⓿ ❷

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Aquella persona que vestía un traje impermeable blanco de cuerpo entero con una enorme mascarilla que cubría prácticamente toda su cara, depositó la pequeña cápsula roja en su mano y continuó caminando, teniendo detrás a otra persona vestida exactamente igual, pero con una bandeja especial en manos. El desconocido hizo lo mismo con su compañero que estaba parado a su lado derecho y así consecutivamente continuó hasta el final de la fila. Él era el primero en recibir la última píldora del tratamiento que todos habían estado llevando a cabo por si llegaban a ser afectados por el ambiente del planeta al que irían tras tomar la nave en unos minutos.

El que había sido nombrado como el líder suspiró antes de tomar aquella cápsula con los ojos cerrados. Sabía que ése momento llegaría, pero aún así no podía creer que estaba tan cerca de lograrlo. Miró a sus compañeros de soslayo y asintió con decisión. Todos debían tener éxito en la misión.

Cuando cada uno de los ocho chicos ingirió la píldora, todos los trabajadores se retiraron tras una reverencia. Algunos se llevaron algunos implementos de la ciencia que aún no lograban comprender, mientras otros dejaban listos los trajes que iban a utilizar para subir a la nave e irse del planeta tierra.

Chan se dirigió sin dudar al suyo, sabiendo exactamente cuál era, ya que unos días atrás se le había asignado un color a cada uno. Durante el entrenamiento algunos se habían vuelto cercanos, y lo supo tan sólo con escuchar a uno exclamar:

— ¡Vas a parecer un plátano gigante!

— ¡Conozco tu doble sentido, MinHo! — se quejó el contrario, escuchando al mayor reírse de él.

Bang los miró a ambos con una pequeña sonrisa, para entonces meterse en su conversación y decir:

— Serás un plátano muy adorable, Félix.

El mencionado le sonrió, a lo que él se sintió satisfecho con su comodidad, volviendo a mirar su traje de astronauta con admiración.

Por otro lado, uno de los recolectores se apresuró en tomar su traje y colocarselo tal y como les habían enseñado. Se sentía tan feliz porque su color asignado era su favorito. Seungmin adoraba el morado más que a nada.

— Junto con Félix hyung le daremos vida a esa nave con nuestros colores. — indicó su compañero recolector, a lo que Min asintió sonriente. — El rosado en definitiva es mi color.

Jeongin y él eran lo suficientemente cercanos como para entenderse y saber trabajar en equipo. No sabía si era igual para los electricistas o para los encargados de mantenimiento, pero confiaba en la intuición y decisión de sus superiores. Todos ellos debían ser la salvación del mundo.

Mientras tanto, alguien un metro más allá, escuchando su conversación y mirándose al espejo a la vez, lucía un traje azul a su medida. Pensaba que era una lástima tener que llevar aquel casco, aunque eso sólo sería en el despegue.

— No se trata de eso, lo sabes. — le murmuró Changbin a Felix, justo cuando ambos pasaron detrás de él.

Hyunjin era el encargado de la seguridad, por lo tanto, tendría completo acceso a las cámaras y a las puertas de todas las habitaciones y pasillos que podría albergar la nave. Pese a eso, se consideraba mejor escuchando que viendo.

Al otro lado del lugar en donde estaban completamente solos con los trajes, Jisung revisaba que cada detalle estuviese correctamente puesto en su vestimenta naranja. En ese tipo de cosas debía ser quisquilloso por su seguridad, ya que después de todo era el electricista exterior, quien ayudaría tanto dentro como fuera de la nave por si tendría que arreglar algún problema técnico manual. Rezaba porque no fuera así.

ᴇɴᴛʀᴇ ɴᴏsᴏᴛʀᴏs | SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora