendo a la habitación junto a Takeo.

Todos se encaminaron a sus respectivas cuartos a descansar a excepción de Nezuko, la cual se quedo un rato observando la puerta de la habitación de sus dos hermanos con duda, conocia perfectamente a Tanjirō y él nunca antes habia tenido pesadillas.



—Hay que regresar al pueblo para descansar y mañana partir rumbo a la finca Mariposa. —sugirió Zenitsu empezando a caminar en dirección al lugar antes mencionado.

Tanjirō no entendia nada pero igualmente siguio a sus amigos hasta una de las casas del pueblo que les servia de alojamiento por esa noche.

Estaba cansado, todo se sentia tan irreal pero sabia que no era un sueño.

—Podrian decirme dónde estoy. —pidió mirando a sus compañeros, los cuales ya estaban acostados cada uno en su futón.

—Ya sospechaba que estabas actuando raro desde que ese demonio te ataco. —susurró el rubio mirandolo con las cejas fruncidas —Antes de explicarte dónde estas dime, ¿qué es lo ultimo que recuerdas?

—Recuerdo haber estado cenando con mi familia luego de un largo día de escuela y de trabajo en la panaderia, despues de cenar me fui a mi habitación a dormir y de repente desperte aquí. —dijo haciendo memoria de lo que habia hecho antes de llegar a ese extraño lugar.

—No eres Tanjirō... Pero te escuchas como él, bueno casi, tu sonido es levemente más dulce y tranquilo, mm... —comentó el rubio meditando las palabras del muchacho —¡Debes ser de otro mundo!

—¡No seas tonto Monitsu! ¡Solo existe un mundo! ¡Este mundo! —aseguró el azabache mirandolo con burla.

—¡No soy tonto! —gritó con enfado. —¡Mi abuelo una vez me contó que existen más mundos!

—Mundos... —susurró el burdeo —¡Ah! ¡Una vez leí un cómic en donde un chico viajaba entre dimensión! ¡Es lo mismo! —exclamó emocionado, estaba empezando a comprender un poco las cosas.

—¡Sí! El demonio que ataco a nuestro Tanjirō debió de usar su habilidad para cambiarlos de dimensión. —examinó el rubio.

—¿Y cuándo regresara el Gompachiro de nuestro mundo? —preguntó el ojiverde.

—...



A la mañana siguiente Tanjirō despertó de nuevo en la habitación que compartia con su hermano y suspiró pesadamente, habia estado meditando durante la noche y lo ultimo que recuerda antes de llegar a ese lugar era estar en una misión junto a sus amigos y ser atacado por uno de los demonios.

Posiblemente la habilidad especial del demonio fue lo que lo trajo a este lugar.

—Buen día hermano. —saludó Takeo mientras se levantaba de su cama y comenzaba a arreglar las cobijas.

—Buen día Takeo, ¿cómo amaneciste? —preguntó con una sonrisa.

—Bien, ¿y tú? —interrogó el menor.

—Muy bien. —respondió para luego salir de su cama y comenzar a arreglarla de igual forma que su hermano.

—Tanjirō... —llamó Takeo.

—¿Sí?

—¿Qué fue lo que te sucedio anoche? —preguntó el menor.

El burdeo se tenso, habia llegado a la conclusión de que no podia contarles nada a su familia porqué lastimosamente esa no era su familia, pero tampoco podia mentirles, pues eso no se le daba para nada bien.

—Solo tuve un mal sueño, eso es todo, no te preocupes. —respondió con una amplia sonrisa que esperaba y pudiera librarlo de más preguntas.

—¿Y qué soñaste? —indagó el más joven, por lo visto su plan no habia resultado.

—Cosas horribles que no pienso contarles. —contestó con una risita, no iba a traumar a sus hermanitos con nada de su mundo, ellos vivian felices aquí y no pensaba arruinarles eso —Pero solo fue un sueño así que vamos a desayunar que muero de hambre.

Y así dieron por finalizada la charla.

—No te pondrás tu uniforme antes de bajar a desayunar. —preguntó el menor saliendo del baño ya con su propio uniforme puesto y mirandolo con los ojos entrecerrados.

Tanjirō se tenso, de que uniforme estaba hablando su hermano.

—Ehh... No recuerdo donde esta. —se excuso sudando frío.

—Ya buscaste en el cajón de abajo, siempre lo guardas aquí. —se acerco al mueble y saco el uniforme del burdeo para luego entregárselo.

—Muchas gracias Takeo. —agradeció el de aretes para luego despeinar amistosamente el cabello de su hermanito —Buen niño.

—¡No hagas eso! —dijo apartandose con el ceño fruncido y las mejillas sonrojadas.



—Tanjirō levantate, ya es hora de irnos. —informó el rubio sacudiendo un poco a su compañero para que despertara.

—Buen día amor~ —respondió el burdeo aún medio adormilado para acto seguido levantarse del futón y darle un beso en la mejilla al ojimiel.

—¡AHHHHHHHHHH! —gritó Zenitsu empujando al otro lejos de él —¡P-PERO QUÉ CREES QUE HACES!

Tanjirō miro a su alrededor y luego comprendio que habia cometido un error.

—L-lo siento, creo que me confundi. —dijo sonriendo algo apenado.

—¡P-pues ten más cuidado! —exclamó el rubio con las mejillas encendidas al rojo vivo.

—Es que es dificil, te pareces mucho a mi novio, incluso tu olor es parecido. —respondió con una sonrisa y Zenitsu sintio que su alma abandonaba su cuerpo.

—¡¿QUÉ!?

¿A caso escucho mal?
Lo dudaba mucho pues su audición era de lo mejor, así que no, él habia dicho noviO.

—¡PERO TÚ ERES UN CHICO Y YO TAMBIÉN SOY UN CHICO! ¡ESO ES ANTINATURAL! ¡NO PODEMOS SER NOVIOS! —gritó el rubio histérico.

—Bueno en mi mundo y en mi tiempo eso no importa mucho mientras las dos personas se amen no hay ningun problema. —respondió con simplesa.

—¡PUES EN QUE CLASE DE LOCO MUNDO VIVES! —cuestionó el ojimiel.

—Si me lo preguntas a mi este mundo es bastante loco. —opinó el burdeo mirando al rubio con diversión.

—¡Solo levantate y vamonos! —ordenó antes de huir del cuarto como un rayo ignorando la carcajadas del menor.



¡Fin del capitulo 1!

Aclatación: Zenitsu tiene 16 años y Tanjirō 15 años, pero el burdeo es unos centimetros más alto que el rubio :3

Cuando me refiero a ellos como mayor o menor estoy hablando de su edad no de su altura.

Espero disfrutarán de su lectura.

Intercambiando lugares. [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora