Capítulo 1: Conociendo una nueva faceta

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La sensación del vómito no solamente era asquerosa e incómoda, sino que también me hacía perder fuerzas y si a eso sumamos a Eren gritándome detrás, me hacía desear estar muerta.

—¡No entiendo que diablos pasa contigo! ¡¿Por qué tenías que salir a emborracharte?! ¡¿Qué te pasa?!

—¡Ya! Ya por favor...sólo tomé un trago...no sabía que me iba a caer tan mal.

—¡Te dije que no fueras!

—Eren...por favor...no me siento bien.

Llevaba dos meses viviendo con mi novio Eren, era una relación algo intensa y problemática, yo lo quería demasiado y no buscaba alejarme de él, siempre pero siempre me juró estar a mi lado apoyándome en lo que fuera.

Después de vomitar me cargó hasta nuestra habitación compartida, donde me acostó y me desnudó para ponerme un camisón, acostándose dándome la espalda por su notoria molestia. Había salido con unas amigas, se supone que era una tarde tranquila pero terminó de forma fatal, sólo fue un pequeño trago, jamás pensé que me hiciera tan mal y para colmo, Eren no estaba de acuerdo  con esto puesto que recién llegaba de visitar a sus padres en el campo de hace 1 semana, y a él no le gustaba que le desobedeciera.

Con el despertar del sol, mi cabeza me estallaba, a regañadientes vi a Eren poner un café sobre la mesa en conjunto con otros alimentos.

—¿Sigues enojado?

—¿Tú qué crees?

—Ya te dije que lo lamento.

—¿Sabes? Odio cuando te comportas como una inmadura.

Suspiré en fastidio ya harta de sus reclamos, me dispuse a tomar el café tranquila mientras él miraba por la ventana. Parecía haberse calmado un poco.

—¿Y cómo te fue de visita a casa de tus padres?

—Bien.

—¿Ninguna novedad?

—Unas pocas.

—¿Quieres contarme?

—Me encontré con algunos familiares...casi todos hicieron sus vidas.

—Entiendo.

—-(...), estuve pensando...¿Por qué no nos mudamos para el campo?

—¿Qué?

—Estaríamos más cómodos, la renta es más barata y además es más tranquilo.

—No lo sé...¿A qué viene eso tan de repente?

Eren se acercó mucho hasta juntar nuestras frentes, su mirada parecía calmada y su mano acariciando mi mejilla me convencía un poco, para intensificar, me dio un beso en la frente y me abrazó fuerte.

—Quiero tenerte para mí, durante toda la vida.

—Eren...

—Vámonos juntos hasta el campo, solos tú y yo...vivamos felices y tranquilos.

—Pero odias la rutina, y estoy segura que...

Mis palabras fueron interrumpidas cuando su boca atrapó mis labios.
Un beso que se hacía más y más profundo, hasta el punto de despertar esos instintos, Eren apretó uno de mis pechos y bajó hasta mi cuello.
El camisón blanco que me había puesto la noche anterior me lo quitó con impaciencia, abrió mis piernas y se posicionó en ella lamiendo mi intimidad.
Tiré mi cabeza hacia atrás disfrutando de su lengua en mi sexo, sentí como una de sus manos fue hasta mi cuello haciéndole presión.

—¡Ahh!

La presión en mi cuello se hacía más y más fuerte a tal punto que casi me quedaba sin aire, me estaba ahorcando con mucha fuerza. Intenté quitar su mano con las mías siendo totalmente inútil hasta que él mismo se detuvo.

Tosí con fuerza y respiré recuperándome un poco, me sentí verdaderamente mal, a tal punto que quise pararme de la cama pero Eren no se detuvo, me giró poniéndome boca abajo y amarró mis manos con una media detrás de mi espalda, era la primera vez que hacía tal cosa.

La verdad no me sentía muy cómoda pero tampoco tenía las agallas de detenerlo en aquel entonces y más al sentir sus manos azotarme una y otra vez.

—¡Ah!

Soltaba gemidos algo incómodos. Me azotaba con mucha fuerza.

—E-Eren..¡Ah! ¡Duele! Por favor...

—¡Shh! Es lo menos que mereces por portarte como una ramera anoche.

—¡Ah! No me gusta que me digas así.

—Entonces no te comportes así.

Se detuvo por un momento, volteé hacia la derecha agitada y sentí un picor que luego se calentó en mi espalda, Eren me estaba pegando con una correa.

—¡Para, para ya! ¡Detente!

No lo estaba reconociendo, no podía, no era esa la actitud habitual en él.
Sí fantaseé alguna vez con ser amarrada y azotada pero mi ser no me permitía disfrutar lo que estaba aconteciendo.

Volvió a darme la vuelta, estaba sobre mi propia espalda y dolía, salieron algunas lágrimas de mis ojos, no podía ni siquiera mirarlo a la cara.
Eren se acercó hacia mi, acarició mi rostro y me miró con una dulzura enfermiza.

—Te ves tan hermosa...quisiera tener así, para siempre.

—¿Ah?

Lo vi pararse de la cama y exponer su miembro, estaba duro, él mismo se lo acariciaba, me miraba con unos ojos que jamás había visto en él.

Introdujo su miembro  después de separar con impaciencia mis piernas. Me embistió fuerte una y otra vez, era muy grande y a veces me lastimaba, yo me dejé poseer recibiendo un castigo delicioso y doloroso por Eren.

—¡Ahh! ¡Ahh!

La cama se movía fuerte, nuestros cuerpos chocaban con dureza y yo me movía gimiendo de gusto e incomodidad.

Eren se volvió loco, volvió a tomarme del cuello para embestirme a su antojo cada vez con más presión.

Cuando llegué a mi orgasmo me rendí por completo, a él lo dejé ser, sin importar que casi me asfixiaba por la presión en mi cuello hasta que se corrió, completo y de lleno dentro de mi.

El acto no acabó ahí, me dio la espalda y volvió a penetrarme esta vez con mayor duración.
Respiraba con dificultar con mi cara contra la cama, no me preocupé porque me la echara dentro otra vez, después de todo, Eren no podía darme  hijos.

En Chernóbil (Eren X Lectora +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora