~El Despertar~

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Narrador

Yuuko al enterarse de que sus hermanos menores habían desobedecido una orden de su hermano mayor, fue de inmediato para avisarle de la situación, eso lo hacia no porque le tuviera lealtad o algo parecido, mas bien buscaba la forma de que todo pudiera resolverse de la mejor manera posible, pero ni ella ni sus hermanos poseían el poder para detener a Gilgamesh, la única que podría hacerlo era su hermana menor Derieri

Al llegar al lugar donde Gilgamesh acostumbra estar, ella se detuvo un momento al mirar como su hermano comenzaba a tener una cara de desesperación, siendo así respiro profundo y se adentro al lugar llamando la atención de Gilgamesh

Al llegar al lugar donde Gilgamesh acostumbra estar, ella se detuvo un momento al mirar como su hermano comenzaba a tener una cara de desesperación, siendo así respiro profundo y se adentro al lugar llamando la atención de Gilgamesh

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Gilgamesh: ah eres tu Yuuko, ¿Qué es lo que quieres? estoy muy ocupado ahora

Yuuko: ¿estas tratando de mantener el equilibrio del mundo?

Gilgamesh: si ya lo sabes ¿para que me preguntas?

Yuuko: dime una cosa, ¿no tienes la mas mínima sospecha del porque las cosas ya no te están saliendo como antes?

Gilgamesh: ella esta viva ¿no es así?

Yuuko: vaya ¿Por qué llegaste a esa conclusión?

Gilgamesh: aunque fue algo pequeña pude sentir su presencia, sin embargo al ya no tener mi atributo no puedo identificar donde esta, puede estar en ese mundo o en otro, vienes aqui a decirme su paradero ¿no? querida hermana

Yuuko: si lo quieres saber debes de pagar un precio, lo sabes muy bien

Gilgamesh: lo se, que cruel fue nuestra madre al darte el don de la suerte y los deseos, pides lo mas preciado para uno para cumplir ese deseo, eso es muy retorcido

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Gilgamesh: lo se, que cruel fue nuestra madre al darte el don de la suerte y los deseos, pides lo mas preciado para uno para cumplir ese deseo, eso es muy retorcido

Yuuko: yo no lo veo así Gilgamesh, si deseas algo debes de sacrificar algo preciado para ti para obtener tu deseo, además no quiero que esas palabras vengan del hombre que cambio el atributo que te dio nuestra madre con tal de saciar tu avaricia

Ante las fuertes palabras de Yuuko, Gilgamesh se quedo callado y volvió a su labor, siendo así ella se retiro del lugar y volvió al mundo humano donde poseía una tienda en la cual cumplía cualquier deseo pero siempre pidiendo un precio a pagar.

Mi preciada maldición [Natsu y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora