Attack on Titan: El cuento de un herrero

Capítulo 20: La verdad revelada

Levi dejó escapar un suspiro y se masajeó la cabeza mientras salía del bosque con un equipo de exploradores. Había pasado media hora desde la pelea y estaba exhausto. Consideraba que su escuadrón tenía suerte de que la Titán Femenina hubiera comenzado a mostrar misericordia, pero no se podía decir lo mismo de Oluo o de las personas que mató antes del cambio de opinión. Oluo tenía una familia bastante numerosa y Levi no estaba ansioso por decirles que estaba muerto. Sin importar las faltas del hombre, Levi se sintió honrado de luchar junto a Oluo, y Levi nunca lo olvidaría.

Eren se había desmayado poco después de que Mikasa se lo llevara, y Levi estaba muy preocupado por el futuro del niño. Nada de lo que pasó fue culpa suya. La Titán Femenina tenía demasiada experiencia y era demasiado verde. A la Policía Militar no le importaría eso mientras tuvieran su precioso Titán para experimentar y diseccionar. Si lo peor empeoraba, Levi lo sacaría de allí y lo escondería. Era la última esperanza de la humanidad y un buen niño, y se negó a dejarlo sufrir en sus manos. También decidió reunirse con Carolyn para asegurarse de que no quedaría atrapada en el fuego cruzado si las cosas iban mal.

En el momento en que pensó en Carolyn, inmediatamente pensó en Dillon. Nadie lo había visto desde que comenzó la Expedición. Estaba con el escuadrón de Darius, un escuadrón del que tampoco había tenido noticias. Si la Titán Femenina se encontraba con ellos, y él era tan testarudo como decían que era ...

¿Voy a encontrar tu cuerpo, Amsdale? El se preguntó. Si lo hago, ¿lo reconoceré?

"Capitán, encontramos más sobrevivientes", anunció uno de los Scouts, regresando con un par de heridos.

"Al igual que los demás", señaló Levi. "Herido, pero vivo".

"Hay una aldea al otro lado del puente", continuó mientras los heridos eran llevados a un carro para que los revisaran. "Parecía que había una pelea allí".

"Vamos a comprobarlo", sugirió Levi, avanzando.

Asintiendo, los Scouts lo siguieron cuando entraron en la aldea y lo que vieron los hizo detenerse. Había cuatro cuerpos tirados en el suelo. Uno de ellos fue una mancha de sangre, el segundo fue aplastado en una casa, el tercero fue horriblemente destrozado con un grito con la boca abierta, y el cuarto parecía estar sentado cerca.

"Tenemos uno vivo", dijo Levi, saltando del caballo y corriendo hacia él. "Soldado, ¿estás herido?"

No hubo respuesta.

"Te hice una pregunta", dijo, arrodillándose junto a él. "¿Estás...? Amsdale."

Efectivamente, era Dillon y parecía que había pasado por el peor tipo de infierno. Sus ojos estaban vacíos, casi como si estuvieran muertos. Su respiración era superficial y se quedó allí sentado sin moverse. Ni siquiera dio una inclinación de haber escuchado a Levi.

"Niño, ¿puedes oírme?" Levi preguntó en voz baja.

Dillon seguía sin moverse ni hablar.

El capitán dejó escapar un suspiro triste, mirando a los otros Scouts. "Está en shock. Tendremos que llevarlo de regreso".

"Sí, señor", respondieron los Scouts, ayudando a Dillon a subirse a uno de sus caballos.

"El resto de ustedes recogen los cuerpos", ordenó Levi. "Los vamos a traer a casa".

Saludaron y se pusieron manos a la obra.

Antes de irse, Levi se dio cuenta de algo. Esta fue la primera carnicería que había visto. Estas personas fueron asesinadas de manera brutal y efectiva, pero fuera del pueblo, el resto resultó herido. Aquí fue donde terminó el derramamiento de sangre. Lo que sea que la Titán Femenina estuviera haciendo antes cambió después de que ella dejó esta aldea, y algo en su interior le dijo que Dillon sabía qué.