VI

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La suave brisa otoñal se colaba por su ventana creando un ambiente frío pero cómodo que le hacía querer acurrucarse en su nido mientras leía sus libros y hojeaba su libreta de anotaciones. Amaba esta época del año, y sobre todo disfrutaba de la paz que le causaba el suave sonido de las hojas cayendo lentamente al suelo.

Sin embargo, aunque en ese preciso momento se encontraba en su habitación ocupando su precioso nido de mantas, ropa, y demás objetos que le reconfortaban, no había ninguna calma con su hermano rebuscando entre sus cosas mientras le seguía insistiendo que tenía que devolverle su chaqueta color negro. Y no, definitivamente no le daría una parte importante de su nido.

— ¡Vamos Tai! ¿Dónde lo has puesto? —El castaño entre gruño y gimió, quejándose por la nula ayuda que su hermano le estaba dando. —No puedo llevarme la amarilla, la idea es que pueda esconderme fácilmente, no que me vean a un kilómetro de distancia.

—Pues debiste pensar eso antes de dejarla tirada.

— ¡Estaba en la ropa sucia!

Taiyari tan solo levantó los hombros con aburrimiento y se hundió en su nido tal y como un gato aburrido.

—Pues muy mal de tu parte.

Dallas gruñó suavemente y dejo tirado el tumulto de ropa que tenía entre sus brazos. Aunque Taiyari al principio lo percibió, no le dio tiempo de quitarse antes de que su hermano saltará a su nido y lo atrapará en un abrazo asfixiante. El Omega chilló gritándole que se alejará mientras que su hermano no le daba ninguna oportunidad de huir.

—No te soltaré hasta que me des mi chaqueta. —Empezó a alborotar el cabello plateado de su hermano, sabiendo muy bien como esto le disgustaba. Y enseguida Taiyari empezó a pedirle que lo dejara en paz, realmente le incomodaba estar tan desordenado, y su nido se estaba desbaratando con los movimientos bruscos del Alfa.

— ¡Esta bien, te lo daré! Pero no sigas arruinando mi nido— Sus manos escarbaron entre la mezcla de mantas y ropa, encontrando el pequeño dobladillo negro saliendo entre una frazada violeta y un par de calcetines. — ¡Aquí tienes! Ahora hazme un favor y deja de desordenar mi habitación o le diré a papá.

Dallas suelta un bufido y vuelve a la esquina de la cama para alejarse del nido de su hermano que ocupaba todo el centro.

—Por favor, yo no temo llevarle la contrario a mis padres. —Toma la chaqueta y se la coloca mientras suelta una risa sarcástica y se desordena el cabello—No como otros.

El peliplata tan solo frunce el ceño y deja escapar un medio gruñido. Aun así, en el fondo algo se remueve incómodamente dentro de él.

—Es fácil decirlo para un Alfa. —Dice con una mueca. Su hermano le observa desde el reflejo del espejo de tocador, y sonríe diciendo;

—Es fácil decirlo cuando sabes que un género no te define. —Taiyari guarda silencio, entonces Dallas voltea para verlo nuevamente. —No quiero tener esta charla ahora porque tengo que fugarme antes de que nuestros padres lleguen. Pero—

—Está bien, no es momento de ser mi terapeuta personal, y no quiero retrasarte. —Dice con cierta resignación. Entonces su voz se vuelve más severa mientras dice: —Y recuerda, no puedo cubrirte por tanto tiempo, así que más te vale estar aquí antes del amanecer.

El Alfa asiente, y se acerca una vez más a su hermano que lo mira sospechosamente desde su cama. Dallas se inclina y le planta un beso rápido justo en la frente pecosa.

—No tardaré demasiado. Así que trata de no extrañarme.

Taiyari siente sus mejillas hervir mientras le intenta golpear con el cojín más cercano. Sin embargo, su hermano se ríe y sale rápidamente por la ventana huyendo de la bola de algodón que termina golpeando el suelo.

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⏰ Última actualización: May 25, 2021 ⏰

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