Mi gatito salvaje.

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La noche se teñía de rojo, el aire olía a muerte, los instintos de indefenso anima hicieron que este corriera como demonio salvaje tras su presa, lo sentía cerca, debía acabar con aquel despreciable ser nocturno, no importaba que fuera un cachorro.

Mientras el pequeño gato negro perseguía a la bestia nocturna, esta ultima seguía a un pequeño niño humano, sediento y queriendo jugar, se dio a la carrera de seguirlo y acorralarlo en la montaña, donde el humano no podía subir ni defenderse.

Acorralado y sin saber que hacer dejo que las lagrimas bañaran sus bonitas mejillas -No llores- decía aquel demonio nocturno -Acabare rápido, no sentirás el dolor- tan sediento de sangre estaba que no noto la presencia del felino.

Cuando disponía a atacar, el lindo gato negro de siete centímetros interfirió -¡Aléjate!- le grito en su forma animal.

Aquel demonio sonrió, en ese momento se considera un vampiro con suerte, dos jugosas presas, un humano de sangre demoníaca y un híbrido puro de sangre, perfecta, su boca se volvió agua de solo pensar en cuan dulce podría llegar a ser ambas combinaciones.

El felino mantenía su pelaje erizado, advirtiendo al demonio, su cacería de vampiros no podía ser peor debido al humano, no había captado el aroma ajeno y ahora estaba en problemas.

-Hoy es mi día de suerte.

Cuando el vampiro se dispuso a atacar, el felino levanto con autoridad su cola, sin pensarlo dos veces arremetió en contra del vampiro, traspasando de lleno la garganta pálida del demonio, quien prontamente baño con su sangre al gato y finalmente se convirtió en ceniza -Asqueroso ser- le gruño a las cenizas -Púdrete en el infierno.

Cuando el felino miro al humano se dio cuenta de que el pobre estaba llorando, acurrucado en la piedra, pidiendo a los dioses clemencia, acercándose con cautela, el pequeño felino reveló su forma humana. Un niño pálido manchado por sangre maldita y con tiernas orejas negras.

-Tranquilo, todo estará bien, por favor no llores- el minino se sentó al lado del humano.

El pequeño niño abandonó su escondite, sus ojos rojizos miraron con atención al niño pálido sentado a su lado -El monstruo me va a comer- susurro.

El niño pálido de orejas le sonrió con ternura -Ya se fue- aseguro -Desapareció, mira así- el pequeño hizo movimientos con sus manos simulando una pequeña explosión -Y bum.

Las risas por parte del humano no se hicieron esperar, mas tranquilo limpio sus lagrimas y sorbió sus mocos -Me salvaste- aseguro -Gatito... gracias.

El corazón del felino se acelero de forma instantánea, escuchar la risa del niño lo calmo, como si todo aquel revoltijo de pensamientos homicidas desaparecieran, por primera vez, el pálido niño se sintió en paz -Fue gracias a ti... ¿Como te llamas?

-Taehyung- contó alegre -Kim Taehyung, y tú ¿quien eres?

El felino enseño sus lindas encías rosadas -Me llamo Yoongi, y soy el futuro rey de los híbridos.

Taehyung abrió sus ojitos cual búho -Un rey- chico asombrado -Jamas había visto un rey tan... pequeño.

Yoongi arrugo la nariz y trato de verlo con enojo, mas su cara parecía un tierno animal -No soy pequeño, estoy grande- y se levanto parándose de puntitas.

Taehyung rio por lo cómico que lucía el gato -Yo soy mas alto que tú- dijo levantándose y parándose de puntitas, en efecto el niño humano era mucho mas alto.

Yoongi resoplo, su olfato pronto capto el aroma de otros humanos, era un poco desagradable, pero sabia que Taehyung tenia cierta esencia de ellos -Tus padres te buscan- afirmó el felino.

Taehyung sonrió y abrazo al gato, llenándose con algo de aquella sangre -Tenia mucho miedo, pero gracias a ti ya no tengo miedo- confesó sonriente sin despegarse del gato.

El felino dejo que aquel tierno humano lo apapachara, siendo sincero, el aroma de aquel niño le gustaba, sin ser consiente ronroneo, el felino estaba a gusto.

-Te llevare con ellos- hablo bajito.

Taehyung asintio separándose de Yoongi, el pálido niño regreso a su forma animal y dando un maullido guió al humano con sus padres -¡Taehyung!- gritaba uno de los humanos -¡Taehyung!- había linternas y perros ladrando.

Yoongi se detuvo, Taehyung sonrió al divisar a su padre y tío -Gracias- susurro el pequeño -Te prometo que volveré todos los días a este lugar para verte.

Yoongi sintió miedo, ¿Todos los días? Eso seria un problema, el aroma delicioso del humano atraería mayores demonios nocturnos, debía asegurarse de que su humano estuviera a salvo.

Cambiando a su forma humana tomo los hombros del mas alto, sus ojitos gatunos mirando fijamente a Taehyung -¡No te atrevas a volver!- le grito casi con miedo -Esas cosas pueden regresar, promete que te iras de este lugar y no pondrás un pie en ningún bosque o valle.

Taehyung miro con desconcierto al pálido -¿No te agrado?- pregunto triste -¿Ya no quieres verme?

Yoongi negó y asintio, estaba nervioso por los ladridos de los canes -Si quiero verte, eres muy dulce y me gusta como hueles- el niño rápidamente recobro el brillo en sus ojos -Pero debes mantenerte alejado de estos lugares, por favor.

Taehyung suspiro -Lo prometo... tu...- las mejillas del tierno niño se tiñeron de rosa -tu ¿Estarás bien?

Yoongi sonrió tierna-mente -Lo estaré humano.

Taehyung miro al frente su padre pronto estaría con ellos, teniendo una idea fuera de lo común sonrió en grande -Tu eres muy lindo... si nos volvemos a encontrar te prometo que me casaré contigo.

Yoongi soltó una risita infantil, levantando su meñique le miro -Lo prometes deberas ¿Deberitas?

Taehyung tomo el dedito del felino y lo unió al suyo -Lo prometo, deberitas deberitas- afirmó.

-¡¿Taehyung?!

Yoongi dio un salto, soltando sus deditos volvió a u forma animal, maullando por ultima vez se alejo del humano, regresando con sus padres -¡Adiós!- grito el niño levantando su mano en despedida.

Su padre le miro extrañado para luego abrazarlo -Estábamos muy preocupados- alardeo -No vuelvas a hacerlo... enserio temía a que te pasara algo malo.

Taehyung le sonrió a su padre, luego señaló a la nada, el hombre siguió el dedito encontrándose con la oscuridad -Mi gatito me salvo, es muy salvaje pero prometimos casarnos- contó feliz el niño.

El adulto hizo una mueca divertida, cargando a su pequeño sonrió -Volvamos a casa y me cuentas lo que paso.

El niño asintio rápidamente abrazando el cuello de su padre -Todo estará bien- susurro el pequeño -Por que Mi gatito salvaje me cuida.

El tiempo se encargaría de que ambos cumplieran aquella promesa infantil e inocente.







Porque ambos, siempre fueron una combinación perfecta.






Fin.

Mi Gatito Salvaje [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora