Doloroso Pasado

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Narración hecha por Nicholas Miller:

Ella... Ella era lo único que me importaba, que me importa, y que me importará... Recuerden eso, es importante para el resto de la historia.

Por el momento, lo único que sé, es que le iban a disparar a Ameline ¿o no?... La verdad, no tengo idea, pero esa voz en mi cabeza me dijo que lo hiciera... Esa voz que apareció casi al tiempo que la de Am... No le dije a nadie sobre la existencia de ella, tendría que contar muchas cosas si lo hacía y no me sentía listo para revelar todo... En parte porque podía perderla.

Lo sé, no estoy siendo claro, pero nada lo era... Estaba en el suelo, viendo el cielo, ese cielo lleno de estrellas acompañado de una luna casi completa y un azul profundo. En la lejanía se escuchaban los sollozos de Am y las sirenas... Y mi cabeza tenia un penetrante dolor que me estaba haciendo marear... Por inercia me vi obligado a cerrar los ojos y ahí perdí el conocimiento. Lo que paso después, es parte de una próxima historia... 

Pero antes ¿Qué paso antes? ¿Qué paso desde el 10 de agosto?... Bueno es momento de narrar la verdad (o una parte de ella).

El pasado puede doler, y el mío dolía... Recordar siempre había sido un castigo para mí, en parte porque me sentía culpable de ese pasado, no solo el mío sino el de Charlie también.

Mi madre murió dando a luz, eso no es un secreto para nadie, y mi padre me lo repetía constantemente desde que tengo memoria, así que díganme ¿Cómo no sentirme culpable, solo o... Malo?

Mi vida era un infierno antes de conocer a todos mis amigos, estaba realmente solo y constantemente peleaba con mi padre, claro que ahí era solo un niño, no podía defenderme, y aunque en el fondo sabia que no había sido mi culpa la muerte de mi madre, cuando algo se repite tantas veces en tu cabeza te lo empiezas a creer. 

Pero ahí estaba mi abuelo, lo único que me sostenía de niño, y que aun sigue haciendo. Richard Rice, mi abuelo, era un empresario reconocido nacionalmente y bastante serio, y que no se entendía nada con Charlie, y que jamás quiso que su hija se casara con alguien como él... Y así como mi padre me culpaba a mí, Richard lo culpaba a él.

Mi abuelo era de Colorado, de Sunny Hill para ser exactos. Mi madre también lo era. Yo también nací allí. Porque cuando ella y mi padre se casaron, se mudaron a ese pueblo. Mi madre era maestra de la escuela pública y mi padre oficial en el pueblo. Una vida rural y calmada Hasta que quedaron embarazados.... Mi madre murió y mi padre y yo nos mudamos a New York. Lo que paso después de eso, no lo contaré ahora, esa historia la dejaremos para un nuevo libro. Pero créanme, es necesario saber la existencia del pueblo para completar el misterio a la perfección.

Los años pasaron y por casualidad (o no) la conocí... Su padre sería el nuevo cadete de la sede de Brooklyn donde trabajaba él mío... La vi entrar con sus trenzas y su vestido, y juro que, si hubiese sabido que era el amor en ese momento, hubiera dicho que así sentía. Para mi suerte, ella estudiaría en mi misma escuela, y así fue... Nos volvimos inseparables.

Ella siempre fue mi estrella (la historia de porque la llamo así,  también será un misterio por ahora), mi ancla en esta realidad que tanto dolía, la única que se reía de mis chistes, la única que era capaz de sacarme una sonrisa, la única capaz de hacerme sonreír cuando todo empeoraba.

Con el paso de los años y como se lo dije a Ameline en agosto, ella fue la única y será la única en mi vida (al menos si por mi fuera) me empecé a enamorar de ella hasta que con valentía le pregunte por primera vez si quería ser mi novia y ella acepto. Y la alegría duro poco, porque después todo se derrumbo como un espejo incompleto y roto.

El 10 de agosto de 2020, ella entro doce años más tarde que la primera vez, y seguía siendo igual de hermosa, y seguía haciendo que mi corazón latiera tan rápido que creía que se iba a salir de mi pecho solo con verla. Pero como bien sabía la historia no sería fácil, porque tanto ella, como yo y nuestro entorno cambiaron en estos cuatro años.

Y no fue fácil que ella me permitiera entrar de nuevo, evitaba mi mirada al inicio, me hablaba solo para lo estrictamente necesario y seguía cerrada (lo había demostrado en las constantes peleas que tuvimos) Hasta que el 14 de agosto el misterio fue revelado una vez más y fue ahí cuando me dejo entrar de nuevo, fue ahí cuando la felicidad volvió a tener sentido en mi vida.

El 17 de agosto empezamos el primer caso, y ahí empezaron mis voces... En mi caso eran dos, una "buena" y otra "mala" y se expresaban de manera diferente... Con una me sentía bien con la otra tenia ataques de histeria.

Las semanas fueron pasando y esas voces me aconsejaron que hacer o no, que decir o que no, y así mi historia empezó a escribirse por alguien más, yo había perdido el control y si no fuera porque Am y yo estábamos bien hubiese tirado todo a la mierda. Pero no podía hacerlo, por ella.

El día que tuve el ataque de ansiedad, que Ameline tuvo que ir a mi casa a calmarle, ese día la voz que me torturaba era la "mala" y lo había estado haciendo desde que estaba en casa de los Brown y la que me dijo que le gritará a papá en la cena. Pero la "buena" se mostró cuando Am tuvo una de sus lagunas en mi casa, y cuando llego el dije del agua, esa misma voz me obligo a levantarme y a buscar a Am y me dijo como despertarla.

Si creen que voy a narrar las cosas con lujo de detalles están equivocados... Eso será después, pues el final se acerca lo sabía, porque en todo mi cuerpo empezaba a sentir frio y solo quería ver sus ojos... Esos ojos mieles que parecen estrellas... Solo quería a mi estrella al lado y protegerla, decirle que todo estaba bien, pero no fue así... 

Y entonces empecé a sentir electricidad en todo mi pecho y una voz lejana diciendo "despejen" y seguido eso, esa electricidad se conducía por todo mi cuerpo... Y ahí lo entendí, entendí que estaba pasando, donde estaba, y que sucedió... Ahí supe una buena parte de la verdad.

Estaba luchando por mi vida, ¿Cuánto tiempo había pasado desde el 11 de septiembre? No tengo idea... Solo sé que estaban tratando de reanimarme, que estaba perdiendo la batalla, pero sabía que no me podía ir por ella, debía salvarla o eso me estaba diciendo esa voz "No te puedes ir Nick, debes estar para ella" eso fue lo último que escuche, ya no sabía si estaba delirando, ya no sentía nada, ya no escuchaba nada, ya no veía nada (más allá de un inmenso lugar negro, en donde todo estaba en paz) ya no quería nada, solo la quería a ella.

Y ahí fue cuando entendí, porque Oliver estaba haciendo lo que hacía, él quería conseguir esa paz ¿Cómo? No tengo idea, pero seguramente lo descubriría pronto... Porque todo empezaba a cerrarse, ¿era mi fin? No lo creo, así no se debía sentir, y, de hecho, estaba seguro de que esa historia ajena que están escribiendo para mi no podía quedar así, no podía...

Porque ella era mi estrella y yo su luna, ambos brillando en la oscuridad, en la lejanía, en la distancia, del doloroso pasado, ambos... Solo ambos, eso era lo que anhelaba. Pero el dolor en mi cabeza se agudizaba y ahí comprendí que recordar siempre fue un castigo para mi y que ahora sería lo que tanto anhelaba, si llegaba a despertar. Pero no importa, valió la pena haber recibido esa bala en la cabeza por Ameline...

Porque Oliver le iba a disparar a ella, pero Am no reaccionaba, así que me metí entre ambos y la bala me dio a mi... Y ahora estaba luchando por mi vida, para salvar la de mi estrella. En esa oscuridad, era lo único que podía recordar, pero eso solo significaba una cosa... Que también sería lo único que podía olvidar.

Espejos Rotos [Primer libro; saga, Más allá del espejo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora