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XI. Temer

Llévame a la luna, Dios. Ya no quiero estar aquí. Cada día estoy más  y más cansada.

Hay cierto sentir dentro del miedo a un algo.

Yo, por ejemplo, siento el latir de mi corazón y el correr de la energía por mi cuerpo; como un choque de luz; un golpe de realidad.

No sé qué es la luz, en realidad. ¿Es así de bonita como la describen?

Cuando pienso en luz, imagino el olor del pastel y la suavidad de la seda; el sonido de la música sin letra y de las voces que no hablan de cosas que se ven.

La vida es injusta para nosotros los inservibles.

 La luz siempre brillará para los grandes; para los pudientes y valientes; para aquellos que no temen. O quizá mejor... ¡Los que temen y aún así siguen adelante!

Y yo... sólo sé que ver es no sentir, ni oler, ni disgustar, ni oír. ¿Qué es ver, entonces?

¿A qué le temo? No le temo a la oscuridad porque yo vivo en ella, ni a las alturas porque no sé cuando piso el suelo o cuando estoy pisando el cielo; no le temo al dolor porque doler es aquello que me enseña lo que los ojos no pudieron, ni le temo a los fantasma porque los fantasmas son como humanos y, por Dios santo, anhelo saber cómo son.

No le temo al temor porque temer es aquello que no quieres y yo sin temor no puedo saber qué es lo que me gusta. No le temo a la soledad porque estar solo para mí es no tener quién me diga cómo son las cosas, ni le temo a la muerte porque no sé qué es la vida. No le temo a perder a alguien porque en realidad no tengo a nadie; no le temo a oler el mal o a saborear la venganza; no le temo a la desgracia porque yo lo soy, ni le temo a los animales, ni a las personas, ni a las flores, ni a los olores. No le temo a el fracaso, ni al cambio, ni a salir ni a quedar; ni al encierro ni al infinito.

Entonces, ¿Es acaso el temor otro concepto de aquellos que nacieron con la habilidad de ver?

¿Es que acaso es tan importante ver?

Yo quizá temo poder ver.

No ver me hace no temer, y no temer es no desear que algo desaparezca.

Yo no quiero que algo desaparezca... yo sólo quiero saber cómo es.

"Jungkook"

"¿Sí?"

"¿A qué le temes?"

Y el sonido de su respiración calmó el miedo en mi interior; y la luz del sol quemó mi piel aunque no quiero verla porque temo que no sea tan brillante que me decepcione.

"Temo no ser suficiente"

Entonces yo también temí con él; porque Jungkook me dice cada que sonríe, y aunque él sea mis ojos, yo soy sus piernas y su respiración, y aquel que calmará su cansancio.

"Jungkook"

"¿Sí?"

"El temor no se ve"

"No"

"Entonces no temas, porque la insuficiencia siempre será la más divertida. Yo sé porque yo lo soy"

Y él me abrazó.