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•2022•

En el Museo de Exhibiciones, aquel extraño de raza mortal que ya no era demonio como los anteriores años, le regala una linda sonrisa antes de comenzar a pasar del ángel sin recuerdos del individuo angelical. El pequeño ángel deja de sonreír con sus ojos fijos en un punto anodino. Luego de unas leves realizaciones dentro de su cabecita vuelve a crear otra triste sonrisa en su rostro y se da la media vuelta velar con una nostalgica gracia al humano que se aleja con una amable indiferencia de ahí.

—Sergei Mew... Está aquí. Como humano al menos.— Realiza calmadamente el angelito. Aliviado de verlo.

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—¡Así es, Guía de Ángeles! ¡Lo vi! Está allá en la Tierra reencarnado como humano.— Cuenta Gulf al regresar a los Cielos. Sentadito en su cama con los pies estirados hacia enfrente. Eligieron el dormitorio pues a las horas del sol ningún ángel se la pasaba ahí. El robocito escuchaba atento. Moviéndose de arriba a abajo cabizbajo. No cabizbajo por tristeza. Sino por pensamientos. Dudas.

—Pero joven Gulf, es imposible. Los demonios se supone no reencarnen. Son criaturas del mal. Creadas por la mano de la oscuridad misma. Al menos que,— el robocito deja de andarse de rodeos y se detiene para pensativamente mirar al angelito. El ser angelical le alza las cejitas expectativo a lo que sea que fuese a decir. —su padre lo creará. El Rey del Infierno.

—El Rey del Infierno creando a un humano, extraño--

—Esto no es extraño, ángel Gulf. Significa problemas. Significa que la reencarnación de Sergei Mew está hecha de su antigua sangre demoníaca de chupa sangres, y que él lentamente querrá volver a chupar sangre. Cuando quedó claro hace un año atrás que la humanidad ¡no sería cazada de nuevo! Aish, este Rey Infernal causando problemas para molestar al Todopoderoso.— Se queja el robocito.

Gulf se cubre la boquita con ambas manos. Un entrecejo súper preocupado en su rostro. —Eso quiere decir que, ¿La reencarnación de Sergei Mew podría causarnos un problema muy grande como para que los humanos nos llamen traidores?— Pregunta el angelito con una voz muy preocupada.

—¡Sí!

—Ay no, ¿qué hacemos?

—Tu... Vigilalo.

—¿Qué? Pero... Eso significaría que yo tendría que bajar al mundo humano. Los dioses no permiten que los ángeles bajen todos los días.

—Te cubriré. A decir verdad, ni siquiera notarán que no estás aquí. Un ángel que les falte no es de preocupar.

Comunica el Guía de ángeles sin intenciones de ofender al angelito Gulf, pero este como quiera baja su cabecita ante ese comentario. Era triste saber que tus propios creadores no notarían tu ausencia en la Casa Celestial que crearon para ti. Bueno para muchos más, pero... Era doloroso el comentario.

—¿Podre ver a Sergei Mew?— Pregunta el angelito olvidándose de la frustración de hace un segundo para sonreírle al Guía de ángeles. El guía de ángeles le regala una bonita sonrisa digital.

—¡Sí!

Comunica el robocito. El angelito se para de la cama abrazando al robot contra su pecho mientras gira en sus talones como señal de que está verdaderamente feliz.

—¡Mi espalda de metal está rompiéndose con su abrazo!— Comunica en una voz muy robótica (fuera de su tono pasivo) el robot durante el feliz giro. Unos ángeles entran al dormitorio y se les quedan mirando raro. Aquel ser angelical lleno de rebosante felicidad deja de girar en sus pies para mirarlos con incomodez.

Los Oscuros 2 •MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora