Capítulo 4

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JunMyeon no volvió a ir al taller ni cruzó mensajes con Oh hasta el viernes por la tarde, cuando le mandó un Whatsapp para notificarle que su auto ya estaba listo y le pasó el costo final del arreglo.

El castaño se encogió de hombros antes de tomar sus tarjetas.

— Encima de prejuicioso imbécil, no recibe cheques. — Se quejó todo el camino que tuvo que hacer hacia el cajero.

Es que, el más cercano estaba a cinco cuadras de su casa. Y mucho más lejos del taller de Oh.

— Bien, lo bueno de esto es que ya mañana por la noche estaré volviendo y podré tener alguna maratón de películas.

Tenía que ir hasta la ciudad, Clindon, para hacer la revisión de obra de otro de sus proyectos. Solía ir dos veces por semana junto a la arquitecta Kang pero al mudarse, quedaron en que él iría los sábados y ella los martes o miércoles.

Si salía a eso de las nueve llegaría a la ciudad a las doce o una de la mañana. Luego, dormiría en su apartamento y volvería a Blue Hills en la noche porque obviamente le diría a Seulgi de ir a almorzar y merendar, ella tenía mucho que contarle.

Al llegar al taller de SeHun, pasó ya que nuevamente la puerta grande estaba abierta.

Él estaba de espaldas en la mesa de las herramientas, así que habló primero.

— Hola. — Esta vez, a pesar de no ser lo suyo, su tono fue hostil. Aún tenía ganas de acariciarle el cuello con un hacha.

— Hola. — Respondió bajito el más alto.

— Aquí tienes tu dinero. — Sacó el pequeño fajo de su bolsillo — ¿Me das mis llaves?

— Sí. — Abrió uno de los cajones y de allí sacó las llaves de su auto para luego tendérselas.

— Gracias. — Las tomó casi de arrebato y quiso golpearse por aquella acción, él no era así pero es que realmente no podía contenerse.

Sin siquiera dejar al mecánico hablar se subió a su auto y lo encendió; cuando estuvo dispuesto a arrancar unos toques en su ventanilla lo detuvieron.

— ¿Qué? — Bajó la ventanilla sólo un poquito, siquiera podía ver su rostro.

— Hay dinero de más-

— Propina. — Se encogió de hombros — Adiós. — Volvió a subir la ventanilla y comenzó a manejar rápidamente.

Dejando atrás a un culpable SeHun.

— Y tú que dices, Gyu... — Miró a su lindo pitbull — ¿Debería ir a su casa y disculparme con él?

Ladró fuertemente en respuesta y eso era un sí, ladraba de la misma forma cuando le preguntaba si quería comer carne.

— Primero voy a enviarle un mensaje, recuerda que dijo que viajaba hoy.

Chico gardenia
en línea

Cuándo vuelvws d etu viaje.?
19:58

Bien, había sido muy directo y de paso sus manos eran torpes y sus dedos muy grandes para apretar las pequeñas letras.

Qué te importa
20:05

Se merecía esa respuesta, pero aún así volvió a escribirle.

Esq aún tnrgo ti sueter
yu beanie y tu paragusd
20:05

OH'S GARAGE | SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora