(2)El despertar.

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Narra Samantha

Negro...

Solo veía ese color, la oscuridad total. Tal vez ese sea el color de mi alma.

Oscura.
Quemada.
Podrida.

¿Así se siente la muerte? Creí que seria más horripilante, pero creo que mi único castigo es la soledad eterna, aunque es aburrido esta bien... E permanecido sola por 6 años, para mi la eternidad no es gran cosa luego de que te acostumbras a la soledad, es mejor aquí.

Nadie me insulta, me golpea, o me acusan cuando de algo que nunca hice. Aqui no me siento culpable, ni tampoco abandonada. Solo aquí puedo mantenerme en paz.

—Oh por Dios, DOCTOR! DOCTOR!—Escuche una mujer gritar.

¿Que diablos? Mo veo nada pero escucho miles de cosas a mi alrededor.

—¿Que paso señorita Miller?—pregunto un hombre.

Miller? Los únicos Miller que conozco son Taylor y su madre catalina. Acaso catalina? Que demonios no entiendo nada.

—S-samantha estaba sonriendo ahora mismo no se como sucedió—¿Que? Acaso no estoy muerta.

—Si eso puedo ver ahora mismo esta frunciendo en ceño—Menciono el hombre.

Será que tal vez estoy en coma?

—Tal vez ella nos podría escuchar—dijo la señora miller.

—Tal vez, que tal háblale un poco asi responde a su voz, con algún signo de conciencia—Menciono el doctor—Si responde le resetare otro tratamiento y tal vez la siguiente semana despierte.

Despertar? No, si en verdad estoy en coma no quiero despertar, prefiero quedarme en este abismo es menos doloroso.

—No hay ningún signo por ahora—Hablo el a doctor—Aun así le recetaremos el tratamiento, para ver si obtenemos más resultados —dijo el señor alegremente.

—Gracias doctor—dijo con un tono alegre la señora miller.

Derrepente sentí como agarraban mi mano. Espera ¡¿QUE?! puedo sentir, siento su calor corporal y su tacto sobre mis manos, de alguna manera se siente tan reconfortante.

—Cariño, siento tanto todo esto, ya tienes dos semanas interna y para mi se sienten como dos siglos, no me gusta verte así, tampoco a Taylor, ni a Milán y Tania—

Que diablos esta sucediendo, todas estas personas me odian. Incluida la señora miller, al principio trataba de enterderme, pero cuando se entero de todas las atrocidades que le hice Marisa, se alejo de mi, también por que su hijo se lo había pedido. Y tania y milan eran mis viejas amigas, que luego de que me alejara se ellas se convirtieron en las nuevas amigas de Marisa, eso me hizo enojar mucho más. Ahora como pueden venir a mi, solo cuando estoy al borde de la muerte. Ninguna entendió mis sentimientos y resentimiento hacia Marisa y Taylor. Nadie se me acercó y me abrazo repitiendo que todo esta bien, aunque no lo esté.

Todo lo que recibí desde ese día fue odio, asco, resentimiento, golpes. Se que la mayor parte de la culpa fue mía, pero nunca tuve a alguien que me apoye, lo único que me consolaba eran las drogas. Que al mismo tiempo solo me volvian loca.

Mis padres son un cero al izquierda, ellos solo se encargan de golpearme, traumarme, y regañarme. No es de extrañar que halla cometido todo lo que cometi, al parecer la muerte era mi única salida y también me quitaron ese derecho.

(...)

—Samantha—

Taylor.

—Perdón, te hice caer, me siento tan culpable—dijo y sentí su mano acariciar la mía.

Si hubiera sido hace 1 año atrás hubiera hasta saltado de felicidad, pero ya no siento nada, solo siento asco. No quiero que me toque.

—Otra semana sin ti, me siento tan aburrido—Solto un suspiro

¡No me toques!

—Te extraño Samantha—

¡Hipocrita!

—Despierta pronto—

¡No me toques!

Senti mi interior retorcerse, no lo soporto, lo odio, su solo toque me quema y a la misma vez me da asco. ¡Si tan solo pudiera alejar mis manos de el!

Mis ojos se abrieron de par en par, y me levante mi cuerpo de la cama rápidamente, aparte sus manos de mi.

—¡No me toques!—Grite totalmente adolorida.

Senti mis lagrimas caer sobre mis mejillas y solo pude tumbarme a llorar, me sentía mareada, desorientada y adolorida. Pero nada se comparaba a lo que sentía psicologicamente. Estaba realmente destrozada.

Mi plan fue arruinado, realmente desperté.

—¡Ahhhh!—Grite en frustración.

Me sentía totalmente mareada, aun así me levante de aquella cama haciendo caer la cosa esa que agarra el suero. Taylor me miraba completamente sorprendido.

¡Me dolia la cabeza como el demonio!

—¡AHHHH!—un grito de dolor salio de lo más profundo de mi garganta haciendo que me duela.

—¡Samantha aguanta por favor!—grito Taylor tratando de agarrar mis manos.

—¡No me toques!—Lo empuje con toda mi fuerza, haciendo que caiga de espaldas.

—Señorita calmese por favor—dijo una enfermera entrando con dos enfermeros más atrás de ella. Aquella agarro mi brazo para evitar que me haga daño a mi misma.

—¡No me toques!—me solté de su agarre violentamente.

Los otros enfermeros me sostuvieron y a la que anteriormente aparte saco una aguja y la enterró en el costado de mi hombro derecho.

—SUELTENME, NO ME TOQUEN, ¡No!, ¡S-sueltenme!, p-porfavor—Grite con todas mis fuerzas hasta que las mismas me abandonaron hasta quedar completamente inconsciente.

(...)

Por primera vez en 6 años me sentía liviana, cómoda y completamente tenia paz.

Hasta que abrí los ojos.

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⏰ Última actualización: May 28, 2021 ⏰

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