Esa noche Horacio llegó a casa de Gustabo llorando, mal y cansado. Como no, el rubio se había ofrecido a quedarse a cuidarlo para que no se sintiese solo.一 Gus, ¿tienes helado?
一 Muy poco.
一 ¿Tienes cervezas?
一 Tengo Whisky y vodka.
一 Dame uno y dos copas, porfavor. 一 Se recostó en el sofá esperando a su amigo
A los pocos minutos Gustabo aparecía con chocolate y vodka en sus manos junto a dos tazas, sentándose a un lado del crestas.
一 ¿Chocolate con Vodka? Joder, tío qué puto asco.
一 El chocolate es para mi, bebé 一 Rió sirviendo las dos copas
一 ¿Y por qué dos copas entonces?
一 Por si luego se me antoja un trago. 一 Ambos rieron
A la media hora Horacio estaba recostado en las piernas de Gustabo son una manta tapándoles mientras veían una película en la TV.
La copa de Gustabo se encontraba más llena que antes, dado que ya había terminado con esta varias veces minutos atrás.
La de Horacio estaba siendo llenada -por cuarta vez por lo menos- por Gustabo, quien tenía sus mejillas de un tono rosado bastante notorio, aunque no más que Horacio.Si, oficialmente ambos estaban bastante tomados, más Horacio que Gustabo, seguramente al día siguiente si alguno se acuerda de algo a partir de la tercera copa es un milagro.
一 Gracias por… por quedarme contigo 一 no logró formar una frase con coherencia, pero por lo visto para Gustabo era totalmente entendible
一 Conmigo puedes hacer todo Horacio… cuenta conmigo 一 se acomodó en el sitio para ver los bonitos ojos bicolores del chico de cresta
“Si tan solo supieras que te amo, Horacio… Pero siempre llega otro a robarte el corazón.”
Entonces otra voz, por llamarla de alguna manera, interrumpió sus pensamientos.
一 Horacio jamás te corresponderá si no le haces ver que lo amas, inútil. Debes deshacerte de quienes han roto su corazón, y conseguirlo tú.
La voz tétrica resonó a lo lejos de la mente de Gustabo, provocando un escalofrío en él.
Decidió ignorarla, aunque se seguía escuchando.一 Eres un imbécil. Lo tienes ahí, tan fácil, entre tus piernas. Y no haces nada…
¿Y si le hace caso?
一 Horacio 一 dijo acariciando su suave cresta, aún viéndolo a los ojos. Sin darse cuenta debían llevar así unos minutos sin decir nada y solo observándose
一 ¿Puedo besarte?
Hostia.
El rubio frenó sus caricias en el cabello aún observándolo. Su corazón latía más fuerte y sus dedos comenzaban a temblar.
一 Di que sí.
一 Si. Puedes. 一 Dudó el decirlo, pero no se esperaba la propuesta y en verdad no se quejaba de ella.
Horacio apoyó sus manos en el sofá para sentarse encima de Gustabo y agarrar sus mejillas observándole.
一 ¿Estás seguro? Vas borracho.
一 Así mañana no me acuerdo, necesito estar borracho.
Unió sus labios en un corto e inexperto beso -por parte de Gustabo, quien pocas veces había tenido ese tipo de gesto romántico con alguien-. Sus labios habían conectado suavemente, y al separarse Horacio mordía suavemente los labios de su rubio.
一 ¿Puedo volver a besarte? 一 Su bonita sonrisa no se la quitaba nadie de encima
一 Acepta. Lo tienes.
一 Está borracho…
一 Acepta.
一 Sí. 一 No podía decir nada más. Se sentía mal por aceptar a su amigo, pues sabía que estaba completamente ido y que probablemente mañana solo recordaría que quedó dormido en sus piernas viendo una aburrida película.
Nuevamente Horacio juntó sus labios. Esta vez en un beso más húmedo y largo, lamiendo los labios del rubio y acorralandolo al respaldo del sofá.
一 ¿Quieres seguir?
一 No.
一 Acepta. Es lo que tanto has querido, Gustabo.
一 Lo hace por distracción al dolor de su rechazo. No me quiere.
一 Igualmente, es una opción que no se volverá a repetir a menudo.
一 No estoy seguro. No quiero hacerlo así. Además… mi prim--
一 Cállate y acepta, sucio inútil. Que ni para eso sirves.
一 Eres un molesto dolor de cabeza.
一 Uno que te joderá psicológicamente si no haces lo que te digo. Acepta.
一 Sí…
El de cresta volvió a unir sus labios, cada vez acostumbrando más a Gustabo a la sensación mientras desabrochaba su camisa para luego quitar la de su amigo.
Sus besos comenzaron a bajar por el cuello de Gustabo, mientras con su mano buscaba la botella de alcohol, bebiendo de ella sonriente para luego agarrar de la barbilla al rubio.
一 Bebe.
一 Mañana voy a estar muerto.
一 Si yo no me acuerdo, tu tampoco.
一 No bebas, aprovecha y disfruta, idiota. No me seas idiota.
Gustabo abrió su boca tragando el sabor tan repugnante a su gusto mientras sentía como Horacio lamía sus labios, mordiendo un poco de vez en cuando.
Todo se volvió borroso. ¿Se durmió?
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Capítulo muy corto (:
Solo pa saber k pasó, You Know
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𝑷𝒐𝒈𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆 𝒍𝒐 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓. | 𝑮𝒖𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐
FanficGustabo García. Un agente de policía de 24 años, enamorado perdidamente de su fiel amigo, Horacio Pérez, de 23. Quizá ese amor realmente sea enfermizo, sobre todo cuando otra persona también lo siente por él. Su nombre es Pogo, y, en un principio, s...