80 DÍAS CON EL ENEMIGO! [KOOKMIN] [OMEGAVERSE]

15.

Día 76..

Las consecuencias de dejarse llevar tanto no habían aparecido hasta horas después de practicar el acto.

Jungkook se había ido tranquilamente hasta su casa dónde la había pasado con normalidad. Cuidó a sus hermanos más pequeños cómo siempre, lavó los platos tal como le tocaba ese día y se fue a dar una ducha para ir a cenar después.

Cuando salió del baño uno de sus hermanos más pequeños le señaló qué eran esas manchas verdes en su torso y todas esas marcas en su clavícula o cuello.

Allí, a horas de lo sucedido no le tomó demasiada importancia.

Pues no le parecían para tanto.

Fue al día siguiente que esas marcas verdes y rojas se habían transformado en manchas marrones alredor de su cuello, clavículas y hasta había la marca de una mordida en su hombro.

¿Cómo se había hecho los moretones? No recordaba haberse golpeado en ningún momento...

Bueno, solo eran moretones al fin y al cabo.

¿Verdad?

Las molestias siguieron en el desayuno cuando uno de sus hermanos mayores palmeó su espalda dándole la enhorabuena por los chupetones.

_ ¡¿Ves como ir al campamento de omegas te sirvió?!

Había sentido mucho dolor cuando le había golpeado en la espalda, ardía pero era soportable a cierto punto. Si nadie lo tocaba estaría bien.

Ese día comenzaba su entrenamiento intensivo y debía ir antes al colegio para hacer su rutina de siempre. Su entrenador los estaba preparando para el siguiente juego de esa manera.

Fue justo por eso que sus compañeros le avisaron qué tenía en la espalda.

Lo habían visto de arriba abajo mientras se ponía el uniforme haciendo una cara de dolor.

_ Jimin se ve como un chico tierno, pero no lo es para nada ¿Eh? _ Le comentó uno.

_ Amigo... Qué te pasó... Parece que un gato salvaje de atacó_ Se burló entre risas y él no sabía a lo que se referían _ ¿Has visto tu espalda?

No, no lo había hecho.

Fue a mirarse a los espejos que había en el baño curioso de lo que hablaban sus amigos.

Cuando lo vio lo la mañana cobró más sentido al igual que todas sus molestias con la mochila, la ropa, el ardor que sentía...

Esos no eran arañazos comunes; Eran profundos al punto que se habían formado hematomas en ellos.

Ahora entendía el dolor.

_ ¿Estaba en celo?_ Le preguntaron y él no sabía cómo responder.

Negó con la cabeza y los presentes le dedicaron una mirada de incredulidad. Uno de ellos se había acercado a palmear su espalda felicitándolo por su hazaña, pero se detuvo en el aire al recordar lo dolorido que estaba.

_ ¿En serio no estaba en celo?

_ No...? No que yo recuerde...

No tuvo más molestias a partir de entonces.

Estaba un poco emocionado por llegar temprano a clase y poder encontrarse con ese terrón de azúcar que tanto le gustaba.

No obstante él esperó...

Sus compañeros iban llegando...

Los minutos pasaban...

Y él seguía esperándolo...