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Desvió su vista a la revista que había colocado a un lado de él. En la portada estaba la foto del hombre que tanto lo perturbaba, ¿Cómo se había enamorado de él tan rápido? Cuando YoonGi le pidió dejar su trabajo y mudarse con él, no lo dudo, lo dejo todo, su familia no lo sabía, era el trato que tenían, YoonGi le pidió guardar el secreto, por lo general mantenía su vida privada lejos de la prensa, JiMin acepto que no le entusiasmaba tampoco que su vida personal estuviera en las revistas del corazón, siete meses después, viendo la foto de primera plana donde YoonGi aparecía con una hermosa rubia en un evento que no le menciono... Le dolía, estaba comenzando a preguntarse si valía la pena estar con YoonGi. Él quería todo, lo que más deseaba era poder anunciar a los cuatro vientos su amor por él, quería poder salir juntos a cenar, presentarlo a su familia, había ocasiones en que se sentía como un sucio secreto.

—Es hora de irnos— la voz de Donghae lo hizo levantar la cabeza —me han avisado que el vuelo del señor Min está apunto de aterrizar, estoy seguro que quieres tener tiempo de arreglarte — él siguió la mirada hacia sus pantalones desteñidos, sus deportivas y su camisa blanca, era ropa sencilla pero cómoda para él, pero ahora solo la utilizaba cuando YoonGi estaba de viaje, a él le encantaba complacerlo, por esa razón JiMin vestía elegante y sofisticadamente, se encontraba completamente depilado como a su el le gustaba, quien lo diría, pero hacia todo con tal de hacerlo feliz, lentamente le sonrió a Donghae, para él era más un amigo que otra cosa.

—Tienes razón, es hora de irnos— se levantó tomando la revista, antes de subir al auto, la lanzo a un cubo de basura, no quería volver a verla, la ignorancia era la mejor opción, pero lo cierto era que no podía seguir engañándose, tenía que hacer algo, poner las cartas sobre la mesa y realizar su última jugada.

Estaba agotado y lo único que quería era descansar un rato, pero tenía que decidir cómo iba a sacar el tema de su relación. Unos días antes habría dicho que estaba contento con su vida, pero necesitaba afrontar la realidad, necesitaba seguridad, quería saber el terreno que estaba pisando, ver esa foto lo había hecho pensar en los últimos meses con YoonGi, lo quería con toda su alma, pero no sabía bien dónde iba aquella relación.

YoonGi parecía estar loco por él y el sexo era fantástico, pero ahora necesitaba algo más que acostarse con él durante unos días al mes o cuando su apretada agenda lo permitía. Estaba entrando en el dormitorio cuando YoonGi salió del cuarto de baño con una toalla en la cintura

—¡YoonGi! Has llegado antes de lo que esperaba—Cada vez que lo miraba era como la primera vez, se le ponía la piel de gallina, ese era el efecto que ejercía en él.

—Parece que viste a un fantasma Bebé—sonrió

—Donghae dijo que tu vuelo apenas llegaría

—Digamos que fue una mentira piadosa— dijo dando un paso hacia él — amor, hasta parece que no estas feliz de verme en cambio yo... te extrañe enormemente—dijo quitándose la toalla y tomándolo por los hombros para apoderarse de su boca, un gemido escapó de su garganta, el sabor de YoonGi era como una adicción de la que no se cansaría nunca, por voluntad propia, sus dedos se enredaron en el pelo oscuro, empujando su cabeza hacia abajo...él era unos centímetros más alto, le encantaba eso, el lado domínate de su amor lo hacía volverse loco.

—Llevas demasiada ropa —murmuró YoonGi, mientras le quitaba la camisa, sabía que deberían parar, tenían que hablar de lo que estaba pasando, JiMin debería de estarle gritando y echando la bronca por lo que sucedió en los Ángeles anoche, de hecho ni siquiera sabía que había pasado, solo tenía como evidencia la foto de esa mujer en la alfombra roja de ese evento con el titular que decía "la nueva conquista de Min YoonGi" fuera de eso, ignoraba completamente que más sucedió ¿Quién era la mujer? ¿Qué interés tenia YoonGi en ella? ¿Si eran amantes? ¿Si anoche fueron a otra parte después del evento?, tenía muchas cosas que preguntar pero lo había echado tanto de menos, que no podía resistirse, quizá una parte de él deseaba disfrutar de aquel momento antes de que las cosas cambiasen de manera irrevocable entre los dos.

The Assistent!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora