En Chernóbil (Eren X Lectora +18)

Capítulo 5: La última escena

Tranquila y con una sonrisa innegable esperando a Reiner, me moví sin darme cuenta al ritmo de la música de Kaleo.

—¡Hey (...)!

Volteé la mirada hacia la figura, Mina una empleada más reciente que yo me llamó al tiempo que movía sus manos.

—¿Qué ocurre, Mina Carolina?

—Hay un hombre en el pasillo de atrás esperándote.

—¡Oh! Es cierto, gracias por avisarme.

Le sonreí y dejé mi puesto para dirigirme a ver al rubio.
En el camino la música de la tienda se detuvo justo cuando la figura masculina que me esperaba daba la vuelta para mirarme.

—No puede ser...otra vez tú...¡Eren! ¡Te dije que!

Y la oración no se completó, sentí algo muy frío atravesar mi vientre, algo punzante que salía y entraba a una velocidad tan increíble que perdía el ritmo. Sus ojos, los ojos verdes de Eren me miraban, con mis manos intenté defenderme inútilmente pues Eren era tan fuerte y me agarraba fuerte sin dejarme escapar, atacándome una y otra vez, no parecía tener rabia, ni tristeza, sus ojos mostraban la nada.

¿Cómo llegamos a esto? Me pregunté, me sentí en un sueño irreal perdiendo todas las fuerzas dejándome caer, Eren me puso con cuidado en el piso y continuaba clavando aquel cuchillo en mí sin detenerse.
Parecía estar perdiendo los sentidos, escuché el silbido que anunciaba el inicio de la canción "I can't Go On Without You" de Kaleo. Escuché también un grito de horror que creo era de Mina, y las personas corrían desesperadas saliendo del lugar llamando el nombre de la policía.

Mi memoria reproducía al ritmo de la música un montón de momentos, empezando por aquella tarde martes a las 2:00 pm cuando fregaba aquel sartén y Eren me abrazaba desde atrás. Pero esos recuerdos no ocultaban la realidad dura y fría de Eren a toda rabia continuando entrando y sacando aquel vil cuchillo de mí con la música en todo su esplendor y las sirenas de la policía de fondo.

Irrumpieron en la tienda, lo apuntaban y le gritaban:

—¡Deténgase ahora mismo! ¡Deténgase Ya!

Pero Eren no hacía caso y ellos no tuvieron más opción que dispararle.
Eren se tumbó al lado y con su último aliento sacó algo de su bolsillo para ponérselo a (...) con suma dificultad en su dedo.

Ya el mundo se había oscurecido por completo y de nuevo parecía encenderse. Y ahí aparecí yo nuevamente, con la música de Kaleo de fondo fuerte y suave a la vez, en un campo de flores sonriendo con la paz que todos merecemos en nuestro corazón. Pero la paz no fue eterna, me vi forzada a dejar de sonreír y correr con prisa del campo sintiendo los pasos desde atrás de la bestia. Salí corriendo del campo de flores y llegué al centro de un pueblo, ahí vi muchos policías y gente que me miraba sin hacer nada, mis gritos de auxilio eran silenciados por una lluvia que sin previo aviso azotó todo el lugar. Corrí, corrí con fuerza llegando hasta aquel callejón, volteé con demasiado miedo y él no estaba pero antes de dar el suspiro de alivio estaba atrapada en sus brazos sin poder hacer nada más que ver como el mundo se oscurecía de nuevo.

Porque en Chernóbil no hay sonrisas ni la diversión te entretiene como te lo quieren hacer ver.
Heridas que no paran, un dolor agudo junto con otros síntomas que resaltan la enfermedad incurable hasta que mueres o te matan, porque cuando vives en Chernóbil no puedes esperar un final feliz. Y por eso, hoy corres desesperada huyendo eternamente del que te aferraste por tu dependencia y la incapacidad del sistema que no te protegió, nadie te protege cuando entras a Chernóbil. Tú seguirás corriendo, intentando huir del verdugo que seguirá luchando para atraparte y quien sabe...posiblemente lo haga.

Miércoles 7 de julio del 2021, 5:47 Pm.