Capítulo 7

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Esa noche inició un patrón que continuarían durante las siguientes dos semanas. Durante el día, Sasuke se desempeñaría en un régimen de ejercicios físicos y por la noche ambos compartirían una agradable cena, seguida de una o dos horas en la biblioteca, donde ella le leería un libro, el periódico o una revista económica de su elección.

 

 

El progreso de Sasuke la dejaba atónita.

 

 

El entrenador físico que él había contratado había llegado dos días después que Sakura. Sasuke había encontrado a Rock Lee en Esparta y éste había aceptado ir a trabajar con él durante las siguientes cuatro semanas, siempre y cuando pudiera regresar a Esparta los fines de semana para estar con su esposa e hijos.

 

 

Preparador del equipo olímpico griego, Rock Lee había ayudado a rehabilitar y entrenar a algunos de los atletas de elite del mundo, y trataba a Sasuke como si fuera uno de ellos.

 

 

Los primeros días, hizo muchos estiramientos y potenciación de fuerza. Al final de la primera semana, aumentó la distancia que nadaba en la piscina y añadió pesos libres a su tabla. Al final de la segunda semana, había pasado a aparatos cardiovasculares, alternando caminar con carreras cortas.

 

 

Desde el principio, Sakura había sabido que Sasuke volvería a ponerse de pie. Pero no había esperado que lo hiciera en tan sólo quince días.

 

 

En ese tiempo había demostrado ser mucho más heroico que lo que él mismo imaginaba.

 

 

No tardaría en regresar a Atenas. A la mujer y a la vida que lo esperaban allí. Con el tiempo se casaría con Karin, a la que al parecer conocía de toda la vida, y con suerte tendría hijos y una vida larga y feliz.

 

 

Pero pensar en su regreso a Atenas le dejaba el corazón en un puño. Y la sensación empeoraba al imaginar que se casaba con Karin.

 

 

Con un nudo en la garganta se recordó que ésa era la razón de su presencia allí. Había ido a preparar a Sasuke para la vida que había dejado atrás.

 

 

Y podía ver que él ya estaba listo para volver.

 

 

Las lágrimas quisieron asomarse a sus ojos.

 

 

Sasuke, el magnate griego, también le había hecho eso. No había esperado sentir eso por él, pero la había asombrado e impresionado, le había tocado el corazón con su valor, su sensibilidad, al igual que con esos raros atisbos de incertidumbre. Le hacía sentir tantas emociones. Pero, por encima de todo, la hacía sentir tierna, buena, esperanzada, nueva. Nueva.

Bajo Su Poder - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora