Nefilim

Renacer

cap. 1

Nunca entendí la muerte mucho menos la vida, entré al mundo llorando mientras todos los demás sonreían, finalmente pude dejar este mundo con una sonrisa mientras otros lloran,

Aquella luz brillante que pegó en mi cara la reconocía, no era la primera vez que la veía, cuando por fin puede ver con claridad me encontraba sentada en una silla realmente cómoda, un hombre alto con cabello negro y hombros anchos se encontraba sentado frente a mi; me servía una taza de té, aquel hombre que me veía con lastima pura con sus ojos de color rojo cereza que me miraban directamente con remordimiento mientras posicionaba enfrente de mi aquella taza de té blanca que conocía de memoria, sus labios murmurando suavemente un "lo siento" mientras recibía la taza le sonreí negando con la cabeza también le devolví un suave "no es tu culpa" acerque aquella taza a mis labios y sentí el calor del té pegando en mi cara...aquella bebida de sabor dulce como si te dijera que todo había acabado, pero no para mi, aquel último sorbo amargo que me decía que este no era el final, las lagrimas que brotaban de mis ojos mientras que los recuerdos de mi vida eran botados como si fueran basura. Aquel hombre que olvide por tan solo un momento se encontraba a mi lado extendiendo un pañuelo para poder limpiar mi cara, lo agarre delicadamente y limpie aquellos rastros de agua en mis mejillas devolví aquel pañuelo y el volvió a extender su brazo para que lo tomara, me levante de la silla y me acompañó hasta la puerta que daba hasta un hermoso jardín.

"No tienes que seguir haciendo esto, ya conozco el camino" - solté sin mirarlo -.

"Recuerdo a aquella vez que la conocí, su estatura era mucho más pequeña que ahora y te encontrabas bastante asustada, te di mi brazo para acompañarte y lo tomaste sin pensarlo diciendo "no me sueltes, por favor""- dijo todo aquello con una leve sonrisa en su rostro, mientras que mi cara se sonrojaba de la vergüenza -.

"Debería olvidar eso, pasó hace muchos años atrás" - me di cuenta que faltaba poco para llegar -.

No quería soltarlo, el me hacía sentir cómoda, es la única persona que no he podido olvidar, alguien que conozco desde hace siglos pero realmente no hay nada que sepa sobre el solo su nombre que no soy capaz de pronunciar, un nombre que me hace sentir feliz pero que me destruye de tan solo decirlo...Natnan. Al llegar a la puerta volteó a verme, solté su brazo y fui acercando mi mano a la manija de la puerta.

"¡Espera! ¿no quieres quedarte un rato?" - pregunto mientras me detenía de abrir la puerta -.

"No pasa nada, no quiero que te metas en problemas" - le regale una pequeña sonrisa y entre en la puerta -.