ও Un solo inicio. ও

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La vida en ese lugar era dura, aún si eras local desde tu nacimiento. Los días inestables, irritados azotaban a las pequeñas chozas de ese asentamiento. Furiosos porque el dios del viento necesitaba sacrificios y ritos exactos para ser adorado.

Más ellos no lo sabían. Pues era claro que ese lugar siempre fue hostil.

El viento frío constante llegaba y cuarteaba los pulmones de los pobladores, ancianos, cazadores, amas de hogar, e incluso niños que se ahogaban hasta morir por el doloroso inhalar del frío viento.

Eso y la ambición a otro tipo de vida, hacían que las personas migraran buscando el llamado "paraíso" más allá de aquella cordillera, aquel que tanto anhelaban esperanzados en solo viejos rumores.

Así que un día, los cazadores siendo los primeros en partir, seguidos de los hombres jóvenes de la familia y al final los menos vulnerables, terminaban dejando aquel hostil lugar.

En donde solo se quedaban los humanos incapaces de sobrevivir más, tal como niños, bebés, ancianos y mujeres enfermas. Eran solo seres sedentarios que se vieron en la mala fortuna de quedarse obligados por su estado físico, con una esperanza incierta que "hacía" que pudieran seguir viviendo.

Con un "Si no vuelvo, es porqué encontré el paraíso" como regalo de esperanza.

Quedando solo ese grupo de personas con deficiencias similares, pues era claro que el aventurarse a buscar nuevas tierras no era sencillo. Pues el límite de la tierra plana era el mal augurio para no querer llegar hasta ahí.

Y aun con todo eso, me estaría desviando de la historia real que sin despistes prometí hablar...

Por favor, escuchen con atención, esto es algo que no solo se encontró escrito en la vieja pared de esa choza, pues incluso los viejos sabios la conocen.

Pues después de morir la mayoría de la gente de ese grupo vulnerable, una sola persona se dio la tarea de dar santa sepultura a esos cadáveres consumidos por la peste helada, por la peste de la falta de ganas para vivir.

Aquel con el que hubiera deseado charlar...

Después de tanto esfuerzo, él había sido la única persona que había quedado de su familia y tribu.

Con una soledad cruda, y que aun así, no lo quebraba.

Más una sonrisa siempre mantenía en su rostro; pero aún más, aquel día.

Aquella noche en donde su amigo huyó. Su único compañero había salido corriendo mientras estaban de pesca. Pero, ¿Por qué razón?

El destino deseaba que él comenzara una nueva historia, quería que esa sonrisa inquebrantable no desapareciera nunca más.

Pero, ahora que el lobo huyó, ¿Quién será la compañía para que ese joven no enloquezca de soledad?

Pero, ahora que el lobo huyó, ¿Quién será la compañía para que ese joven no enloquezca de soledad?

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