35. Vínculos

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Un corte recorría su mejilla, goteando sangre sobre el cuello de su blusa negra, pero al menos Lisa estaba viva. Detrás de ella, habían cuerpos inconscientes, mi lógica me decía que eran los demás hermanos y Kai, aunque no lograba verlos con claridad. Rodeé con cautela a Lisa, preocupada de que pudiera ser capaz de sentirme. Sus manos estaban encadenadas detrás de su espalda. Luchó contra ellas, pero los eslabones de metal estaban infundidos con niebla. 

—Tienes una oportunidad más.—le dijeron, acercándose lentamente. Para su crédito, ella no retrocedió— Dime cómo abrirlo, o la próxima vez que veas a Jennie, ella estará en pedazos. 

—¡No le vas a poner una mano encima a mi mujer!—el rostro de Lisa estaba rojo y yo no sabía si por la furia o por los constantes intentos de liberarse.

—¿No?—una risa sarcástica resonó en todo el lugar— Ella es ingenua, ni si quiera sospecha de mi, será fácil acercarme y asesinarla.—Lisa abrió la boca para decir algo pero inmediatamente la volvió a cerrar y agachó la cabeza— Eso creí. 

Entrecerré los ojos, es voz era familiar para mi pero desde que había tenido las visiones la escuchaba como si estuviera distorsionada y sumergida bajo el agua, lo que hacía difícil mi trabajo.

—¿Por qué haces esto?—murmuró Lisa, cuando ella levantó la mirada me desgarró el alma. Sus ojos estaban inundados de lágrimas y su mirada reflejaba extrañamente dolor, pero no físico, y eso era lo que me estaba matando.

—¿¡Por qué!?—la sombra se acercó a Lisa y la sostuvo de la garganta, me sentía inútil por no poder protegerla— Todo esto es por ti maldita perra. Siempre te interpones en mi camino, vas por ahí chasqueando los dedos quitándome todo lo que me pertenece. Eres una egocéntrica que solo piensa en beneficiarse de los demás sin importar el daño que causas. Eres tan hija de puta que no te importó privar de su libertad a Perséfone durante décadas y tampoco que varias chicas se murieran por tú culpa.—las lágrimas resbalaban una tras otra en el rostro de Lisa— Y ahora también tendrás que cargar en tu conciencia la muerte de Jennie. De todos modos ni si quiera la amas, no creo que te afecte mucho su muerte.

No sabía que me dolía más, que aquella persona hubiera dicho lo último con tanta seguridad o que Lisa no le contradijera. Mis manos temblaban y las lágrimas amenazaban con aparecer, pero hice mi mayor esfuerzo por mantenerme fuerte. 

Lisa tiró de las cadenas de nuevo, pero su expresión cambió a una de total desesperación. La otra persona se mofó y bruscamente giró hacia la niebla que se arremolinaba alrededor de la puerta. 

—Quiero que la encuentres y la mates.—dijo en una voz alta y chirriante. 

No había duda de la orden en sus palabras. La caverna retumbó con una risa cruel. Al parecer a Cronos no le gustaba que lo mandaran. Le eché un vistazo a Lisa y vi el fantasma de una sonrisa en sus labios. ¿Sabía que estaba allí, o es que ella también sabía lo inútil que era manipular a un Titán? 

—Dije que salgas a buscarla.—gruñó, pero Cronos no hizo ademán de marcharse. 

La niebla pasó a través de los barrotes de la puerta, y me pregunté por qué estaba allí de todos modos cuando fácilmente podía salir. Tal vez no todo, pero ya se había demostrado que la niebla era suficiente para hacer más daño del que el consejo podría manejar. 

—Entonces, lo haré por mi cuenta.—dijo con desdén, y la sonrisa de Lisa desapareció— Ella están en camino en este momento, y una vez que llegue, me aseguraré de que estés despierta para ver lo que le hago. No querrás perdértelo. 

—Jennie es lo suficiente inteligente para saber que eres tú.—el estómago se me contrajo cuando Lisa me quedó viendo directamente a los ojos, ¿ella realmente sabía que estaba aquí?— Todos sabrán la basura que eres, Kai.

GODDESS | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora