Venezuela.

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No hay mucho qué decir sobre qué fue lo primero que hice respecto al diario. Tenía una parte del documento de G-12 preparado para la audiencia y ya quería publicarlo. Pero ni siquiera había podido terminar de leerlo todo en aquel instante. De modo que el día 25 de agosto del 2020, empecé a subir, poco a poco la historia de Dylan, sobre cómo se convirtió en G-12. Lo hacía con aquella lentitud para ver si a alguien le llegaba a dar interés. Y hoy al ver que la primera parte del Diario de G-12 tiene más de mil lecturas, he de deducir que a muchos les interesó.

...

Esto nos lleva al febrero del 2021 Varios meses después conseguí traducir el texto completo. Pero seguía escéptico al ver ese código final—«re eltos seguimien planta ais»—. Primeramente pensé si se trataba de una oración en italiano o en latín. Ninguno de esos dos idiomas arrojaba algún resultado coherente. Aun recuerdo lo ridículo que fue que perdí casi una hora en el traductor de google y el código copiado, traduciéndolo a los varios idiomas que tienen algún vínculo con el latín. No solamente el español y el inglés. No arrojaba ningún tipo de resultado. Incluso probé con la opción de detectar el idioma, pero al parecer no significa nada. Quería pensar que si tenía algún tipo de significado. No sería nada lógico que Dylan haya dejado un texto incoherente solo porque si... ¿O sí?

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No lo sé. La cabeza me estaba dando vueltas y yo simplemente, no sabía que pensar, me sentía inquieto y no tenía un plan. Durante un tiempo—no recuerdo cuanto— estuve sin hacer nada al respecto, pero siempre me quedaba con la intriga de querer saber qué ha sido de la parte restante del diario... Hasta inicios de marzo que tuve una especie de revelación. Como Dylan casi siempre decía que se la pasaba leyendo «El Símbolo Perdido», me dio un poco de interés saber sobre aquella obra. De hecho, esa era la tercera parte de una saga de novelas, escritas por Dan Brown (1). Estaba leyendo la segunda parte, titulada: «El Código Da Vinci», el cual, justo al final de su capítulo 20, dicta así:

«Sin más, se sacó una pluma del bolsillo de la chaqueta y reordenó las letras

de las dos líneas.

»¡Diavole in Dracon!

¡Límala, asno!

»Aquellos eran los perfectos anagramas de...

»¡Leonardo da Vinci!

¡La Mona Lisa!»

Algo me hizo querer parar la lectura justo en aquel instante. Pensé si no se trataba de ningún idioma. Tal vez era un anagrama. Probé mezclar las letras únicamente en español. En aquel punto ya me sabía de memoria el anagrama. Mi primera combinación de letras fue asi:

«solteras sigue en mii planta»

Por supuesto que esa oración no tenía ningún sentido, así que lo intenté unas cuantas veces más. Cuando estaba a punto de rendirme pensé en una oración mas. Apenas terminé de armarla, fruncí el ceño. Su significado era claro.

«re eltos seguimien planta ais»

El perfecto anagrama de:

«el resto sigue en mi país natal»

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«¿Su país natal?», dije con una notable duda en mi rostro. Era bueno saber que su diario aun continuaba, pero no encontraba ninguna manera para poder viajar hasta al Reino Unido. Y si realmente estuviese en aquel bello país, ¿Dónde se suponía que empezase a buscar? Si no estaba en Londres, ¿en qué ciudad buscaría? Y si realmente estaba allí, ¿en cuál zona de la ciudad? Demasiadas eran mis preguntas, y casi nulas las respuestas.

Hasta que llegó el mes de abril. En la fecha de semana santa, recordé que unos tíos emigraron hacia Londres. Durante una video llamada se me ocurrió preguntarles: «Ey, que tal si durante esa semana fuéramos a visitarlos?» La verdad es que no esperaba que dijeran que sería buena idea. Después de que especificáramos como haríamos aquel viaje, mi tío—que por motivos personales no diré su nombre— le insistió a mis padres múltiples veces. Hasta que un día, accedieron. Nosotros desde hace cierto tiempo teníamos todos los documentos legales necesarios para viajar antes de que a mi país le pase lo que le pasa ahora. Pero no entraré en esos detalles, solo me concentraré en decir que fue lo que pasó cuando llegamos a aquel país de Europa.

G-12 (Tercera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora