segunda cicatris

75 9 0
                                    


caminé un poco  más. La enfermeria estaba frente a mí, por fin, luego de una larga y silenciosa  caminata. Es raro, pero podría decir que su estampa divisoria estaba hecha de palabras,  lo imaginé mientras andaba por  los largos trechos.

No obstante, tras cruzar, algo se rompió, y pude andar como más liviano. Ningún evento pasado, nada antes me había librado de tantos pesares y culpas.
vi el sol colarse sutilmente por las ventanas. Pude percibir que ella temblaba, y me conmoví.al  ser espectador , Algo dentro de mí me decía que la cuidara.
Estaba tan cerca de su persona que  pude ver cómo me vio por el retrovisor. De allí, solo recuerdo el estruendo. Me levanté, minutos después, al lado de ella. La pude ver, nítidamente,  . Me le acerqué, y cuando traté de tocarla para decirle que todo estaría bien,ella señaló su mano,yo sabia que era muy dificil que saliera despues de este suceso ,su rostro palido,su mirada perdida en el horizonte,por la conversacion que habiamos tenido,me habia contado de su familia rezonando en el lugar su hermosa voz tan calida,el dia del suceso yo estaba en mi silla,mi mirada fue rumbo a la pared que descansaba,faltaba dos horas para el receso,cuando deje todo listo La campanilla que estaba colgada en el extremo superior de la puerta sonó,anunciando la tan esperada hora,me levanto saliendo de mi carcel sonando mis zapatos que al hacer contacto con aquel suelo provocaba mucho ruido,detengo mis movimientos justo en la puerta mis ojos tan abiertos mirando la escena frente a mis ojos,con voz firme me hago escuchar,acercandome a paso veloz cogiendola en brazos

Varios dias despues De lo ocurrido

A las 6 am abrió los ojos. Se puso su desabillé, se lavó la cara y los dientes como cada mañana. Luego bajó las escaleras y fue directo a la cocina para encender la cafetera. Arrastrando los pies para no perder ninguna pantufla en el camino,agarre un par de zapatos cómodos y partió a la escuela,mi caminata rezonaba por el asfalto ignorando a todo aquel que me miraba sin una pisca de disimulo,murmurando entre si,las horas pasaban lenta y torturosamente hasta escuchar la campañilla,después de clase de deporte, empezaron a lanzarme papel higiénico mojado. Me escondí en un baño, pero ellas me lo siguieron lanzando por encima de la puerta. En aquellas ocasiones me quedaba quieta, no sabía cómo reaccionar. Además, no me atrevía a decírselo a nadie por sus amenazas:

-'Como se lo digas a alguien, sufrirás el doble', -

me decían

. Así que mis padres no se enteraron,Yo me comportaba normal, como lo había hecho siempre, pero un grupo de compañeros me tomó manía. Daba igual el lugar, ya fuese en el aula, en el patio o en los vestuarios del colegio, porque en todos ellos me arrinconaban y me insultaban: que si olía mal, que si era fea, que si no sabía vestir.De tantas veces que me lo dijeron, me costó mucho convencerme de que no era así,Tras los insultos, el acoso pasó a ser más físico: me robaban el desayuno y llegaron a lanzarme un pupitre,Por ser una persona tan introvertida, me costó mucho exteriorizar todo lo que me estaba ocurriendo,Siempre he sido una persona solitaria y me costaba mucho centrarme en los estudios. Aunque creo que también ha tenido que ver el hecho de ser callada,me esperaban fuera del colegio para golpearme,, Por desgracia, las cosas no mejoraron hasta que me cambiaron de escuela,En mi caso, logré superarlo al cambiar de colegio y al coincidir con un tutor que estaba muy involucrado en la lucha contra el acoso escolar. El nos habló abiertamente del problema y decidí contárselo. El hecho de haber tenido un profesor sensible fue decisivo en mi caso,Desde que terminé la secundaria  no había vuelto a sucederme de esto. Pero hace unas semanas a inicios de mi bachillerato,el ciclo continuo,ay estaba ,me comportaba normal, como lo había hecho siempre,dejando que me hicieran lo mismo,La verdad me dolía la agresión verbal y las cosas que decían, pero siempre trate de no prestarle atención de nuevo Hasta que la agresión se volvió física. Tenía moretones en mis rodillas, mi camisa siempre estaba sucia pues me tiraban cosas encima.Ser insultada y humillada en público es realmente doloroso.
Todo eso me afectó de tal manera que dejé de comer, estaba deprimida y me sentía en completa soledad. El no comer me causó anemia, además, ya no hablaba, ya no reía y siempre inventaba excusas para no ir a clases.Para mi estar en clases era una pesadilla. Los profesores ya ni siquiera me llamaban al pasar la asistencia, sabían que yo estaba ahí, escondida. Faltaba a clases un día y era imposible conseguir los apuntes, puesto que nadie quería prestármelos.Me sentía inútil, creía que no era nadie, tenía angustia, desesperanza, depresión..., me humillaban psicológicamente, también físicamente, me convirtieron en su diversión". tanto mis compañeros como mi familia

escucharla mientras lees ^ ^

Cicatrizes que perduranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora