80 DÍAS CON EL ENEMIGO! [KOOKMIN] [OMEGAVERSE]

1.

Todos los capítulos tienen días. Pero no significa que narren solo ese día. Narran todos los días hasta llegar al número  descrito.

Día 01.

Habían dos cosas que molestaban a Jimin con toda su alma: Uno, la mala reputación y dos, la imperfección.

Para él, quién era el hijo del director y actual postulante para presidente del consejo estudiantil no cabía lugar para la palabra irresponsabilidad.

¿Era obvio no?

Había sido criado así.

Siempre era el primero en todo, siempre tenía las mejores notas y la mejor reputación posible.

Sin embargo mantener esa fachada no era precisamente tan fácil. Para empezar debía mantener esa imagen pura e inocente que tenía desde que estaba en primaria.

Bueno, aunque quisiera hacer como que era inalcanzable y que en su interior existía una temible diva emergiendo.

La realidad era muy distinta.

Esa era la imagen que se hacía de sí mismo.

En la vida real...

Era lo que las personas esperaban de él.

Jamás había estado en una relación a pesar de que se lo hayan pedido incontables veces.
Seguía teniendo ese aire puritano encima porque de hecho sí era bastante tímido para hablar con los alfas.

Solo era una persona normal a la que le habían prohibido el contacto con los alfas. Y según las historias de sus amigos no sabía si eso era bueno o malo...

Parecía ser que esos alfas no tenían un buen historial cuando se trataba del contacto con los de su género.

Pero miraba al capitán del equipo de hockey y todo en su interior revoloteaba si este lo miraba.

Oh, no lo había explicado.

El joven estudiante era demasiado enamoradizo. Después de todo su primer contacto con ese alfa fue en su primer día de instituto.

¡Por primera vez en su vida iba a un colegio mixto!

Este gran personaje se paseó por los pasillos hasta chocar con él como si fuera una película romántica. Le ayudo a recoger sus cosas y después lo llevó hasta su casillero donde al intentar abrirlo lo terminó rompiendo.

Nisiquiera sabía cómo lo había hecho.

¡Parecía magia!

Él pensó que ya lo había conseguido y cuando abrió la puerta entusiasmado de su logro esta se quedó colgando en su mano.

Sin embargo lo que le gustó es que fuera tan amable con él y es que sabía que lo hacía con la mejor de sus intenciones. El que sea tan torpe y patoso le daba un extra a su personalidad, como los condimentos que le dan sabor a una comida.

Así mismo.

Aquel gran alfa llamado Namjoon era el capitán del equipo de Hockey en su instituto. Se había estado informando sobre cómo se jugaba y los jugadores más famosos solo para tener un tema de conversación si es que llegaba el momento.

Pasaron tres años y apenas se había atrevido a saludarle cuando lo veía en los pasillos.

¿Qué tan horrible podía ser su suerte?

Tres años... Y nunca le había tocado compartir clase con él...

Ya le había rogado a todos los dioses posibles ¡Por el amor de Dios!