(editado)
Huele sospechoso.
Sierra cerró la farmacia y salió. De camino al jardín infantil a través de un sendero extrañamente ordenado, Sierra descubrió un espectáculo extraño. Hubo un destello de luz que provenía del pequeño edificio en donde estaba el jardín infantil. Parecía que había dorado la pared. Sierra entrecerró los ojos y se acercó al edificio de la guardería.
-¿Qué es eso?
En el camino del jardín de infantes, se reunieron los aldeanos que tenían preguntas como ella. Los rumores se difundieron rápidamente en las aldeas rurales.
-¿Qué es todo esto?
Solo pregunte, pero un niño pequeño saltó desde la puerta principal del jardín infantil.
-¡Mamá!
No puedo decirle a Hanael que no me llame madre, y ya está. Sierra miró a su alrededor a toda prisa. Afortunadamente, Cassius no estaba presente. Abrazo a Hanael y dijo.
-¿Qué ocurre, Hanael? ¿Qué pasó?
-¡Eh! ¡El carruaje de calabaza llegó al jardín de infantes! ¡Supongo que hice algo de magia!
Hanael se rió con timidez. A espaldas de la pequeña Hanael, el director del jardín de infancia salió paso a paso con una amable sonrisa de Buda.
-Gracias, Sierra.
-. . .?
¿Qué es lo que agradeció el director? Sierra y el director, no eran más que una relación comercial. El director era una persona corriente de unos cuarenta años, terca y sensible, y vivía con un vago sentido del deber para con los niños. Excepto al pagar las tarifas del jardín de infantes, no habría nada especial entre ella y Sierra por lo que estaré agradecido.
-Escuché que gracias a ti se ha podido remodelar el jardín de infantes.
-¿Yo?
"Cuándo fue que yo..."
-Uh, gracias. ¡Ni siquiera sabía que Sierra fuera tan rica!
Un maestro de jardín de infancia, se frotó la mano como una mosca. Pensaba que Sierra era pobre y siempre la despreció mucho.
-Tengo mala memoria, pero ¿Por qué estoy haciendo eso de repente?
Realmente no quiero pagarle a alguien así. Sierra se volvió para mirar el edificio del jardín infantil, por lo general, hay dos formas de construir un edificio. El constructor construye el edificio él mismo, o el mago usa magia para construirlo. Por lo general, en las aldeas rurales, los magos contratan a un constructor debido a los altos costos laborales. Por cierto... Terra, la única señora exagerada del pueblo, se torció los labios.
-Sierra tú, ¿no fuiste quien donó? ¿o si?
Así es. Pero antes de que Sierra pudiera responder, Terra se levantó un poco más.
-¡Decir ah! Supongo que fuiste a alguna parte y le preguntaste incluso a un noble rico. ¿Esa persona te está convirtiendo en Cenicienta?
Sierra arqueó una ceja mientras la plantación era incómoda y le dijo a Terra de forma sarcástica.
-No seas tonta.
-¡Conozco tu billetera! ¡No serías capaz de tener esa suma de dinero!
-¿Por qué crees que le pregunté a un noble rico?
Algo era bastante sospechoso. Sierra agarró el cuello de Terra y la instó a responder en silencio.
-¡Oh, dónde lo guardas!