Me baje del auto mirando el aeropuerto, mientras el chofer me pasaba mi maleta. Le agradecí y entre. Mi vuelo estaba por salir, pero decidí comprar algo para leer, y a la vez relajarme un poco. Fui a una librería que estaba cerca de la entrada, y entro mirando los libros. Bah, ninguno me gusta. Salgo de ahí y me dirijo al Starbucks, me compro un café y me siento esperando mi maravilloso vuelo. Mire a un lado y alcance a mirar que detrás mío había un chico con chaqueta negra al igual que sus pantalones, cabello un poco largo color café y la mirada baja observando su boleto. Vaya, un guapo deprimido igual que yo.
Me voltee y termine mi café justo antes de que me hablaran a mi vuelo, me levante y comencé a caminar hacia el avión. Pase mi maleta y subí al avión. Me senté y acomode mi cabeza en el respaldo cerrando los ojos. Sentí que alguien se sentó a mi lado y suspire fuerte.
-Creo que es de mala educación estar espiando a los chicos del café –Dijo, en un volumen para que solo yo lo escuchara.
-Que yo sepa es de mala educación interrumpir el descanso de las personas. –Dije, un poco fría y cortante.
-Estoy de acuerdo, señorita. Me llamo Lander –Dijo, sonriéndome.
Asentí. Bien, creo que debo de decir mi nombre pero no lo hago. Nadie le pidió que me diera su nombre, él se lo propuso solo. Entonces, yo me propongo no decir el mío.
-Bien… -susurra. De acuerdo, le diré el mío.
-Y yo me llamo Treena. –Dije, casi en un murmuro.
-Me gusta –sonríe y asiente.
Nos comenzamos a elevar y me relajo un poco. Entonces iremos al mismo lugar este chico y yo, que aburrido si se llega a enamorar de mí.
Mi móvil suena y lo reviso, es un mensaje de mi abuelo que dice: “Toma un taxi, es el número 124. No tomes otro, ese chofer sabe a dónde iras.” Suspire y espere el taxi en la banqueta. Lander llego a mi lado.
-¿Esperas taxi? –Pregunto, encendiendo un cigarro.
-No, espero un avión en el medio de la calle. –Le respondí.
Sonrió. –Es hora de despertar de tu mundo de fantasía y comenzar a ver las cosas de otra manera, Treena. –Dijo, dándole una calada a su cigarrillo.
Llego el taxi con el número que dijo mi abuelo mientras tomaba mi maleta. El chofer bajo la ventanilla y dijo:
-¿Señorita Treena? –Quito sus anteojos y me miro. Vaya, este es completamente guapo. Tiene bien marcados los brazos, ojos grises que parece que te perforan el alma y una voz exquisita.
-Sí, soy yo. –Subí al taxi mientras Lander me ayudaba con la maleta.
-Buena suerte, Treena. –me sonrió y cerro mi puerta con delicadeza. Le sonreí amable y mire al frente.
-Supongo que ya conociste a mi hermano, Lander. –Dijo el chofer, mientras comenzaba a manejar. ¿Hermano? Vaya… Que pequeño es el mundo.
-Sí. –Respondí.
-No te recomiendo que te relaciones con él. Es muy mujeriego, adicto a las peleas callejeras y drogadicto. –Dijo, negando.
-¿Y con quien si me puedo relacionar? A, no espera, mejor te traigo a todos los chicos del mundo para que los examines y me digas cuales si y cuáles no. –Dije algo sarcástico.
Ya no dijo nada y mire el camino. Íbamos hacia un edificio grande color gris, se miraba muy moderno y me gusta. Nos detuvimos en la entrada.
-Aquí es señorita, y lamento si algo que dije le incómodo. –Dijo, volteándome a ver.
-Gracias por traerme. –Me baje y tome mi maleta, entre en el edificio y me acerque a la recepcionista.
-Buenas tardes, mi nombre es Valeria. ¿Le puedo servir en algo? –Me sonrió amable mientras me miraba.
-Soy Treena Onisse, supongo que tengo alguna recepción.
-¡Señorita Onisse! La estábamos esperando, su habitación es la numero 476. –Sonrió y me paso la llave.
-Gracias. –Tome la llave y me dirigí a la habitación de ese número. Pensé que esto sería un poco más molesto, pero no.
Llegue a la habitación y entre. Es grande y hermosa, parecido a la casa de April. Acogedora y sencilla.
Comencé a guardar mis cosas, acomodo todo y termine tirándome en la cama quedándome dormida.
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¿Puedo empezar de nuevo?
Pertualangan¿No haz tenido todo lo que quieres? -me preguntó. -Sí.-le respondí- más nunca he tenido amor.