Supe de magia, cuando la conocí,
supe de arte, cuando vi sus ojos.
Y fue en ese momento, cuando descubrí nuevos universos.
En mis planes no estaba quererla.
Ella era un huracán,
yo quería salvarla de todas sus tormentas.
Ella creía en las casualidades,
yo sentía que tenerla era más que un privilegio.
Nuestras manos se juntaron
y desde ese día no dejo de hacer poesía.
Ella era perfecta,
yo estaba dispuesta a poner su mundo al revés.
La quería de mil maneras,
la quería a ella.
Hoy decido desnudarme ante ti,
y no me refiero a quitarme cada prenda que cubre mi cuerpo.
Hoy dejo al descubierto mi alma para ti.
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UNA JUGADA DEL CORAZÓN
PoesíaTodos en algún momento debemos enamorarnos, aunque no lo deseemos. A todos nos han roto el corazón alguna vez, a todos nos han dicho que nos aman, mientras nos mienten a los ojos. Todos nos hemos salvado de alguna guerra que creímos imposible de ve...