24 de mayo

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(Esta publicación se realiza el 25 de mayo porque en los ratos libres opté por evadirme viendo Floricienta)

Es al tercer o cuarto día que pese a estar ocupado empiezas a cuestionarte desde cuándo todo empezó a marchar mal y buscas indicios en palabras, imágenes o emojis viejos, por suerte, mi yo del pasado ya eliminó todo material que podría haberme causado daño. Lo que menos necesito es obsesionarme con los porqués.

Ni ayer ni hoy he llorado mucho, lo que sí puedo decir es que aún tengo estas pequeñas arritmias esporádicas cuando presencio imagenes que detonan algun recuerdo feliz.

Pese a que ayer fue un día bastante estable... (LOL!  Me sonó a lo que diría un médico de un paciente de terapia intensiva) a las ocho de la noche, mientras veía las noticias e imprimía algunas cosas que mi madre exigió, un torrente de pensamientos sobrevino con mucha intensidad...

Había escuchado alguna vez que cortarse el cabello puede ser una forma de mutilación, todo depende de lo que te motiva a hacerlo. Probablemente ya imaginan lo que sucedió.

Nunca tuve el cabello largo, pero desde que inicié mi relación, había decidido dejarlo crecer. Y aunque tardó mucho, me llegó hasta la cintura. Mamá solía decirme que mejor me lo cortara, que ya era demasiado... pero a mi y a él nos gustaba como lucía... Con el tiempo adquiri una costumbre o una especie de ritual para lavarme y cuidar mi cabello... usar agua de rosas en los medios, poner aceites capilares en las puntas, aplicarme un tratamiento cada 15 días, usar shampoos que me ayudaran a combatir el freeze, no salir sin ponerme crema de peinar... incluso aprendí a secarmelo para no dañarlo... todas esas cosas que uno hace cuando le importa algo.

Ayer sentí que mi cabello había sido como una planta... que cuidé con mucho esfuerzo durante un tiempo... Sentí que mi cabello era un simbolismo de la estabilidad que alguna vez hubo en nuestra relación, y quizá no sólo de nuestra relación, también la estabilidad que senti en general, y muy aparte, la confianza que llegué a tenerle, más que a cualquier novio que haya tenido en el pasado. Nuestra relación había sido diferente a otras, aunque los intereses que teníamos eran distintos, sentía que se complementaban el uno al otro... Además, ambos coincidiamos en lo realmente importante, el concepto de honorabilidad. Sus valores eran diferentes a los de los chicos que había conocido, siempre me mintieron y de esa manera subestimaron mi inteligencia, pero él se mantuvo honesto y por eso se me hizo fácil amarlo cada día más...

Mientras escuchaba el sonido de la impresora jalando el papel... Una arritmia leve provocó que me sintiera irritada de ser yo, una sensación  de ácido en el estómago subió hasta mi garganta y formó un nudo.

El traqueteo repetitivo de la impresora continuó y la ventana indicaba "6 páginas de 150".

No paraba, ni pararía...

Se filtraron "hubieras". "Hubiera querido tener mucho más tiempo durante la cuarentena" "Hubiera querido poder hacerle notar lo importante que era..." "Hubiera querido ser más asertiva"... y sin embargo, el querer se transformó poco a poco en algo que dejé pendiente.

Y así señores, es como nacen los "hubieras"

Fueron muchos pensamientos por minuto y no sé si pueda o deba explicarlos, pero entre todo, decidí cortar mi cabello.

Mentiría si dijera que hubo un motivo en específico, no creo que pueda afirmar que fue solo porque estaba triste... Tampoco fue solo porque una relación llegó a su fin... Quizá fue un puñado de cosas... que no puedo contar porque sobrepasaría lo patético

Sin embargo, tampoco diré que mientras lo cortaba pensaba en muchas cosas, fue de esos momentos en los que me veía a mi misma en tercera persona, derramando unas cuantas lágrimas frente al espejo mientras oía la impresora y las tijeras.

Quizás me corté el cabello porque hay ocasiones en las que mi voz resiliente dice que el dolor es pasajero... pero en esta ocasión, sus aseveraciones no fueron suficientemente poderosas y una parte de mi necesitaba (todavía) hacerme daño, y al no ser lo suficientemente fuerte se conformó con lastimar la parte del cuerpo que es temporal y efímera. Me río en su cara por ello.

Curioso... a las plantas también les quitan algunas hojas cuando se ven afectadas por plagas.

Como sea.

Me había acostumbrado a tener mechones de cabello largo sobre la almohada y la cara; después, reírme de ello al despertar o al empezar mi día, pero ya es pasado.

Ignoro cuando pueda volver a dejarlo crecer, acabo de cuestionarmelo mientras rememoraba todo lo sucedido... la verdad es que pensé que extrañaría tener el cabello largo pero no es así, me molestaba en cosas prácticas aunque me gustara su aspecto. Antes, cuando me agachaba sentía que primero debia recogerlo para que no tocara el suelo o porque simplemente no me permitía ver; también tenía un montón de cabellos largos caídos por ahí, como si fuera un gato que derrama su pelaje. Algunas veces encontré cabellos míos en su ropa jajaja y él solía decir que iba a guardarlos para clonarme...

Las razones que alguna vez tuve y me motivaron a dejarlo crecer simplemente se disolvieron. La chica de cabello largo era sólo una versión... una versión que dejó de estar presente, hablo de las emociones que albergó y de los planes que en cierto momento tuvo, y no, no está todo ligado al amor que pude sentir, no todo tiene que ver con la relación, me refiero a las ideas que tenía, a las esperanzas más profundas, a las ideas más bobas y también las coherentes.

Se me viene a la mente una youtuber que alguna vez dijo estas palabras (o quizás mi cerebro acaba de imaginar que las dijo):

"¡Qué cortos son el amor y la vida, para permanecer hasta el fin con el mismo estilo de cabello!"

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