⓿ ❸

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Después de pasar entre tantas personas que los saludaron y se despidieron de ellos al mismo tiempo, abordaron con éxito y emprendieron su largo viaje hacia el espacio exterior.

Cuando la nave se mantuvo estable y el trabajo de Chan, Changbin y Félix fue todo un logro memorable, se dieron el tiempo de informar en persona a los demás (los cuales se encontraban sentados con cinturones alrededor de la mesa circular de juntas que se encontraba en el centro de la nave) que podrían quitarse los cascos si así lo deseaban, y que podrían caminar con libertad por el lugar. Lo primero que todos quisieron hacer era explorar cada rincón, pero antes debían establecerse en sus habitaciones respectivas.

La forma más simple de explicar las divisiones era de la siguiente manera: un salón circular como centro; en la parte delantera estaba la cabina de controles de la nave; en el lado izquierdo yacia la sección A y en la derecha la sección B; mientras tanto, el resto estaba conformado por una considerable cantidad de corredores que te llevaban a todo tipo de cuartos. Estéticamente era todo muy bien cuidado; saltaba a la vista la modernidad del modelo y sobre todo les llamaba la atención las lunas transparentes de los alrededores del interior de la nave que daban vista al exterior; aunque claro que el tamaño no se comparaba con los de los vidrios de gran diámetro del frente de la sala de controles.

— Creo que hay un especialista de cada tipo para cada sección. Por eso me tocó en la A y a tí aquí. — comentó Seungmin, quien estaba sentado en la cama de Jeongin, mientras el menor revisaba los materiales que ya habían estado en el lugar con anticipación. — Supongo que es muy necesario que haya un electricista en cada división pero, ¿por qué separarnos a nosotros?

— Estás haciendo mucho drama. — concluyó Jeongin mientras caminaba hacia él y se sentaba a su lado. Ambos aún llevaban puestos sus trajes coloridos. — Sólo deberás pasar por algunos corredores si quieres venir a  verme. Sé que te gusto, pero disimula un poco. — tras decir ello rió, a lo que Seungmin fingió una expresión escéptica.

— ¿Tú? ¿Gustarme? — cuestionó, llevando una mano a la altura de su pecho. — Creo que el ambiente ya te está afectando.

Ambos rieron ante sus propias ocurrencias, sin saber que alguien estaba parado en la puerta de la habitación con los brazos cruzados, mirándolos fijamente.

— Al parecer seremos vecinos. — comentó Hyunjin de la nada, dejando caer sus brazos a cada lado y adentrándose sin invitación. — Estaré a tu lado derecho por si necesitas un amigo.

— Tampoco es como si hubiera una habitación al lado izquierdo. — declaró Yang, observando cómo aquel chico estudiaba por completo el interior del cuarto que le había tocado. — Además, ¿por qué necesitaría un amigo?

— ¿Por qué lo dices? — interrogó Hyunjin, girando su cuerpo para mirarlo. — Tienes uno al lado que te hace reír, ¿no es así? . . . ¿Acaso no es gratificante tenerlo?

— Oh, claro. — respondió el menor, como si se hubiese acordado de la existencia de Seungmin.

Kim simplemente se levantó con tranquilidad, hizo una reverencia y entonces dijo:

— Aún no he revisado a fondo mi habitación. Con permiso.

El par que se quedó en el lugar lo vieron irse algo cabizbajo. Jeongin soltó un bufido casi imperceptible, mirando a Hwang con recelo, pero el mayor continuó en lo suyo, como si revisar minuciosamente sus paredes fuera tan interesante.

— Oye-

— ¡Bingo! — exclamó el rubio, interrumpiendo lo que sea que había querido decir el dueño del cuarto.

— ¿Qué pasa?

Pero en vez de recibir palabras como respuesta, sus ojos se abrieron aún más de la impresión al ver cómo Hyunjin hacía presión sobre uno de los volúmenes del muro y corría a un lado una puerta secreta que daba paso a un pasillo detrás de las paredes de la nave.

ᴇɴᴛʀᴇ ɴᴏsᴏᴛʀᴏs | SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora