Capítulo 3

491 58 2
                                    


Karin e Itachi. Le sorprendió que su enfermera inglesa conociera esos nombres, ya que eran Karin e Itachi quienes lo obsesionaban. Y por muy diversos motivos.

Se movió inquieto en la cama. En ese momento le dolían las piernas. A veces el dolor era peor que en otras ocasiones, y esa noche era intenso. Nada conseguía que estuviera cómodo.

El accidente. Unas vacaciones invernales con amigos y familiares en los Alpes franceses.

Había estado en coma durante semanas después del accidente, y al salir de él, había permanecido inmovilizado otro par de semanas con el fin de darle a su columna vertebral la oportunidad de sanar. Le habían dicho que había sido afortunado de no sufrir una parálisis permanente, que había sido afortunado de sobrevivir a semejante accidente.

Pero para él, el horror continuó. Y no era porque echara en falta su vista, su fuerza. Era por Itachi. Itachi... no sólo su hermano mayor, sino su mejor amigo.

Y así como a los dos siempre les habían gustado los deportes extremos, Itachi había sido la flecha recta, tan bueno como el sol, mientras Sasuke había sido el chico malo y el rebelde.

Juntos habían sido imparables. Se habían divertido demasiado. No es que no hubieran trabajado... de hecho, habían trabajado con ahínco, pero se habían divertido incluso con más intensidad.

No podía recordar algún momento en que Itachi y él no hubieran participado en alguna ridícula y atrevida aventura. Su padre, Fugaku, había sido un deportista convencido, y su deslumbrante madre francesa no sólo había sido hermosa, en una ocasión también había representado a Francia en los Juegos Olímpicos de invierno. El deporte había sido la pasión de la familia.

Claro que había existido el peligro, pero su padre les había enseñado a leer las montañas, a estudiar las predicciones meteorológicas y a discutir las condiciones de la nieve con expertos en avalanchas. Habían combinado su amor por la aventura con un riesgo inteligente. Y así habían encarado la vida.

El dinero y las oportunidades jamás habían faltado.

Pero eso no los había protegido de la tragedia. No los hacía inmunes al dolor o la pérdida.

Itachi era la razón por la que necesitaba tomar pastillas. Por la que no podía dormir.

Bajo Su Poder - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora