Fuck, Diluc

6.5K 649 821
                                    

Venti y Chongyun no tardaron absolutamente nada en empezar a murmurar cuando divisaron a Kaeya ingresando en la cafeteria acompañado de, nada más y nada menos que Diluc Ragnvindr.

- ¿Qué mierda les pasa a ustedes dos?-Parecen dos viejas chismosas se queja Tartaglia, dirigiendo su mirada hacia sus dos amigos, quienes le miraron estupefactos y después, señalaron hacia donde Kaeya se encontraba acompañando a Diluc por algo para almorzar - Oh, miren. está con el chico anaconda.

Venti soltó una enorme carcajada.

- Le contaste a Tartaglia?-inquirió Chongyun, mirando acusadoramente a Venti.

- De hecho, fue Kaeya quien me conto. Estaba tan desesperado de que el chico anaconda lo perdonara, que nos contó a todos su... hermosa y romantica primera charla-respondió Tartaglia con tranquilidad y sarcasmo.

Chongyun estuvo a punto de regañarlo.

- Hola, chicos-saludó Kaeya, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podian ser algo... extraños, y a él no le importaba, solo que, esta vez, no quería asustar a Diluc - Eh... él es Diluc. Va a ser nuestro amigo ahora.

Tartaglia, Venti y Chongyun se miraron entre si con un poco de sorpresa.

- Yo soy Venti, encantado de
conocerte-saluda el trenzado del grupo, estirando una mano hacia Diluc. Este le corresponde el saludo con timidez

- Un gusto...-susurra, sonriendo.

- Mi nombre es Chongyun y tu...eres una ternura!- exclama, apretando una de las mejillas de Diluc. Este se queja por lo bajo, pero sonrie avergonzado.

- G-gracias, supongo...

- Tartaglia-murmura el pelinaranja, sacudiendo levemente su mano. Diluc asiente en forma de saludo - Así que... tú eres el chico anaco...

Las palabras de Tartaglia fueron interrumpidas por las manos de Venti sobre su boca y las histéricas risas de Chongyun.

-No le hagas caso a Tartaglia, Diluc, no sabe lo que dice-le asegura el mayor de la mesa al menor, sonriendo tranquilizadoramente.- Y dime qué estudias?

Kaeya casi se siente morir de un infarto. Si no fuese por Venti, Tartaglia habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que habría desencadenado un ataque de pánico en Diluc y de seguro habría salido huyendo.

Iba a ser un poco complicado que Diluc y sus amigos se llevasen bien, pero esos tontos estaban advertidos: tenían que ayudarle a entrar en confianza con Diluc para conseguir su objetivo o Kaeya se vería obligado a hacerles pasar vergüenza con sus novios, ya que ser el consejero de todos sus amigos y su cofre de secretos tenía ventajas con aroma a chantaje.

....

-Ah... Mmh...

De nuevo Diluc empujaba en su interior, más duro, más rápido. Oh, joder, podia sentir todas y cada una de las hinchadas venas sobresaltando y palpitando por la carne caliente.. o al menos, eso era lo que se imaginaba.

Kaeya no podia entender por qué, pero cada vez que pasaba más tiempo con Diluc, sus fantasias se volvian mejores. Más realistas, más deliciosas.

Movió su mano con más rapidez, buscando llegar lo más rápido posible. No tenia demasiado tiempo, pero no había podido evitarlo.

-M-mierda... Diluc...-susurró, intentando vanamente morder sus labios para acallar sus quejidos placenteros.

Pero, en el fondo, se sentia insatisfecho. Aunque la potencia de su vibrador estaba al máximo y aunque se encontraba moviendolo fervientemente adentro y afuera en su entrada, no se sentia del todo satisfecho.

Falofilia| Diluc x Kaeya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora