Uno.

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Estuve todo el vuelo pensando en lo que encontraré en tus ojos cuando nos volvamos a ver, sé que sabes como estoy, Bruno me dice que a veces te enseña mis fotos pero no recibe respuesta, me da curiosidad saber qué es lo que te guardas, tan malo es que no te atreves a decirle algo al niño?

Los nervios que poseen mi estómago me hacen creer que tus ojos me mirarán con odio, como la última vez, me gustaría borrar todas esas miradas que me persiguen en mis pesadillas, esas que me hacen despertar para llorar por lo mal que terminó todo, principalmente por la parte de "terminó" y no solo por la discusión en el armario, todo venía desde mucho antes, desde que en las noches te sentía lejos aunque estuviéramos en la misma cama porque tus ojeras me ocultaban cosas, tus ojos no me pedían ayuda y veía el desespero en el movimiento de tus manos antes de salir de casa. Yo me negaba a pensar en un adiós, supongo que la revelación del secreto fue el empujón que nos dio la vida para pasar a la separación. Pero me gustaría  recordar solo las miradas bonitas, esas en que el café de tus ojos se mezclaba con el verde de los míos para formar un puente que daba paso a la seguridad y el amor o las de los domingos porque después de una semana de trabajo, tu familia, los problemas y los secretos éramos solo los tres, Bruno, tú y yo bajo algún árbol viendo el cielo después de comer un helado y esperando a llegar a casa para comernos a besos. Tus ojos brillaban mucho los domingos y eso hacía brillar los míos. Que bonita era la vida en ese entonces. Veo en las nubes los recuerdos de tiempos mejores.

Ahora mis ojos no brillan, o al menos, no con tanta intensidad. Ser lo que soy me hace feliz, no lo puedo negar porque fue un cambio muy importante que me hizo encontrar la libertad, pero me gustaría compartir esa libertad contigo, por eso mis ojos no brillan tanto, porque ahora no se mezclan con el café de los tuyos, ni te reflejan, ni te abrazan o te transmiten amor, ahora mis ojos no reflejan a nadie, aunque en unas horas estarán frente a los tuyos y espero que me mires no con amor si no con perdón, con paz y con una tregua que pueda entreabrir un poco la puerta de la reconciliación y no precisamente en un ámbito amoroso, solo quiero que mientras estemos juntas, todo esté bien porque aunque haya pasado mucho tiempo lejos de ti, sé que sigo siendo la personas que mejor te conoce y sé también que hacer esa llamada para pedir ayuda te debío costar muchísimo, como si no fuera yo a salir corriendo para volver a ti.

Tus ojos nunca me abandonaron, en mis sueños siempre estuvieron para hacerme tener una buena noche porque sonreían al estar frente a los míos. Siempre busco algo de lo que conocí de ti en cada foto que veo, pero creo que solo los vi transmitir algo una vez en una foto donde mirabas a Bruno, sonreí como una tonta cuando los vi porque yo los miraría igual, me he perdido tanto de los dos. Las otras veces están muy abiertos pero no dicen nada. Como si la puerta a lo que sientes estuviera cerrada.

Tus ojos y los míos tenían más palabras que las que salían de nuestras bocas porque desde el inicio supimos que ese sería su objetivo, comunicarse, para que así, nuestras bocas pudieran hacer otras cosas.

Entre más cerca estoy de ti, más espero ver tus ojos y sentirme tranquila porque me digan que pese a todo lo que esta pasando últimamente, ya sanaste y estás bien, yo quiero que lo estés. Me da mucha ilusión verte, por el motivo que sea ¿será que una parte de mí sigue queriendo estar unida a ti? No quiero que me mires con cariño ni con agradecimiento por haber llegado a ayudarte, solo quiero ver a Paulina, la que conocí y la que se mostró a mí durante años como lo que realmente es.

Ya llegué, no tengo que verme para saber que mis ojos brillan de la emoción por estar después de tanto tiempo, frente a los tuyos. Tú estarás igual?

DE ÉL A ELLA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora