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—¿Por qué estabas con el chico nuevo? -pregunto Tn y Karina frunció el ceño

—Toma -dijo Karina empujando los libros de álgebra en la mano de Tn- Puedes copiar todo lo que necesites.

Tn se encogió de hombros y comenzó a guardar el libro en su mochila.

Karina suspiro aliviada.

Tenía que acercarse a el, no había forma de que pudiera dejar pasar la oportunidad. Tenía que ver quién vivía en la casa de Giselle ahora. Estaba sorprendida de que hubiera alguien de su misma edad. Sin embargo, no parecía amigable, no como lo había sido Giselle. Sonrió con tristeza al pensar en su amiga.

Era martes y el timbre de salida comenzaba a sonar en toda la escuela, por lo que el salón comenzaba a quedar vacío con cada estudiante que salia.

—¿Nos vamos? -preguntó Tn mientras arreglaba su falda

—Me quedaré un rato, nos vemos luego

—Está bien, nos vemos luego -dijo Tn saliendo del Aula

Karina se apoyo en su asiento, dibujando círculos en la superficie cuando un silencio cayó sobre el aula. Inmediatamente supo porque.

BangChan.

Si le dijeras a alguien que el chico de cabello rubio era dueño de una cadena de restaurantes, nunca te creerían: uno, porque era un estudiante, y dos, porque no se veía como un hombre de negocios. Cerró la puerta del salón y miro a 4 de los estudiantes que quedaban en el salón.

—Necesito que ustedes trabajen en mi evento del sábado -dijo Chan, juntando las manos y mirando cada uno.

Su acento nunca dejaba de hacer sonreír a Karina. Chan entregó una de las invitaciones a una chica de cabello rosado, una chica rubia y dos más a dos chicos, todos quienes se inclinaron nerviosos. Por supuesto, a Karina nunca se le pediría que trabajara en ese evento.

Ella era especial.

Los labios de Chan se curvaron en una sonrisa cuando Karina lo miró con ojos traviesos. Miró a su alrededor a los estudiantes.

—Fuera -les dijo y se hicieron escasos.

Llevó una mano a la cara de Karina, su pulgar acarició la suave piel de la joven. Se inclinó, envolviendo los labios de Karina con los suyos. Karina se inclinó hacia él con un suave suspiro, sus manos alrededor del cuello de Chan. Los labios de Chan siempre fueron suaves y dulces. Karina separó los labios sin que Chan tuviera que preguntar, dejando que su lengua explorara su boca con una curiosidad ligera, casi burlona.

—Siempre sabes tan jodidamente bien -susurró Chan cuando se apartó de la más joven- Te veré esta noche -sonrió, colocando un beso en la frente de Karina

Karina apenas tuvo tiempo de darse cuenta de que Chan se iba, antes de que el rubio estuviera afuera del salón nuevamente. Hizo un puchero, pero sin embargo estaba satisfecha de haber tenido los labios de Chan sobre los suyos por un minuto. Sabía que recibiría más esa noche de todos modos.

~•~

Se había Estado arreglando durante cuatro horas seguidas antes de que mirara el reloj y se diera cuenta de la hora que era...

BangChan solo la esperaba en su casa a las 7 p. m., por lo que todavía tenía una hora. Decidió tomar la ruta escénica a la casa de Chan, conduciendo su moto a una velocidad que normalmente no haría. Por lo general, disfrutaba de la descarga de adrenalina que obtenía al romper el límite de velocidad. Pero solo necesitaba ralentizar las cosas hoy.  Sospechaba que era porque todavía estaba molesta por ver a alguien más mudarse a la casa de Giselle.

Pasaba por delante de una tienda de conveniencia cuando vio que dicha persona salía. Apresuradamente, presionó los frenos y se hizo a un lado, sin saber por qué se había detenido.  Levantó la visera de su casco y observó al chico apoyarse contra la pared con los ojos cerrados. Parecía cansado, cansado y sin sueño. Era el tipo de cansancio que sientes cuando nada sale bien. Karina conocía ese sentimiento muy bien. Tal vez esa es la razón por la que se encontró abandonando su casco y acercándose a él.

-Hola -dijo, con las manos enterradas en los bolsillos de sus shorts azules- ¿Estás bien?

El chico se echó hacia atrás su cabello y abrió los ojos, la sorpresa se reflejó en ellos al ver a la chica parada frente a él.

-¿Estás bien? -preguntó de nuevo, inclinando la cabeza.

-No -dijo con indiferencia- No estoy bien.

Se apartó de la pared y comenzó a alejarse. Karina frunció el ceño, pero sus ojos se abrieron con comprensión cuando vio la hoja de papel en las manos del chico, el Curriculum Vitae impreso en negrita. Estaba buscando trabajo. Karina lo pensó por un segundo antes de negar con la cabeza.  Dudaba que el fuera capaz de manejar ese tipo de cosas.

OBSESIÓN ➡️ [HyunJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora