Capítulo 33

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—Siento tener que exponerte a esto. –dice apenado cuando me tomo la pastilla de emergencia.

Me muerdo el labio inferior y lo miro con timidez.

—De hecho, eso se sintió bastante bien.

Miro hacia el suelo, avergonzada de estar diciendo esto. Me siento como si mi lado racional estuviera apagado. Lo que hemos hecho fue grave, pero sinceramente no me arrepiento.

Rude me toma de la barbilla y me obliga a mirarlo nuevamente.

—Creo que ya es demasiado malo que esté corrompiendo a una estudiante de diecinueve años, como para dejarla embarazada también. –murmura, y luego asiente con la cabeza. —Pero tienes razón, no solo se sintió bastante bien, sino que fue increíble.

Se inclina y me besa suavemente en los labios. Pierdo la noción del tiempo luego, cuando ambos estamos en su cama mientras miramos hacia el techo. Mi cabeza está sobre su pecho, mientras oigo los relajantes latidos de su corazón, sus dedos juegan con mi cabello.

—Lo que siento por ti, me asusta jodidamente.

Levanto la cabeza y mis ojos lo atraviesan con la misma intensidad que los suyos a mí.

—¿Qué haremos ahora? –pregunto.

Rude lo ha dicho; no es el tipo de relaciones. Yo tampoco lo soy, ya que nunca conocí a alguien que me haga decir lo contrario. Bueno..., ya lo he conocido.

Rude piensa durante unos segundos, hasta que respira profundamente.

—¿Estas enamorada de mí? –pregunta, y no dudo al asentir con la cabeza. —Entonces, cariño, creo que tienes un problema.

Sonrío y me recuesto sobre mis antebrazos para mirarlo fijamente.

—Y tú, Rude... ¿Estás enamorado de mí?

Me mira a los ojos durante dos segundos.

—Jodidamente. –responde.

Me muerdo el labio para ocultar mi sonrisa y el gusto que esa respuesta le da a mi alma.

—Entonces, cariño, creo que ambos tenemos un problema.

Él asiente.

—Quiero que tengamos algo.

Sus ojos se sumergen en la sinceridad y vulnerabilidad cuando dice eso y mantiene la mirada fija en mí con seguridad. Mi respiración se esfuma.

—Rude Vincenauth, el chico al que todo le importa una mierda. Quien se folla a las reglas y tiene un letrero de promiscuidad en la frente... ¿Quiere algo serio conmigo?

Él entrecierra los ojos durante un segundo y me apunta con su dedo índice.

—En primer lugar, lo único que importa eres tú. En segundo lugar, comencé a follarme las reglas cuando apareciste. Y por último, no he estado con una chica desde un mes antes de conocerte, y hasta ahora has sido solo tú.

Mis labios se separan debido al asombro. Me hace sentir cosas que jamás había sentido, cada vez que dice algo, caigo todavía más profundo.

—Lo decía en serio..., Eider. Quiero algo contigo, algo más profundo. ¿Qué es lo gracioso? –pregunta cuando río lobuna.

Muevo la cabeza.

—Pensé que dirías algo como: "Por favor..., Eider. Esto seguirá siendo solo sexo". –imito su voz y él me mira con diversión.

—Yo no hablo así.

Mi sonrisa se esfuma cuando compruebo que habla en serio.

—Eres un muy buen modelo, Rude. Pero yo no quiero ser un simple repuesto de conformación en eso.

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