Capítulo Seis

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Capítulo 6:


Me coloqué entre las piernas de mi compañero, dirige la punta de mi pene a su entrada y comencé a hacer presión, sentí como él comenzaba a tensarse y a respirar de manera agitada. Fui metiéndola sin prisa hasta que mis testículos chocaron con su piel, soltó el aire que había estado conteniendo cuando por fin ingresé en su interior; sonreí con burla a lo que respondió con un puchero y una mirada desaprobatoria, paso tiempo desde la ultima vez y que ya no lo haríamos... y aquí estamos.

Sentí su mirada impaciente, sonreí de nuevo sin mirarlo, me tomé un momento para sentir el calor y su estrechez alrededor de mi pene; comencé a moverme a un ritmo intermedio, se cubrió la cara con sus brazos e intento silenciar inútilmente sus gemidos. Aumente mas la velocidad de las embestidas, sus gemidos ahora parecían gritos, me pregunto ¿Habrá alguien que nos oiga ahora? La verdad, no me importa mucho ahora el calor era insoportable y aunque quisiera parar mis caderas ahora se movían por si solas al igual que las de mi compañero, que buscaba un mayor contacto y placer propio, sentía que estaba apunto de terminar, sus paredes interiores se estrecharon aún más alrededor de mi pene me rodeo el cuello, susurro algo en mi oído y...


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- ¡AAHHH! -

Escucho un grito y abro lentamente los ojos, me rasco perezosamente luego me estiro, miro detrás de mi dónde segundos atrás estaba mi entrenador. Se encontraba en el piso, una expresión confundida, su boca se abría y cerraba sin poder encontrar las palabras adecuadas que decir, me destape, me senté en la cama y lo mire con expresión neutra.

-Bonita forma de despertar a alguien – Reclame – Un ''Buenos Días, Lucario~'' o ''Despierta Lucario mira ya amaneció'' un beso en la mejilla, un ''cariño'' o una patada serviría, pero supongo que está bien – Dije cerrando los ojos y masajeando mi cuello. Calem no respondió – Tenlo en cuenta para la próxima vez que compartas la cama con alguien

- ¡¿Qué?! – Grita de nuevo y se levanta de golpe. Gruño en molestia, tenía el dolor de cabeza mañanero, oírlo gritar no me servía de remedio.

-Por amor a Arceus, no grites ¿No ves que me duele la cabeza? – Regañe con los ojos cerrados, frotando mi frente. Calem lleva las manos a su espalda agachando la cabeza, con un pequeño sonrojo era como un pequeño niño regañado.

-L-Lo siento – Se disculpa avergonzado, abre los ojos y me señala – Espera ¡No tengo porque disculparme! – Vuelvo a gruñir por su tono de voz – Me asustaste ¿Por qué estabas en mi cama? ¿Por qué saliste de tu Poke-Ball? – Se calla unos segundos - ¿Qué hiciste? ¿hicimos?

Alzo una ceja ante sus preguntas sin sentido, suspiro cansado y me levanto la verdad es que quisiera dormir mucho más, acostarme a altas horas de la madrugada no es buena idea, pero no me arrepiento. Miro a Calem antes de responder.

-Nada, solo dormir juntos – Contesto para luego bostezar – No me sentía cómodo en mi Poke-Ball asique Sali un rato, no podía dormir y eso...tu cama se veía bastante cómoda asique – Me encogí de hombros restándole importancia.

- ¿No había otra forma de que durmieras cómodo que no fuera en mi cama? – Pregunta. Empezó a ordenar su cama.

-El piso no me pareció lo suficientemente atractivo para dormir ahí – Ruedo los ojos – Por favor, no hagas un drama

Prohibido (Pokefilia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora