"Infiel"

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La luz de la luna entraba por la ventana de "nuestra" habitación, el aire frío de la noche entraba por ésta y hacia qué recordara que me siento así.

Fría por fuera y dentro.

Desde que me casé con "él", mis noches son iguales; terminar de cenar, darme un baño, ponerme alguna ropa para dormir, esperar a mi "marido", resignarme a que otra vez no vendrá, llorar por sentirme sola y, quedarme dormida.

Mis padres me obligaron a casarme, ellos querían que manejara su empresa pero, al ser su única hija, y que yo no tenía intenciones de seguir sus pasos, lo conocieron a él.

Fue en una cena de negocios de los socios de mi padre. Su porte, elegancia, inteligencia, seriedad, preparación, sensualidad, confianza en sí mismo.
Su cabello castaño perfectamente peinado, traje gris limpiamente y sin ninguna arruga en el, zapatos muy bien lustrados, hicieron que mi padre empezara a entablar conversación con él y al mes, ya fuera socio de mi padre.

Pero, no contaba con que se ganara a mi madre también. Ella le dio el visto bueno y ambos, me dieron la bella sorpresa que me casaría con él.

En nuestro noviazgo, fue todo un horror.

Mis padres y los suyos dieron la noticia sobre nuestro noviazgo. Por una semana, estábamos en la boca de todos, diciendo lo afortunada que era al estar con el joven Villanueva, tan bueno, generoso, respetuoso, caballeroso. Según, era la envidia de todas.

Al mes de novios, todo empeoró, al no estar mis padres a su vista en las fiestas, se alejaba de mí y se acercaba a otras mujeres para empezarles a coquetear enfrente de todos.

No le tomé importancia porque nadie me creería lo que hace Bryan cuando nadie lo veía.

Todo fue lo mismo, la misma rutina que él  empezó hacer por todo el año de novios.

La boda fue extravagante y ridícula. Mucha hipocresía por todos los invitados, las mujeres que fueron invitadas (cabe recalcar, nadie las invito), se la pasaban coqueteándole enfrente de mí y, él les respondía de la misma manera.

En un momento se fue, y a la hora regresó con marcas en su cuello, una pequeña marca de labial en su camisa y un leve olor a perfume de mujer.

Sabía que me esperaba un infierno a su lado.

Y no me equivoqué.

Después de la fiesta, se fue con una mujer. Y antes de salir, me dijo:

-Voy a celebrar mi matrimonio -dijo con burla- no me esperes despierta, y vete acostumbrándote a esto.

Así, es su misma rutina desde hace 6 años.

Bryan les lavó el cerebro (estoy segura de eso) a mis padres, y le dieron la dirección de la empresa a él, cuando yo debí de estar a cargo.

Básicamente, Bryan no estaba en casa, se la pasaba trabajando (según él), y después se iba con una mujer diferente cada día.

Lloro por la frustración de no poder hacer nada, por no tener mi libertad de vuelta, por vivir en la misma rutina.

Escucho la puerta principal abrirse y cerrarse con un portazo. Veo la hora de mi celular y son las once con treinta y cinco de la noche, y no necesito pensar mucho en saber quién acaba de entrar.

Bryan entra a la habitación y se empieza a cambiar, sin voltear a verme o notar mi presencia.

Es mi oportunidad de obtener mi libertad.

-Quiero el divorcio- le digo, sin levantar mi mirada de mi celular.
Escucho que para de cambiarse y siento su mirada en mí.

-No- dice simple, cortante.

Me armo de valor y volteo a verlo. Él me está viendo y su cara está seria pero refleja tranquilidad.

Eso no me gusta.

-No me amas y no te amo, con el divorcio puedo estar con Ramiro y tú, con cuantas chicas quieras estar y sin ningún compromiso- digo, sin dejarme ver nerviosa y darle una ventaja para destruirme.

-¿Crees que voy a darte el divorcio por irte con ese bueno para nada? -responde con una risa burlesca- Eres mi trofeo, y sin mí, no serás nada -sonríe lascivo- que dirán tus padres, al enterarse que engañas al joven Villanueva, se pondrán muy decepcionados de ti - finje un puchero y sabe, que dio en mi punto débil.

-¡Solo quiero el divorcio y así, no nos hacemos daño! -respondo, con enojo en mi voz y levantándome de la cama.

-¡Ya te dije que no! -responde con enojo - Eres mía y de nadie más.

Termina de cambiarse y sale de la habitación, dando un portazo.

Lloro por la impotencia de no poder hacer más, por la vida tan asquerosa que llevo, por la culpa de mis padres, por haberme enamorado de él, por pensar que podría cambiar y empezar hacer felices juntos.

Que ilusa soy.

Otra noche sola, llorando con la misma almohada que seca mis lágrimas, las frías sábanas dándome calor, y la luna, siendo mi compañera mientras me quedo dormida.

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Holi 🙋🏻‍♀️, ¿como están? 🤗
Sé que es un one shot random pero, la idea rondaba en mi cabeza por varías días y fue lo que salió de ella 😅.

Disfrútelo y, los leo después 😏.

Pongan sus comentarios aquí, sobre qué piensan de este one shot o teorías de lo que podría pasar 👌🏻

𝘖𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 || 𝘚𝘒𝘢𝘣𝘦𝘤𝘩𝘦 𝘺 𝘛úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora