1. extraños olores y descubrimientos

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si no estás de acuerdo con el uso de drogas (marihuana) o te incomoda el tema, por favor, respeta y no comentes cosas feas. sé tolerante


-Jungwoo, ¿podrías ir a buscar mi carpeta a la bodega, por favor?-le preguntó la profesora. El chico asintió con una sonrisa y se paró de su asiento rápidamente, dirigiéndose a la salida de su salón.

Jungwoo era el chico más inteligente de su clase. Siempre había sido así; desde pequeño era premiado en la escuela como el mejor estudiante, llenando las paredes de su habitación de medallas y diplomas. Actualmente el chico tenía dieciocho años, estaba a tan solo unos meses de terminar la escuela y tenía el sueño de estudiar alguna ingeniería.

Además de ser muy exitoso en el ámbito académico, el chico era muy ordenado en su vida personal. No salía a fiestas, nunca había tenido novia -de hecho, ni siquiera había besado a una chica- y mucho menos consumía drogas o alcohol. Sus padres no daban más del orgullo que sentían por su pequeño Jungwoo, y era lógico; era prácticamente el hijo perfecto.

El joven caminaba juguetonamente, dando pequeños saltitos de vez en cuando, mientras tarareaba una canción para sí mismo. Ya casi llegaba a la bodega, cuando sintió un olor muy extraño y desconocido para él. Era como picante, pero también olía como a... ¿bosque?

Se acercó curioso a la puerta, algo temeroso, pero de todas maneras la abrió.

Al entrar a la habitación, el aroma se intensificó, y a medida que avanzaba, más fuerte se hacía. Entonces, entre la débil luz del lugar, identificó una figura que se hallaba sentada entre los tantos muebles de la bodega. Al reconocerlo, tragó saliva.

Wong Yukhei. Su vecino. Y el dueño de su corazoncito desde que tiene memoria.

-Vaya vaya, pero a quién tenemos aquí... ¿cómo estás, Snoopy?-habló desvergonzadamente el pelinegro, con una sonrisa de oreja a oreja. El chico estaba sentado en el piso, apoyando su brazo en una de sus piernas. En la mano sostenía algo que Jungwoo reconoció como un cigarro, pero no estaba seguro de ello, ya que de ahí era de donde venía el extraño olor.

-¿Qué pasa, pequeño? ¿Te comió la lengua el gato?-dijo Yukhei antes de darle una calada a su extraño cigarro. Jungwoo se sonrojó. A pesar de ser mayor que Yukhei por un año, siempre que se veían lo llamaba así.

-Eh... no deberías... fumar aquí.-respondió dándose media vuelta, en busca de la carpeta de su profesora.

Yukhei soltó una risa juguetona mientras veía al mayor rebuscar nerviosamente entre los estantes.

"Adorable." pensó.

-Es solo un porro. Lo necesitaba... Ah, estoy tan estresado...-musitó Yukhei, dando otra calada.

Al escuchar la palabra "porro" todo cobró sentido para Jungwoo. Dios, ¿cómo no se dio cuenta antes? ¡Era obvio que era marihuana!

Y eso, agravaba las cosas. ¿Cómo se atrevía a consumir drogas en la escuela?

Jungwoo y Yukhei habían sido vecinos de toda la vida, por lo que se conocían bastante. Y sí, el mayor tenía claro que el pelinegro era un rebelde de tomo y lomo, pero no pensó que tendría la audacia de fumarse un porro en horario escolar. Tenía sabido que la marihuana no era tan mala como muchos la pintaban, siempre y cuando se consuma de manera responsable, pero al fin y al cabo seguía siendo una droga y la escuela claramente no era un lugar adecuado para utilizarla.

-¿Q-qué? ¡Yukhei, estás en la escuela! ¡No puedes drogarte aquí!-exclamó el chico horrorizado, volteándose hacia él nuevamente.

El menor le dio una sonrisa sarcástica, lamiendo sus labios para luego llevarse el porro nuevamente a ellos. Jungwoo miró eso atentamente, y mentiría si dijera que no se sintió un poco acalorado. A pesar de la actitud altanera que tenía el chino, le gustaba tanto.

♡;; weed | luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora