Jajajaja reviso esto y me caigo bien.
Si a alguien le interesa, la recaída sí ocurrió parcialmente, lamento decepcionar a alguien, conocí al individuo y fue interesante por un par de semanas, después me sentí aburrida y estancada en la misma narrativa de salir-hablar-atarse. Nos distanciamos y se acabó.
Fue divertido mientras duró, sobretodo porque no hubo decepción de por medio, ya que no esperaba absolutamente nada de él, quise conocerlo por una cuestión estética y eso es lo que hubo, me pareció guapo en persona y eso es lo que esperaba, no es que lo creyera buena persona o un individuo más maduro; con el paso de los años es difícil creer que vas a encontrar a un hombre con la inteligencia emocional suficiente para ser tomado muy en serio como compañero. Y cuando me dijo que yo era demasiado misteriosa le dije que debía ser paciente, pero siguió con esa misma idea hasta que no me quedo más que decirle que si no le gustaba, podíamos ir cada quien por su lado. No soy una persona que juegue con los sentimientos de otros, o al menos trato de no serlo, pero creo que el pensaba que quizás detrás de tanto misterio tenía secretos oscuros que iban hacerlo sentir usado. No importó cuánto tratara de explicarle que soy lenta para dejar que me conozcan. En fin, supongo que intentó ser paciente pero admito que no soy fácil de tolerar en algunos aspectos.
Fuera de eso, creo que el tenía ciertas heridas de abandono que lo hacían desconfiado y con un apego distante, creo que así le dicen. Entonces nos topamos entre dos individuos que por distintas razones no querían o podían generar lazos comunes y corrientes de forma rápida.
Recuerdo todas las charlas con esa persona y sonrío, aunque no haya sido muy trascendente, me hizo pensar en esa frase de her que dice "siento que de hoy en adelante todas las emociones que tenga serán una copia de unas mucho más fuerte, ya no me queda nada nuevo que experimentar" El era como fragmentos de varios hombres que he conocido y por eso sé que terminó cuando debía o hubiese sido una agonía.
A veces abandonar una lucha es la mejor forma de ganar algo más importante, como el bienestar y la salud mental.
Las interacciones breves a veces son mejores, sin desgastes, sin llantos, ni aferrarse. Decirnos adiós antes de un barullo de relación ha sido la forma de interacción más franca, eso es muy práctico.