Capítulo 2

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La habitación se sentía fría, abrí los ojos con dificultad y sentí mi cuerpo hormiguear.

Hasta ese momento fui consciente de lo que había pasado. Recordé la lluvia, el vuelo, el disparo, la cara de Dion mientras caía, y, por último, la oscuridad.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, estaba confundida y asustada.

La cobija se sentía pesada sobre mí, estaba desnuda y sentía el frío recorrer mi cuerpo. Mis alas se sentían pesadas, no tenía control de ellas. Me levanté con cuidado de la cama, tratando de hacer el menor ruido posible y haciendo un esfuerzo sobre humano por sentir si alguien estaba en la casa.

Escuché a alguien subir las escaleras y antes de poder pensar en algo, corrí al baño a esconderme.

Escuché la puerta abrirse con cuidado y mi corazón se aceleró.

-¿Lekssa? – la voz de Dion me hizo volver a respirar.

Estaba a punto de salir, cuando recordé que seguía desnuda. Escuché a Dion recorrer la habitación y entré en pánico.

-¡No entres! – grité enredándome en la cortina de baño. El tubo que lo sostenía se soltó y cayó en la tina.

-¿Qué pasa? – su voz se escuchaba entre preocupada y confundida, mi corazón latía como loco - ¿Estás bien, te sientes mal?

Escuché como sus pasos se acercaban al baño.

-No, no. No entres, estoy sin ropa – insistí apenada.

Dion se quedó en silencio, no sabía qué hacer. Me quedé callada, con la mirada busqué toallas, batas, lo que fuera para cubrirme pero no había nada más que la cortina de baño, que se había enredado entre mis alas y mi cuerpo.

Escuché que Dion se movía por la habitación y el sonido de los cajones al ser abiertos.

Mi vergüenza aumentaba con cada segundo que pasaba. Unos minutos después, su mano se asomó por la puerta con un montón de ropa.

-Nil ha llevado a los demás al pueblo – tomé la ropa y Dion se mantuvo fura del baño. – creemos saber qué pasó anoche.

-Me quiero dar un baño – mi voz sonaba ronca, me aclaré la garganta pero no sirvió de mucho – Nova guarda nuestras las toallas en el closet del pasillo.

Dion salió de la habitación mientras yo seguía en la misma posición con la cortina de baño enredada alrededor de mi cuerpo.

Dejé la ropa en el lavabo y cuando escuché a Dion regresar, me escondí tras la puerta. Su mano volvió a asomarse ahora con toalla y bata en mano, las tomé para acto seguido cerrar la puerta.

Como todas mis otras prendas, Nova se había asegurado de modificar la bata haciendo que tuviera un espacio para las alas.

Me dispuse a dejar que la bata se deslizara por donde antes había estado la cortina. Abrí la puerta y asomé la cabeza. Noté que Dion seguía en dentro de la habitación y estaba cerrando las cortinas como yo siempre lo hacía.

Sé que es una tontería pero siempre me ha dado miedo que alguien llegue a verme por la ventana y descubran lo distinta que soy. Aunque muy posiblemente desde ayer haya dejado de ser un secreto.

-La cortina del baño tuvo un accidente – susurré apenada.

Dion volteó son una sonrisa burlona, se acercó y asomó su cabeza al baño, que en ese momento se encontraba hecho un desastre. La ropa aventada, la toalla en el suelo junto a la cortina y el tubo que la sostenía en la tina.

Dion rio por lo bajo adentrándose en el baño.

-Deberías considerar tener una bata aquí por si acaso

Los Protectores de AuboriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora