I Don't Like You ~ Yuma Mukami

𝒸𝒽𝒶𝓅𝓉ℯ𝓇 𝓉𝓌ℴ

Me encontraba sentada en una de las sillas de terraza que estaban en frente del huerto donde Yuma cultivaba sus fresas, estaba leyendo un libro de botánica, esperando poder plantar más flores en algún pedacito de terreno que me prepare Yuma.
Esta es su ma era de decirme que me quería con él.

-¿Has visto ya alguna flor que quieras?- despegué la vista del libro y vi a Yuma acuclillado en el huerto  mirándome, tenía tierra en la mejilla.

-He visto unos lírios blancos preciosos, tienen detalles en rojo- le sonreí señalándole el dibujo mientras se lo enseñaba, él también sonrió.

-Entonces te conseguiré las flores- me levanté, me acerqué a él y me acuclille a su lado.

-Tienes un poco de tierra aquí- señalé mi mejilla para que él pudiese ver donde se había manchado.

-¿Aquí?- se limpió en el lado contrario.

-No- reí y se limpió otra vez en el mismo lado.

-¿Ya?- preguntó y yo negué.

-Aquí- pasé mi dedo por su mejilla para quitarle la tierra, entonces se puso nervioso y se levantó tan rápido que me tiró al suelo, él me miró y enseguida me ayudó a levantarme.

-Perdona- me dijo.

-No pasa nada- dije limpiando la parte trasera de mi vestido.

-Voy ahora mismo a por las flores- dijo, y sin darme tiempo a decirle bada su fue.

Miré la ouerta con una mueca triste y volví a sentarme en el mismo sitio de antes.

-¿Te ha vuelto a engatusar con flores?- Esa era la voz de Li, sonreí al verla asomándose por la puerta de la terracita.

-Sip- Volví a abrir el libro por la página de los lirios.

-¿Son bonitas?- asentí y ella se acercó a mi, se estaba comiendo un sándwich.-¡Wow!- exclamó - A YoonAh le gustarán mucho.

Dejé de sonreír al pensar en ella.

-¿La has visto?- Li asintió sin alegría- ¿Estaba mal?- volvió a asentir.

-Tenemos que hacer algo cuanto antes, un día la matará sin piedad.

-Voy a llamara a Jennie, le pediré que se quede unos días aquí por si ocurre alguna cosa mala- Li asintió.

-Llámala, si, yo me vuelvo a mi habitación a ver si a Azusa le ha dado por dejar de enseñarme como se corta los brazos- puso una mueca de asco.

-Suerte- le dije.

-Suerte con el gigante tu también.