Capítulo 10

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— ¿Cuál sería nuestro título? Salimos, pero nunca hemos hablado de esto. — Preguntó SeHun, detrás de él en el sofá.

— La respuesta es fácil. — Se encogió de hombros — Somos novios. — Se giró para poder mirarlo.— ¿Estás bien con eso?

— Me hubiese gustado pedírtelo de una forma más linda... — Rió.

— No hace falta Hunnie, tú eres lindo conmigo todos los días. — Le dió un piquito — Mañana cumpliremos... — Hizo una pausa — Nueve meses de conocernos, y ahora de noviazgo. Eso no es lo importante. — Acarició su cabello — Pero me conformo con ir a ver una película al cine, o al parque de diversiones. Tienen una montaña rusa buenísima.

— Mañana... podemos hacer las dos... — Pasó su brazo por la cintura ajena y posó su mano en su lindo vientre, un poco hinchado puesto que recién habían almorzado— ¿Quieres?

— Sip. — Se acurrucó más contra el pecho del mecánico.

Por ser domingo, estaban acurrcados haciendo cucharita mientras que afuera llovía.

— Mi chico gardenia es tan lindo~ — Depositó pequeños besos en el cuello de JunMyeon, quien solamente reía por las cosquillas.

— Te quiero, mucho... — Puso su mano sobre la ajena, que estaba llena de tatuajes.— Aunque si lo pienso mejor... podría ser amor. — Rió.

SeHun se puso rojísimo mientras que sin quererlo, también se puso ansioso y feliz. Hace muchísimo tiempo que no se sentía tan bien, y mucho menos amado. Iba a llorar.

Tanto tiempo sólo lo había afectado, demasiado.

— ¿Sabes qué? Sí, sí es amor. — Se dió vuelta, quedando cara a cara con Oh — Te amo. — Sonrió y al instante se borró al ver que habían lágrimas en el rostro del menor — ¿Por qué lloras? — Sonó preocupado.

— N-Nada... es que y-yo también te amo... — Lo abrazó con fuerza.

JunMyeon no dijo nada más, simplemente correspondió su abrazo y secó con suavidad sus lágrimas, besando sus mejillas luego.

***

Al día siguiente, JunMyeon concluyó que necesitaba ir a su hogar, debía ver que todo estuviese en orden y eso.

— SeHun... iré a mi casa, te espero a las ocho. — Le dió un tierno beso en los labios antes de salir por la puerta.

Prontamente, sintió un apretón en el trasero y se dió vuelta sólo para ver a SeHun guiñándole el ojo mientras sonreía juguetonamente.

— Nos vemos, gardenia. — Rió — Te amo.

— Yo más. — Sonrió de vuelta y se dirigió a su auto, adentrándose en el mismo para luego arrancar y comenzar a manejar hacia su casa.

Al llegar, resolvió varios papeleos que tenía pendientes y luego terminó por darse un baño, durmiéndose un rato en la bañera y saliendo con las manos arrugadas. Para cuando finalizó sus pendientes, faltaban quince para las ocho e involuntariamente sonrió.

Estaba poniéndose su saco cuando el timbre sonó. Y faltaban cinco para las ocho por lo que abrió emocionado, pensando que era su lindo mecánico.

— Ah, hola Yixing. — Aunque no quiso, su cara se transformó de inmediato a una seria.

— Hola JunMyeon. — Le sonrió.

Ciertamente, Yixing era alto, lindo, castaño con ojos marrones y tenía una sonrisa muy linda. Pero JunMyeon siempre llegaba a la misma conclusión; además de que podía ser su hermano, no era SeHun.

— ¿Qué sucede? — Habló seco.

Ya, no tenía ganas de verlo. No luego de que hace unos días tratara de darle un beso, maldición. No le había dicho nada a Oh porque era algo menor, y no sólo el problema, sino que Yixing también era un niño aún.

— Pregunta mi madre si no tienes azúcar... — Lo miró — Dice que luego te lo devuelve... — JunMyeon asintió.

Volvió a entrar a su casa y esta vez tomó sus llaves además de su billetera por si acaso y una de las bolsas de azúcar de la alacena, ya que el otro día en el súper había comprado como cinco; ni sabe para qué porque no las usa y SeHun tampoco.

— Toma, llévasela. — Le tendió la bolsa, cerrando la puerta detrás de él — Dile a tu madre que no hace falta. — Le sonrió.

La mamá de Yixing si le caía bien, era una señora joven y amorosa.

— Bien, gracias. — Se acercó a él para saludarlo — Adiós.

Y ni el mismísimo JunMyeon sabe cómo Yixing terminó besándolo.

Lo que sí sabe, es que separó tan rápido como pudo y le dió una bofetada tan fuerte a Yixing que lo dejó sentado en el piso.

— Mira, como vuelvas a hacer eso te juro que te voy a arrancar los labios con un tenedor. — Lo miró mal — Tú debes entender que si no te golpeé aquella vez fue porque había gente y odio hacer escándalos. — Gruñó — No saldré contigo porque podrías ser mi hermano, y aunque la edad no importe y blablabla con esas mierdas, yo ya tengo a alguien. — Su tono era alto — Llévale eso a tu madre, que descansen.

Seguidamente, levantó la vista para ver a su chico en el cordón de la calle.

Mientras tanto, SeHun veía la escena medio sorprendido y a la vez se reía desde su motocicleta. Sorprendido por cómo había sonado el golpe y riéndose porque la carita enojada de JunMyeon era adorable.

— Ya viste todo, no tengo nada que explicar. Vámonos, cielo. — Le dió un beso.

— Cómo ordenes, mi rey. — Rió el menor ante el tono que había usado JunMyeon.

Así, ambos se subieron al vehículo y partieron hacia la feria, que estaba cerca del lago al otro lado de la ciudad con rapidez.

JunMyeon disfrutaba del aire y el agradable paisaje, ya que estaba repleto de pinos y demás. En la ciudad, no había muchas áreas verdes por lo que le era fácil sentirse ahogado, por eso su decisión de mudarse al pueblo.

— ¿Te gustó el viaje? — Preguntó cuando se bajaron.

— Sí. Es realmente agradable, el aire se siente muy distinto... — Sonrió.

— Eso es bueno, entonces. — Acarició su cabello antes de tomar su mano y comenzar a caminar.

Todo era tan acogedor a su parecer, no había demasiado bullicio pero tampoco estaba vacío y aunque era un poco más fresco debido al lago, aún era genial.

En la ciudad eran mega ferias repletas por completo y habían filas que daban para horas y horas.

— ¿A cuál deberíamos ir primero? — Preguntó SeHun.

La respuesta fue clara, la montaña rusa. Y luego siguieron los autitos chocadores, luego otras atracciones de altura, y para lo último dejó los juegos donde podían ganar peluches.

SeHun se frustró al no poder sacar ninguno para su novio pero JunMyeon terminó sacando un montón, tanto que separó dos para Gyu.

— No se vale, tú eres demasiado bueno en esto. — Gruñó.

— Y tú te enojas rápido. Disfruta. Volveremos a casa con muchos peluches, aunque la verdad... mi peluche favorito eres tú. — Se aferró a su brazo mientras le sonreía.

SeHun bajó la mirada para poder admirarlo y sonrió inmensamente.

Porque no podía evitar enamorarse cada vez más de él.

— Me amas, ¿verdad? — Le preguntó, sus ojos brillaban.

— Con todo lo que soy. — Le respondió — Mi lindo tambor, me haces feliz. — Sonrió. 

OH'S GARAGE | SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora