Capítulo 3

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— ¿Y entonces Arielito? — mi viejo me miraba serio 

— No, hoy vas a ir a la cancha, juega River. — No sé si di a mencionar que una de las prioridades de esta familia es ir a ver al millonario.

— Pero, Paula y Milagros  ya me habían invitado hace banda al cine, dale Arielito, no seas malo. — Me seguía mirando con una cara de culo impresionante. 

— No te dije. — Asentí con la cabeza, hacía una semana que le venía pidiendo que me dejara ir con Paula y Mili al cine. Llegué a la pieza y lo primero que salió fue escribirle un mensaje al grupo. 

                                             Idiotas 

Pauli: Y Lari, te dejó ir Ariel?

Mili:  A ver esperemos. 

Yo: Chicas, no, Arielito se puso la gorra y no me dejó. Igualmente voy a ir a la cancha. Nos vemos, diviértanse. 

Pauli: Uy, bueno... igualmente, Mili y yo no vamos a ir... vos no vas a ir, nosotras menos. 

Mili: Mal, no vamos. 

Yo: Vayan ustedes si quieren, mi viejo no me dejó porque juega River. Ya hasta creo que se olvidó de la suspensión del colegio que me comí. 

Mili: Ojala. 

Pauli: Suerte gallina. 

Yo: Gracias, espero que Independiente gane, Paula. 

Mili: Igualmente, aguante River amor mío. 

Pauli: Bueno, Tomás y yo cumplimos nueve meses mañana. Lo que lo amo. 

Yo: Tomauli forever. 

Mili: Malísimo el shippeo, pero como no se me ocurre ninguno, dejémoslo así :) 

Yo: Bueno, me tengo que ir a la cancha para agarrar lugar en las tribunas. Nos vemos. 

Pauli: Suerte 

Mili: Chauchis. 


Apagué el teléfono y me puse a ver todo del lado de la ventanilla hasta que llegamos al Monumental. Después de los controles fuimos a las tribunas, no sabría localizarme pero era un lugar algo cercano a los palcos. Empezaron a salir los jugadores y mi viejo se sacaba fotos con los hinchas. 


El tiempo pasó volando, empató 2 a 2 con el São Paulo. Empecé a gritar que quería sacarme fotos con los jugadores. Mi viejo me llevó a donde salían los jugadores y logré sacarme fotos con Armani y Gonzalo Montiel. 

— ¡RAFA! —  grité con todas mis fuerzas que poquito más y se me sale la garganta. 

—  ¿Ya mejoró todo? —  Lo amo.

—  Si, hasta ahora... ¿Vos? —  El sacó una foto y después me entregó el celular.

—  Todo bien, espero volverte a ver. —  Rafael me sonrió y se fue. Podría jurar que me había enamorado.  

Ya en el auto pude poner la foto con Rafa de pantalla. Definitivamente, mi foto favorita.  



                                                                


Coincidir || Rafael Santos Borré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora