°I like big cocks, I can't help it.°

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-¿Me estás jodiendo?-exclamó el peli turquesa oscuro, alterado. El flujo acelerado de su excitación parecía haberse cortado de golpe al conocer el pequeño... muy pequeño amigo de su acompañante.

El chico bajó la vista, confundido.

-¿De qué estás hablando?-inquirió. levemente molesto, ya que el menor habia decidido pararlo todo en el peor momento. Su erección dolia y el raro solo se dedicaba a joderle.

-¡Ese jodido tamaño-Gritó Kaeya, rojo de la rabia-¿No te da vergüenza andar con esa miniatura entre las piernas?

El chico abrió la boca, pero las palabras no salieron. Necesitó un momento para procesar lo que estaba pasando.

-Debes estarme jodiendo tú a mi murmuró, frunciendo el ceño. Kaeya apreto ambas mandibulas, Miniatura? Enserio? ¿Qué demonios esperas? ¿Treinta centímetros?

-Pues tampoco esperaba cinco.

Diecisiete!Exclamó el chico, incrédulo Unos jodidos diecisiete centimetros no son suficientes para ti?!

El silencio proveniente por parte del menor fue suficiente para que el chico alcanzara su máximo nivel de vergüenza e indignación. Se alejo con furia del peli turquesa oscuro arrodillado frente a su hombria y camino con pasos desequilibrados y rápidos hasta su ropa tirada en un extremo de la habitación.

-¡Espera!-exclamó Kaeya, poniéndose de pie precipitadamente. Su acompañante lo miró sin dejar de ponerse la ropa - Y-yo... eh... p-podria intentar hacerlo contigo...

Un jadeo de exclamación salió de los labios del chico.

-¿Intentar? inquirió, sintiendo el enojo crecer cada vez más. Vete a la mierda.

-P-pero-Kaeya se quejó, revolviendose el cabello con frustración Oh, demonios! No es mi culpa que no cumplas mis expectativas.

-¿Qué clase de expectativas tienes? exclamó el chico, haciendo una mueca de horror, Zorra traga pollas.

Kaeya se indigno.

-Quizá si, pero solo pollas grandes. no como la tuya, amigo. Suerte con ese gusanito-canturreó, empujando al chico fuera de la habitación sin dejarle tiempo alguno de agarrar su camiseta ni su cartera, lo cual habia sido completamente a propósito, pero su acompañante parecia estar cegado de indignación, ya que no reparó en devolverse por ellas.

Kaeya se recosto contra la madera de la puerta, soltando un suspiro pesado.

-Y yo crei que porque venia de afuera me habia ganado el premio gordo-se quejó para si mismo. Demonios, realmente es mejor mi vibrador.

El peli turquesa oscuro se mordió el labio inferior. Se sentia un poco culpable por herir el ego de su acompañante, pero no podia evitarlo. Simplemente cuando un hombre no cubría aquel especial requisito tan importante para Kaeya, este enloquecia.

Camino hasta el bolso que había llevado consigo al club esa noche (donde había tenido lo que creyó que podía llamar suerte al conocer a ese guapo extranjero que acababa de salir echando humo de la habitación del hotel), en el cual guardaba lo que era calificado por sí mismo como "botiquín de emergencia", para casos como estos, el cual contenía un dildo amarillo y un vibrador del mismo color, los cuales medían aproximadamente veintitrés centímetros cada uno, más una botella de lubricante.

Se encogió de hombros y se tiró en la cama, dispuesto a resolver por sí mismo aquel problema que el extranjero le había ocasionado con besos, pero no había sido capaz de resolver con su polla.

Era un poco patético, él lo sabía, pero simplemente no podía evitarlo. Él era así y no recordaba un momento de su vida en el que haya aceptado que el miembro de su acompañante midiese menos de veinte centimetros, simplemente era su gusto, su filia.

Falofilia| Diluc x Kaeya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora