Capítulo 1

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Si a una persona le muestras las pruebas pero no se las das hará hasta lo imposible por obtenerlas. Y eso es exactamente lo que hicimos.

Esa mañana mi hermana Nova y Xaih, su mejor amigo, decidieron que iba a ser buena idea jugar un poco con nuestros poderes.

Desde que nos asignaron cuidar una sección en México y nos pusieron a todo el grupo en una cabaña en medio de una montaña las cosas han sido mucho más tranquilas. Pero, aquel pequeño lugar no tiene el espacio suficiente para entrenar nuestras habilidades, al ser parte importante dentro de nosotros, necesitan ser liberados de vez en cuando, por lo que no puede pasar mucho tiempo sin que sean usados.

- Lekssa vamos, será como entrenar pero divertido – Nova llamó mi atención con un golpe en el hombro.

Xaih simplemente asiente con entusiasmo y corre a ponerse las botas de lluvia.

- Chicos, realmente no deberíamos hacer esto – insistí antes de salir de la cabaña. – y honestamente,  no creo que Dion esté de acuerdo con esto.

- ¿Y por qué no? – Dion apareció en las escaleras mientras se ponía una chamarra que resaltaba sus músculos  – vamos, que nunca nos divertimos fuera de los deberes.

Nil y Dulanea aparecieron justo detrás de él, listos para salir.

Vestidos así parecíamos chicos de universidad en un viaje de fin de semana.  Normalmente usamos los uniformes que nos fueron asignados al salir del fuerte y, cabe mencionar que no son para nada coloridos, a diferencia de lo que hay en los baúles con ropa normal. Se supone solo la tenemos que usar en caso de emergencias y para ir de compras al pueblo. Aunque considero que no sirve de mucho vestirnos normal si tenemos que usar lentes de sol cada que salimos y el 90% de los días está lloviendo o nublado.

- Estamos en medio del bosque, nadie viene hasta acá – Dulanea llevaba días esperando esta oportunidad, su elemento era el aire y la cima de la montaña era el escenario perfecto para practicar. – no seas aguafiestas.

- Vamos Lek, sabes que tenemos que hacerlo – insistió Nova haciendo rabieta – tendremos cuidado, anda.

Nil no parecía muy convencido, pero a donde iba Dulanea, él la seguía, se limitó a ponerse las botas de lluvia y salir con las gafas puestas.

Los demás salieron tras de él, yo fui la última en seguirlos. Estaba un poco aterrada por salir, pero, siendo honesta, me aterra el simple hecho de pensarlo.

Seguro estarán pensando el porqué de los lentes de sol, bueno, es sencillo. Nuestros ojos tienen colores muy peculiares en comparación a los humanos, sin embargo, yo debo esconder algo más.

Los ojos son la parte sencilla solo necesitan unas gafas para lograr ocultarlos, pero mis alas, bueno eso es diferente. Siempre debo llevar cosas largas y gruesas que sean capaces de retenerlas en su interior, razón por la que siento que siempre me veo más sospechosa que mis compañeros.

Es bueno que los generales hayan escogido un lugar con un clima frío y lluvioso, así no tengo que explicar el motivo de siempre llevar un abrigo o vestidos largos con mangas.

El viento golpeaba frío en las mejillas pero se sentía muy bien, el aire tenía un delicioso olor a tierra mojada y las nubes cubrían los rayos del sol. Era un día perfecto. Caminamos hasta lo alto de la montaña, aún era temprano y teníamos un par de horas antes de que empezara a oscurecer.

- Creo que aquí está bien – indicó Dion con una amplia sonrisa.

Todos parecían impacientes por iniciar, la mayoría usa sus poderes diariamente en la cabaña, cosas pequeñas  para evitar la acumulación de energía.

Los Protectores de AuboriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora